El Despertar

El Despertar Resumen y Análisis de Capítulos 1-3

El fondo del canto en francés y un poco de español de un loro verde y amarillo, le da a las cabañas Lebrun en las afueras de Nueva Orleans en la pequeña comunidad de Grand Isle una atmosfera relajante. El Sr. Pontellier revisa el viejo periódico con frustración por su actual entorno rural, no empresarial.

"El Sr. Pontellier usaba anteojos. Era un hombre de unos cuarenta años, de mediana altura y de contextura delgada; un poco encorvado. Su cabello era marrón y lacio, peinado con una raya al costado. Lucía una barba bien arreglada y cuidadosamente recortada". Capítulo 1, pág. 2

El Sr. Pontellier mira a su alrededor en su entorno. Ve a Madame Lebrun corriendo dando órdenes a su personal de servicio, personas que van a la iglesia el domingo, y sus bien acicalados pequeños hijos de cuatro y cinco años de edad. Él mira a la luz del sol en la playa y ve a su esposa, la Sra. Pontellier, y al joven Robert Lebrun. No puede comprender por qué han optado por bañarse a esa hora con el calor y mira a su esposa desde lejos "como si observara una valiosa pieza de bienes personales que ha sufrido algún daño". Capítulo 1, pág. 3. Edna y Robert bromean acerca de sus anillos, dejando a su esposo confundido y frustrado. Él no puede entender por qué Robert prefiere quedarse y hablar con Edna que hacer alguna otra cosa. El sale, tal vez para jugar al billar en el hotel Klein de la localidad. Sus dos hijos le siguen obedientemente.

Seguimiento del Tema: Agua/Playa 1

Seguimiento del Tema: Feminismo, Femineidad e Independencia 1

La Sra. Pontellier (Edna) y Robert siguen charlando sobre todo desde la gente de la localidad que asiste a Cheniere (la iglesia) a su intención de ir a México para encontrar su fortuna. Los ojos de Edna son descritos como brillantes y rápidos, con la intensa coloración de pardo-amarillentos, que coincide con su pelo. Sus cejas son ligeramente más oscuras que su pelo, dándole una apariencia atractiva más que hermosa. Robert, por otra parte, es un joven bien afeitado con el rostro de un bohemio - sin preocupaciones en el mundo. Fuma cigarrillos porque no puede costearse los puros. Robert trabaja en Nueva Orleáns como un empleado y está visitando a su madre en Grand Isle. Ellos hablan de su juventud, su pasado, sus sueños, y sus relaciones. Edna lee en voz alta una carta de su hermana, Janet, que actualmente vive en el Este y está comprometida para casarse. Robert está intrigado por estas dos hermanas y sus peculiaridades e intenciones. Los dos terminan su conversación para preparar la cena. Edna se pregunta dónde está su esposo, Leonce, y si se escabullirá del juego en el Hotel Klein por un rato suficiente para verla. Sus dos hijos parecen disfrutar de la compañía de Robert.

El Sr. Leonce Pontellier llega a casa a las once de la noche encantado con su tarde de juegos, bebidas alcohólicas, y las ganancias. Él se pone muy hablador y no puede entender por qué su esposa se interesa tan poco acerca de su noche. Va a la habitación de sus hijos para verlos dormir y cree que Raúl tiene fiebre. Cuando Edna le explica que están perfectamente sanos y felices, él estalla colérico, culpándola por ser desatenta y una mala madre. "Él reprochó a su esposa por su falta de atención y su habitual descuido con los niños. Si no era el lugar de la madre cuidar de los hijos, ¿cuál era entonces su lugar?" Capítulo 3, pág. 7. Edna sale furiosa de la habitación, ignorando las palabras de Leonce, y comienza a llorar desconsoladamente. Ella no puede explicar por qué su llanto no se detiene, pues entiende que es algo común en el matrimonio. Siente una indescriptible opresión que se apodera de ella y le permite llorar a solas, con los mosquitos picándole en todo el cuerpo.

Seguimiento del Tema: Feminismo, Femineidad e Independencia 2

A la mañana siguiente, Leonce despierta temprano - y de buen humor - para volver a la ciudad y a la calle Carondelet para trabajar. Él no volverá a las cabañas hasta el próximo sábado. El da a Edna el dinero que ganó en el Klein y sale. Dentro de varios días, Edna recibe un paquete de frutas y dulces de Leonce, recogiendo una lluvia anónima de elogios por ser supuestamente el mejor esposo del mundo - Leonce.