Hombres necios que acusáis

Hombres necios que acusáis Elementos Literarios

Altavoz o Narrador, y Punto de Vista

La voz lírica enuncia mayoritariamente en segunda persona (cuando se dirige a los "hombres necios") y en tercera persona (cuando se refiere a la mujer). Solo en la última estrofa del poema aparece un verbo conjugado en primera persona ("fundo", v. 65). No hay marcas gramaticales que permitan identificar el género del yo lírico.

Forma y Medidor

El poema es una redondilla, compuesta por diecisiete estrofas de cuatro versos octosílabos (arte menor) con rima consonante que sigue el patrón a-b-b-a (rima abrazada).

Metáforas y Símiles

Al comienzo del poema, la actitud de los hombres es tildada de infantil, inmadura y caprichosa miediante una comparación con los ñiños que montan una escena de miedo usando un monstruo imaginario, y luego se asustan: "Parece quiere el denuedo / de vuestro parecer loco / al niño que pone el coco / y luego le tiene miedo" (vv. 13-16). La actitud irracional de los hombres es enfatizada en estos versos con el calificativo "loco". En suma, el comportamiento de los hombres es ilógico, irracional, incoherente.

Por otra parte, pocas estrofas más adelante, la hipocresía de los hombres también se presenta mediante una metáfora: "¿Qué humor puede ser más raro / que el que, falto de consejo, / el mismo empaña el espejo / y siente que no esté claro?" (21-24). El espejo empañado es una metáfora de la mujer manchada o corrompida por el hombre (es decir, la mujer que tiene relaciones sexuales con él) y, en sintonía con el planteo general del poema, el hombre luego se queja porque el espejo no está claro, es decir no puede verse bien, justamente porque lo ha empañado.

Aliteración y Asonancia

Las dos primeras estrofas del poema se estructuran en torno a la aliteración abundante del sonido /s/:

Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis:

Si con ansia sin igual
solicitáis su desdén
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?
(vv. 1-8)

Otra aliteración puede encontrarse más adelante, en estos versos que forman un retruécano con los verbos "pecar" y "pagar": "la que peca por la paga / o el que paga por pecar" (vv. 55-56). En este caso, se repite el sonido /p/.

Irony

El poema presenta la ironía general que se desprende de la hipocresía de los hombres, quienes esperan que las mujeres estén disponibles ante sus deseos sexuales y, al mismo tiempo, esperan que ellas sean castas.

Genero

Poesía, redondillas

Ajuste

El poema no se inscribe en ningún tiempo ni espacio específicos. Su contexto de producción es el siglo XVII en el virreinato de Nueva España, actual México.

Tone

Satírico, burlón, acusatorio, denunciatorio.

Protagonista y Antagonista

Las mujeres en su conjunto funcionan como protagonistas y los hombres, como antagonistas.

Conflicto Principal

Los hombres incitan a las mujeres para tener relaciones sexuales con ellas, pero luego las acusan de inmorales e indecentes justamente por tener sexo, ya que, contradictoriamente, también esperan que ellas sean castas.

Climax

El clímax poético se produce en las dos primeras estrofas, que resumen la temática general del poema: los hombres son hipócritas porque acusan a las mujeres por aquello que ellos mismos provocan, es decir, la expresión de la sexualidad femenina.

Presagio

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Atenuación

El verso "bien haya la que no os quiere" (v. 43), de la decimoprimera estrofa, en una primera instancia puede parecer menor, insignificante. Sin embargo, guarda una gran relevancia. Esto se debe a que deja entrever la subjetividad de la poeta de una manera especial: la voz lírica celebra a las mujeres que no se disponibilizan ante los deseos sexuales de los hombres: "bien haya" es una expresión para bendecir, felicitar o desear el bien a alguien. De esa manera, este verso nos permite pensar que la voz lírica se identifica con las mujeres, aunque se refiera a ellas siempre en tercera persona.

Alusiones

La obra hace alusión a dos figuras femeninas históricas, Thais y Lucrecia, para simbolizar las posiciones opuestas de las mujeres. Thais representa a la mujer que expresa su sexualidad, mientras que Lucrecia simboliza a la mujer casta.

Metonimia y Sinecdoque

Es posible pensar que las prostitutas a las que se refiere la estrofa decimocuarta funcionan como sinécdoque de las mujeres en general, ya que funcionan como un ejemplo de la dinámica general establecida entre los hombres y las mujeres: ¿O cuál es más de culpar, / aunque cualquiera mal haga / la que peca por la paga, / o el que paga por pecar?" (vv. 53-56).

Personificación

El humor, como sinónimo de la actitud de los hombres, aparece personificado en los siguientes versos, ya que es el que empaña el espejo en la metáfora: "¿Qué humor puede ser más raro / que el que, falto de consejo, / él mismo empaña el espejo" / y siente que no esté claro?" (vv. 21-24).

Hyperbole

Encontramos dos ejemplos de hipérboles en este poema, y ambos sirven para resaltar la actitud hipócrita de los hombres. Al comienzo, se afirma que buscan a las mujeres "con ansia sin igual" (v. 5), es decir, con un deseo incomparable, único. Y más adelante se enuncia: "Siempre tan necios andáis" (v. 33). Mediante el uso de "siempre", el doble estándar respecto de la sexualidad femenina aparece como una constante hiperbólica de los varones.

Onomatopoeia

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