El nombre de la rosa

El nombre de la rosa Lista de Personajes

Adso de Melk

Adso es el narrador principal de la novela. Comienza a escribir su historia al final de su vida. Cuando se inicia la acción, Adso es solo un joven de dieciocho años. Ante la grave situación política y social en Italia, su padre lo pone al servicio de Guillermo. Junto con su maestro, Adso viaja a la abadía donde se desarrolla la acción durante siete días. Gracias a Adso, el lector conoce varios puntos de vista e ideas populares durante la época en que se desarrolla la acción. Al comienzo, el narrador no parece tener ideas propias, ya que a veces es solo un observador que sirve para reponer los acontecimientos que tuvieron lugar. Sin embargo, paulatinamente va aprendiendo de su maestro Guillermo y de los sucesos en la abadía, y su participación termina siendo importante en el desenlace de la novela.

Narrador anónimo

El narrador anónimo solo presenta el primer prólogo y escribe desde una época más cercana a nuestro presente que la época en que narrará Adso. Este narrador sin nombre afirma que ha encontrado el manuscrito de Adso y que, aunque no está seguro de si es verdadero o no, ha decidido publicarlo y dejar que todo el mundo lo conozca. A pesar de que su identidad no se revela, el narrador se atribuye haber escrito un libro cuyo título corresponde a una obra de Umberto Eco, con lo cual parece presentarse como una ficcionalización del propio autor.

Guillermo de Baskerville

Guillermo es un fraile de Inglaterra que llegó a Europa para servir como miembro del tribunal de la Inquisición. A pesar de trabajar en ese puesto, Guillermo nunca se sintió cómodo juzgando a otras personas, por lo que no se lo consideraba bueno en su trabajo. Ante las dificultades políticas y religiosas que enfrentan al Papa y al Emperador Ludovico, Guillermo es enviado a la abadía para mediar entre ambas partes. En virtud de su inteligencia y agudeza, el abad aprovecha su visita para pedirle que resuelva los misteriosos crímenes que se suceden, y lo hace con la ayuda de Adso.

Guillermo se presenta como diferente al resto de los personajes, porque en lugar de estar completamente cegado por la religión, hace constante hincapié en el poder de la razón y se interesa por la ciencia, albergando la creencia de que un día esta será más importante que la religión. Esto lo hace ser un personaje avanzado para su época.

Después de resolver el misterio en la abadía, Guillermo regresa a Inglaterra, donde muere por la peste negra.

Malaquías

Malaquías es el bibliotecario de la abadía y, por lo tanto, el único autorizado a ingresar a la biblioteca. Por eso intenta hacer todo lo posible para impedir que Guillermo y Adso entren allí. Sin embargo, Guillermo descubre al final de la novela que Malaquías era controlado por Jorge desde el primer día que llegó a la abadía. Sugestionado por él, Malaquías mata violentamente a Severino por creer que este y su enamorado, Berengario, tenían un vínculo sexual.

Abbone da Fossanova

Abbone es el abad de la abadía que visitan Guillermo y Adso en Italia. Es un hombre profundamente religioso cuyo único interés es cuidar su abadía y asegurarse de que reputación permanezca intacta. Por ello, le pide a Guillermo que investigue las muertes de los monjes de la abadía y que lo ayude a resolver el misterio. Hacia el final de la novela, Guillermo descubre la hipocresía de Abbone al reconocer que su preocupación no era por los monjes de su abadía sino por mantener intacto el renombre del lugar: cuando recurre a él para pedirle que revele los secretos de la abadía que son la clave de los asesinatos, Abbone reacciona mal, le ordena a Guillermo que detenga la investigación y lo expulsa de allí.

Abbone es la última persona en ser asesinada por Jorge, quien lo atrapa dentro de un pasadizo secreto de la biblioteca y lo deja allí para que se asfixie.

Berengario de Arundel

Es el ayudante del bibliotecario Malaquías. Es un hombre ambicioso que no duda en utilizar a los demás para su propio beneficio, valiéndose de su poder para ello. Convence a Adelmo, el primer monje que muere, para que mantenga relaciones sexuales con él a cambio darle acceso a los libros de la biblioteca. Berengario muere al tercer día, después de entrar en contacto con el libro envenenado.

Adelmo da Otranto

Adelmo es el monje que muere antes del comienzo de la novela, y es por esa muerte sospechosa que Abbone le pide a Guillermo que investigue los misterios de la abadía. Durante la investigación, Guillermo encuentra múltiples secretos relacionados con la abadía, entre ellos, que Adelmo mantuvo una relación sexual con Berengario, el ayudante del bibliotecario, con tal de poder acceder a cambio a un libro prohibido de la biblioteca. Sin embargo, Adelmo no puede soportar la culpa por sus actos pecaminosos y termina suicidándose. Por todo esto, el de Adelmo es uno de los casos más significativos en que la novela representa los alcances que puede tener la soberbia intelectual, esto es, el deseo de conocer y saber los secretos de la abadía, aun cuando ello desemboca en la propia muerte.

Jorge de Burgos

Jorge es el villano de la historia, un monje ciego y el más antiguo que vive en la abadía. Jorge es también uno de los más inteligentes de la abadía, ya que conoce varias lenguas antiguas. Ese conocimiento erudito le da el poder para manipular a los bibliotecarios y que ellos dependan de él, con lo cual consigue que cumplan sus órdenes. Jorge es quien representa en la novela el afán por mantener el secreto de la biblioteca, partiendo de la idea de que hay conocimientos peligrosos que es mejor ocultar para el público común y mantener reservado para unos pocos eruditos. Esa preocupación es la que lo lleva a untar con veneno las páginas de un libro que él considera particularmente peligroso para la cristiandad, buscando impedir así que los monjes puedan acceder a sus páginas. Por ello, es quien termina involucrado en la muerte de todos los asesinados en la abadía. Al ver que Guillermo ha descubierto el secreto, y temiendo que pueda darlo a conocer, Jorge muere luego de comer las páginas del libro que envenenó. Pero antes, accidentalmente, desencadena el incendio que termina por destruir la biblioteca y la abadía.

Bencio de Uppsala

Bencio es otro monje de la abadía, un retórico que trabaja en el scriptorium con Venancio y Adelmo. Tras la muerte de Berengario, Malaquías lo nombra asistente de bibliotecario. Alentado por este nombramiento, Bencio es quien roba el libro prohibido que ha caído en manos de Severino, procurando que Guillermo y Adso no puedan encontrarlo y devolviéndoselo a Malaquías. Sin embargo, no abre el libro, con lo cual se salva de morir envenenado. Por eso, a diferencia de los demás personajes, no es asesinado. No obstante, muere al final de la novela, cuando se arroja a las llamas de la biblioteca y muere quemado, haciéndose eco de la destrucción física y también espiritual de la abadía.

Venancio de Salvemec

Venancio es un traductor que trabajaba en el scriptorium con Adelmo. Aparece muerto en un barril de sangre de cerdo al día siguiente de la llegada de Guillermo y Adso a la abadía. Al igual que Adelmo, es intelectualmente curioso, ambicioso y discute frecuentemente las posturas conservadoras de Jorge, y también como aquel, ha estado persiguiendo el libro prohibido. Luego de su muerte, Guillermo encuentra en su escritorio un manuscrito en griego y en una lengua zodiacal vinculado con su intento de entrar en el finis Africae. Muere a causa del veneno que Jorge utilizó para contaminar las páginas del libro prohibido, castigado así por su deseo de conocer el secreto de la abadía.

Alinardo da Grottaferrata

Alinardo es el monje más anciano de la abadía, por lo que es una fuente útil de información. En efecto, es quien les da el dato necesario a Guillermo y a Adso para ingresar en la biblioteca. Suele quejarse de que debería haber sido nombrado bibliotecario muchos años atrás, y por ello le guarda rencor a Malaquías. Guillermo y Adso se enterarán más tarde de que solo Alindardo conocía el secreto de Jorge, pero sus palabras fueron descartadas como las divagaciones de un viejo loco.

A lo largo de la novela, Alinardo sostiene que el Juicio Final está cerca. Su persistente retórica apocalíptica hace que Guillermo empiece a preguntarse si los asesinatos siguen un patrón según el Libro del Apocalipsis. Aunque más tarde se demuestra que no es así, las palabras de Alinardo son significativas, porque también convencen a Jorge de que los asesinatos que él planificó son el resultado de un plan obrado por Dios.

Remigio da Varagina

Remigio es el cillerero de la abadía, un franciscano que se unió a los benedictinos para escapar de la persecución religiosa. Remigio admite haber sido el primero en encontrar el cadáver de Venancio en la cocina de la abadía, pero como no estaba seguro de qué hacer para no incriminarse, decidió dejarlo hasta la mañana. Cuando regresó, el cadáver había desaparecido. Remigio le confiesa a Guillermo que la razón de estar vagando por la abadía a tan altas horas de la noche es que comercia con la comida de la cocina de la abadía a cambio de sexo con muchachas del pueblo que le consigue Salvatore.

Cuando Severino es asesinado, Remigio justo se encontraba en el hospital, razón por la cual es detenido por Bernardo Gui, quien lo acusa de asesino y encuentra así la excusa para juzgarlo por hereje. Bajo la presión del interrogatorio y la amenaza de tortura, Remigio admite que fue seguidor de fray Dulcino y que ocultó para él en la abadía cartas heréticas, y ante el miedo de ser torturado termina confesando falsamente que él y Salvatore mataron a Severino y al resto de los monjes asesinados.

Salvatore de Montferrat

Salvatore es un hombre caracterizado físicamente como bestial, casi monstruoso, a lo cual se suma una extraña manera de hablar, dada la extraña combinación de idiomas que usa, como el latín, un dialecto italiano y el provenzal. Al igual que Remigio, fue seguidor de fray Dulcino y se ha refugiado en la abadía escapando de la persecución. En la abadía, ayuda a Remigio a conseguir muchachas del pueblo para tener sexo con ellas a cambio de comida.

Salvatore es arrestado por Bernardo Gui por utilizar rituales supersticiosos para intentar hechizar a la muchacha del pueblo, y luego Remigio lo acusa falsamente de colaborar con él en los asesinatos. Su latín deficiente les da accidentalmente a Guillermo y a Adso la clave para entender el acertijo de Venancio que oculta la clave para abrir el finis Africae. El extraño lenguaje de Salvatore demuestra que incluso los signos más confusos e incoherentes pueden tener un significado.

Nicola da Morimondo

Nicola es el maestro vidriero de la abadía. Le fascinan las gafas de Guillermo —un invento del que solo había oído hablar— y le hace un par nuevo cuando le roban las suyas. Tras el arresto de Remigio, Nicola es nombrado cillerero, y utiliza la autoridad de su nuevo cargo para dejar entrar a Guillermo y a Adso en la cripta, donde les cuenta la historia de la lucha de poder que hay detrás de los bibliotecarios para erigirse abad, y les revela el secreto de la enemistad entre Malaquías y Alinardo.

Fray Dulcino

Aunque no aparece en la historia, muchos personajes se refieren a él con frecuencia, lo cual lo hace muy significativo para la trama. Fray Dulcino fue un reformista radical que se separó de la orden franciscana, predicando la pobreza absoluta y la renuncia a la propiedad. Él y sus seguidores vivían en las colinas y asaltaban las aldeas locales, hasta que fueron derrotados por las autoridades y Dulcino fue ejecutado públicamente por "hereje". Desde entonces, se persigue a todo aquel que esté vinculado con él. A lo largo de la novela, se sugiere que Remigio y Salvatore estaban entre sus seguidores, lo cual se termina confirmando en el interrogatorio que le hace Bernardo Gui a Remigio.

Ubertino da Casale

Ubertino es un monje franciscano y uno de los líderes del movimiento espiritista, una facción dentro de la orden franciscana que aboga por el retorno a un estado de pobreza en la Iglesia. Esta postura es la que lo alía con el Emperador y lo enfrenta al Papa, quien está claramente preocupado por conservar sus propiedades, sus riquezas y, sobre todo, el poder político que se disputa con el Emperador. Perseguido por el Papa, Ubertino se exilia en la abadía.

Es un viejo amigo de Guillermo, que simpatiza con él pero no está de acuerdo con sus opiniones extremas. Ubertino cree que la excesiva preocupación de la abadía por los libros y el saber es vanidad, y acusa a Guillermo de soberbia intelectual —un tema recurrente en la novela, y el mismo delito del que Jorge acusa a sus compañeros por sus intentos de leer el libro prohibido—. Después de que Bernardo arresta a Remigio y a Salvatore por herejía y brujería, Ubertino decide huir, ya que comprende que la situación política está volviéndose contra los partidarios del Emperador.

Michele da Cesena

Al igual que Ubertino, Michele es espiritista y aliado del Emperador, y cree que la Iglesia debe adoptar un estilo de vida de estricta pobreza, siguiendo el ejemplo de Cristo. A fines de 1327, Michele fue convocado a Aviñón para ver al Papa, pero se reporta enfermo, pues teme caer en una trampa y que el Papa lo mande a matar. Por eso es que asiste a la abadía donde se encuentran Guillermo y Adso; para participar de la discusión teológica. Adso nos cuenta que, tras los sucesos de la abadía, la misión diplomática de Michele en Aviñón fracasa y debe escapar, uniéndose al séquito del Emperador.

Bernardo Gui

Bernardo es un dominico que trabaja para la Inquisición, el tribunal legal utilizado por la Iglesia para perseguir la herejía. Es un partidario incondicional del Papa y odia a los espiritistas, por lo que es hostil a Ubertino y Michele y sospecha de Guillermo. Es frío y despiadado, y parece disfrutar de asustar y torturar a sus interrogados. Está menos interesado en averiguar la verdad y hacer justicia que en utilizar su papel de inquisidor para promover su ideología política y aumentar su poder. Al acusar injustamente a Remigio y Salvatore de los asesinatos, consigue utilizar los misteriosos y sangrientos sucesos de la abadía para socavar a los partidarios del Emperador, en beneficio del Papa.

Muchacha del pueblo

Es una adolescente humilde del pueblo, que habla un dialecto del norte de Italia. Salvatore la lleva a la abadía para que tenga relaciones sexuales con Remigio a cambio de comida para su familia. Sin embargo, conoce a Adso en la cocina y tienen un encuentro sexual, pero ella huye por la mañana sin decirle su nombre. Salvatore la lleva de nuevo a la abadía para lanzarle un hechizo de amor en un ritual con un gato negro, pero cuando Bernardo lo descubre detiene a ambos y termina acusando a la muchacha de bruja. Adso no puede salvarla y, como los monjes no hablan su idioma, ella no puede defenderse. Es condenada a la hoguera y sacada de la abadía junto con Remigio y Salvatore.

Aymaro d'Alessandria

Aymaro es un monje conocido por sus chismes malintencionados y por ser constantemente sarcástico. Insulta al abad, hace insinuaciones sobre la relación entre Adelmo y Berengario, desprecia a los extranjeros y acusa a Malaquías de acostarse con los novicios.

Bertrando del Poggetto

Es un cardenal que conforma la comitiva de representantes del Papa que acude a la abadía para llevar adelante la disputa teológica en torno a la pobreza.

Girolamo de Caffa

Es un obispo franciscano que conforma la comitiva de franciscanos que acude a la abadía para llevar adelante la disputa teológica en torno a la pobreza.