El nombre de la rosa

El nombre de la rosa Preguntas de Ensayo

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    ¿Cuáles son las dos tendencias en torno al saber que diferencian a Bencio y a Roger Bacon?

    Guillermo le explica a Adso que Bencio responde a la "lujuria del saber", esto es, a un deseo pecaminoso y egoísta. Su avidez por acceder a los secretos de la biblioteca no se basa en la necesidad de dar a conocer esos conocimientos para el bien común de las personas, sino que se trata de un deseo del saber por el saber mismo. Es por eso que ante la posibilidad de constituirse en el guardián de todo ese conocimiento (al ser nombrado ayudante de bibliotecario), Bencio cede ante Malaquías y traiciona a sus pares, monjes que viven de la erudición y añoran tener acceso al acervo de la biblioteca.

    En oposición a esa tendencia egoísta y ambiciosa, Guillermo destaca la sed de conocimiento de Roger Bacon, aquella con la cual él se identifica. Se trata de una voluntad de saber que concibe el conocimiento como una herramienta que hay que difundir para contribuir con el progreso y la felicidad del pueblo.

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    ¿Qué es lo que se dirime en la disputa teológica que lleva a Guillermo a la abadía?

    La disputa enfrenta dos bandos: miembros de la orden franciscana que defienden el culto a la pobreza, siguiendo el ejemplo de Cristo, y los emisarios del Papa, con quien aquellos franciscanos están enemistados. La razón de esa enemistad es, justamente, que el Papa repudia la tesis de Perusa, esto es, los principios que reglamentan el culto a la pobreza y que aquellos franciscanos acordaron durante un concilio en Perusa. El objetivo de la reunión en la abadía, entonces, es discutir los términos de esa tesis e intentar llegar a un acuerdo que apacigüe la enemistad entre los franciscanos y el pontífice, y así contribuir a mejorar las relaciones entre el Papa y el Emperador, afectadas también por dicho conflicto.

    Guillermo le explica a Adso que la Iglesia se rehúsa a aceptar la tesis de Perusa, que reconoce que Cristo profesó la pobreza, pues eso significaría para aquella renunciar a todas sus riquezas y propiedades acumuladas. Sin embargo, no se trata únicamente, dice Guillermo, de resignar las riquezas materiales. Lo más valioso que la Iglesia teme perder es el poder político que ha logrado conseguir, un poder que se disputa con el Emperador.

    Por lo tanto, el debate teológico oculta en su seno un debate político. La Iglesia ve en peligro su poder político, aquel que le permite legislar sobre los asuntos terrenales. Si se acepta la tesis de Perusa, deberá resignar su injerencia sobre lo terrenal y renunciar a su capacidad para gobernar. Lo que está en juego, en consecuencia, es quién se hace cargo del poder político sobre toda la Europa medieval.

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    ¿Qué simbolizan las gafas de lectura de Guillermo?

    Las gafas de lectura de Guillermo son una marca distintiva del personaje, no solo física sino también de personalidad. Por un lado, ellas simbolizan la pasión del maestro por el conocimiento, su avidez de saber y su erudición. Asimismo, se trata de un instrumento muy avanzado para la época, con lo cual simbolizan también el progreso científico y las novedades tecnológicas, en las cuales Guillermo confiaba con entusiasmo. Es ese sesgo científico de las gafas el que despierta el rechazo de muchos monjes. Guillermo es consciente de que un objeto de esas cualidades puede ser asociado con tendencias diabólicas por aquellos que ven con malos ojos los avances tecnológicos, y por eso opta por ocultarlos mientras trabaja para la Inquisición.

    La carga simbólica de las gafas como vehículo de saber queda representada en la escena en que un intruso anónimo las roba, justo cuando Guillermo buscaba unos papeles de Venancio que ayudarían a dar con el libro prohibido y con el autor de los crímenes de la abadía. Al quitarle los anteojos, Berengario se asegura de que Guillermo tiene al menos obstaculizado el acceso al conocimiento secreto de la abadía.

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    ¿Cuál es la ironía detrás del incendio de la biblioteca?

    El incendio de la biblioteca —y la posterior destrucción de la abadía— es desencadenado accidentalmente por Jorge mientras intenta huir de Guillermo y Adso. Jorge huye porque ha sido descubierto y teme que sus enemigos den a conocer el libro prohibido de Aristóteles que tanto empeño ha puesto en ocultar. Consciente del peligro que ese libro significa para la cristiandad, Jorge ha pergeñado un plan macabro, envenenando el libro y asegurándose que todo aquel que quiera leerlo muera en el intento. A lo largo de toda la novela, Jorge ha sido un defensor acérrimo de la idea de que hay saberes peligrosos y que la soberbia intelectual de quienes quieren inmiscuirse en los secretos de la biblioteca es un pecado. Con ese mismo criterio, ha mantenido oculto durante años el ejemplar de Aristóteles, aun cuando se trata de un volumen único, perdido, que tanta gente ha buscado a lo largo de la historia.

    Constituye una ironía entonces el hecho de que quien incendia y destruye por completo la biblioteca es quien más buscaba resguardarla y defenderla. En su violento afán por ocultar los saberes en ella contenidos, Jorge termina por echarla a perder.

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    ¿En qué sentido cree Guillermo que los monjes de la abadía y la Iglesia son hipócritas?

    La primera impresión que tienen Guillermo y Adso al llegar a la abadía es que quienes viven allí están entregados a servir a Dios. Sin embargo, pronto esa apariencia se rompe y los recién llegados descubren que la clase religiosa no es tan pura como pretende. A medida que investigan los crímenes de la abadía, se enteran de que muchos monjes son capaces de cometer cualquier pecado con tal de conseguir lo que ambicionan. Eso queda demostrado, por ejemplo, en aquellos monjes que se entregan al pecado a fin de acceder al libro prohibido, ya sea a través del pecado carnal, ya sea robando o mintiendo, e incluso asesinando. Asimismo, hay monjes que participan de actividades sexuales dentro de la abadía o lucran ofreciendo a otros monjes sexo con mujeres del pueblo. De esta manera, Guillermo y Adso descubren el carácter hipócrita de estos monjes, que defienden fervientemente los valores morales cristianos pero subterráneamente los burlan.

    Del mismo modo, Guillermo denuncia la hipocresía de la Iglesia y de su instrumento judicial, la Inquisición, pues mientras proclaman la pureza espiritual y repudian a quienes la ponen en peligro, por lo bajo las moviliza el afán de riquezas y poder político, y harían lo posible por mantenerlo, incluso a costa de la vida de inocentes.