El hobbit

Composición

En una carta que envió al escritor estadounidense W. H. Auden en 1955, J. R. R. Tolkien recuerda como en un verano, cuando era profesor de anglosajón en el Pembroke College de la Universidad de Oxford, escribió la primera frase de El hobbit durante la corrección de unos exámenes de literatura inglesa (llamados por aquel entonces ensayos de graduación). Encontró un papel en blanco y escribió en él: «En un agujero en el suelo vivía un hobbit», sin saber ni siquiera de donde había sacado la idea.[16]​ Antes de su muerte, Tolkien dijo que no recordaba la fecha exacta en la que escribió esta frase, ni siquiera el primer capítulo, ya que no lo organizó y fue escribiendo la obra según le iban surgiendo ideas. Michael, el segundo hijo de Tolkien, señaló 1929 como el posible año en el que su padre comenzó a escribir la obra, ya que conservaba algunas composiciones propias que estaban fechadas de dicho año y eran claras imitaciones de El hobbit, el cual les fue leído a él y a sus hermanos según se escribía.[3]​

Durante un breve período tras la invención de la primera frase, Tolkien no hizo nada más que elaborar el mapa de Thrór, donde describió la geografía en la que se desarrolla la mayor parte de la novela.[16]​ No obstante, una vez iniciada la composición de la obra, los capítulos fueron escritos con fluidez y sin apenas correcciones hasta el punto en el que el dragón Smaug (que por entonces se llamaba Pryftan) muere. En esta primera versión, Gandalf era el nombre del enano principal y el mago se llamaba Bladorthin,[17]​ palabra de origen gnómico (lengua que más tarde evolucionaría al noldorin) que significa ‘amplia tierra gris’ y que en el texto final quedó en una única mención de un cierto rey que compraba armas enanas. Posiblemente fuera precursor del apelativo Mithrandir (‘peregrino gris’ en sindarin), uno de los nombres que recibe Gandalf en El Señor de los Anillos.[18]​

Desde el comienzo de la obra se aprecia en ella la influencia de lo que más tarde sería El Silmarillion. Tolkien hizo referencia a La balada de Leithian, la historia de Beren y Lúthien, cuando Bladorthin cuenta a los enanos como solo ellos dos habían conseguido vencer al Nigromante, relacionando así a este último con el personaje de Thû (nombre que recibió Sauron en su primera versión). Además, el rey trasgo que Bandobras Tuk mata en la batalla de los Campos Verdes se llamaba en un primer momento Fingolfin, igual que el hijo del rey elfo Finwë en los Cuentos perdidos,[19]​ y el personaje de Elrond fue emparentado con los medios elfos, hecho que fue descrito por Tolkien como «un afortunado accidente, consecuencia de la dificultad de estar inventando continuamente buenos nombres para los nuevos personajes».[1]​ Incluyó también referencias a los gnomos (nombre que recibieron las primeras versiones de los Noldor) y a la destrucción del reino élfico de Gondolin por parte de los dragones.[19]​

Para escribir el viaje de la compañía desde Rivendel hasta el otro lado de las Montañas Nubladas, incluyendo la fuerte tormenta que ven, Tolkien se basó en sus vacaciones en Suiza en 1911.[20]​[21]​ Años antes Tolkien había escrito una serie de poemas que recopiló bajo el título Cuentos y canciones de Bimble Bay y entre los cuales había uno, Glip, protagonizado por una criatura viscosa de ojos luminosos que roía huesos en una caverna y que sirvió de base para el posterior personaje de Gollum.[22]​ El capítulo que trascurre en el Bosque Negro fue uno de los que más cambió con respecto a la versión publicada de El hobbit, ya que el pasaje en el río Encantado y la captura de los enanos por parte de los elfos del bosque no aparecen en esta primera versión.[19]​

Tolkien rebautizó al enano principal usando otro nombre de Völuspá, Eikinskjaldi, que, traducido como «escudo de roble», se trataba de un nombre propio y no un apodo como en la versión definitiva de la novela, mientras que el mago pasó a llamarse Gandalf, un nombre más apropiado por significar «elfo del bastón» en islandés.[17]​[23]​ El nombre de Bladorthin se conservó para un misterioso rey que tan solo es nombrado en una línea y no vuelve a aparecer en ningún otro texto de Tolkien.

Las lanzas que habían sido hechas para los ejércitos del rey Bladorthin (muerto tiempo atrás), cada una con una moharra forjada tres veces y astas con ingeniosas incrustaciones de oro, y que nunca habían sido entregadas o pagadas. «Información secreta», en El hobbit de J. R. R. Tolkien.

También cambió el nombre del dragón Pryftan por Smaug, pasado del verbo germánico primitivo smugan («meter por un agujero»), algo que consideraba «un mal chiste filológico». Originalmente había dispuesto que fuese Bilbo quien lo matara con la ayuda de Dardo y el anillo mágico, pero al querer ofrecer algo más espectacular fue finalmente el arquero Bardo quien lo mató. Tolkien abandonó la composición de la obra en este punto, dejándola inconclusa.[17]​

A finales de 1932, le prestó una copia de El hobbit a su amigo C. S. Lewis para que la leyera.[24]​ También se la prestó a Elaine Griffiths, una exalumna y amiga de la familia que trabajaba para la editorial británica George Allen & Unwin por recomendación del propio Tolkien. En 1936 Griffiths le comentó a una excompañera de Oxford, Susan Dagnall, que también trabajaba en George Allen & Unwin, sobre la existencia de la obra y ella habló con Tolkien para pedirle prestado el libro. Una vez leído e interesada en él, Dagnall le pidió que finalizara la obra para poder presentarla en la editorial.[17]​

Originalmente había previsto que la batalla contra los trasgos tuviera lugar durante el regreso de Bilbo a la Comarca y se llamara batalla de los Valles del Anduin, pero la situación se complicó cuando Tolkien se ocupó de la cuestión relacionada con la codicia que despertaba el tesoro y el hecho de que Esgaroth reclamara su parte para reconstruir la ciudad destruida, desembocando todo en la Batalla de los Cinco Ejércitos.[25]​ El hobbit estaba acabado en verano de 1936, pero Tolkien no envió la copia hasta el 3 de octubre. Stanley Unwin, presidente de la editorial, pensaba que los niños eran los mejores jueces de literatura infantil, así que le dio la obra a su hijo Rayner, de tan solo diez años de edad, para que la leyera y le gustó tanto que decidió publicarla.[3]​[24]​

Bilbo Bolsón era un hobbit que vivía en su cueva de hobbit y nunca salía en busca de aventuras, hasta que el mago Gandalf y sus enanos le convencieron de que fuese. Pasó momentos emocionantes luchando contra trasgos y wargos. Por fin llega a la montaña solitaria. Smaug, el dragón que la custodia, muere, y después de una batalla con los trasgos, el hobbit vuelve a su casa ¡rico! Este libro, que tiene mapas, no necesita ilustraciones, es bueno y debería gustar a todos los chicos entre 5 y 9 años. Informe de Rayner Unwin sobre El hobbit.[17]​

Cuando recibió la prueba de composición en febrero de 1937, Tolkien encontró algunos pasajes que tenía que rectificar, ya que no había tenido suficiente tiempo para examinar con minuciosidad el manuscrito que envió a la editorial en un principio.[17]​ Debido a esto y algunos problemas con las ilustraciones, la novela no sería publicada hasta septiembre.


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