El desierto de los tártaros

Argumento

La novela está ambientada en un país ficticio. La trama sigue la vida del segundo teniente Giovanni Drogo desde el momento en que, convertido en oficial, es destinado por primera vez a la fortaleza Bastiani, muy lejos de la ciudad. La fortaleza, el último puesto de avanzada en las fronteras del norte del Reino, domina la desolada llanura llamada el "desierto de los tártaros", que alguna vez fue escenario de ruinosas incursiones por parte de los enemigos. Sin embargo, no han aparecido amenazas en ese frente durante incontables años; la fortaleza, ahora privada de su importancia estratégica, es ahora solo un edificio encaramado en una montaña solitaria, de la que muchos incluso ignoran su existencia.

Después de un viaje a caballo de varios días, Drogo llega a su destino, pero su primera impresión es negativa. Le confiesa al mayor Matti que quiere pedir un puesto más cercano a la ciudad y este le aconseja esperar cuatro meses hasta el examen médico periódico, después del cual podría hacerlo trasladar por motivos de salud. Drogo consiente e inmediatamente se arrepiente de haberlo hecho, pero en este lapso sucumbe al encanto de los inmensos espacios desérticos que se abren hacia el norte. La vida en la fortaleza de Bastiani transcurre de acuerdo con las estrictas normas que impone la disciplina militar y ejerce un cierto hechizo sobre los soldados, que les impide abandonarla. Los militares se apoyan en una sola esperanza: ver aparecer al enemigo en el horizonte, contra las expectativas de todos. Enfrentarse a los tártaros, combatirlos, convertirse en héroes: esa sería la única manera de devolverle importancia a la fortaleza, de demostrar su valía y, en definitiva, de dar sentido a los años perdidos en la frontera.

El día del examen médico, que debería comprobar su incapacidad para el servicio en la fortaleza, Drogo la ve de pronto transformada; ante sus ojos se expande enormemente con pasarelas, terrazas y muros que nunca ha visto. El salvaje paisaje del norte le parece hermoso. Renuncia al traslado y se deja fascinar por los hábitos tranquilizadores y repetitivos que marcan el tiempo en la fortaleza, por la esperanza, compartida por otros compañeros, de la gloria futura.

Un día, un soldado que salió a recuperar un caballo extraviado regresa, pero, habiendo olvidado la contraseña, es abatido por un centinela, que si bien lo reconoció, se atiene a las estipulaciones del reglamento.

Algún tiempo después parece que está por suceder lo que todos esperan: largas columnas de hombres armados se acercan desde el norte a través de la llanura desierta. La fortaleza está en ebullición, los soldados sueñan con la batalla y la gloria, pero resulta que no son tártaros, sino soldados del reino vecino que vienen a definir la línea fronteriza.

Después de cuatro años, Drogo vuelve a casa de permiso, pero ya no se encuentra en los ritmos de la ciudad: tiene una sensación de alienación y desconcierto al volver a su viejo mundo, a una casa que ya no puede decir que sea la suya, a los afectos de los que ya no sabe hablar.

Acude a un general para obtener un traslado, como sería la práctica después de cuatro años en la fortaleza, pero el superior le comunica que el personal de la fortaleza será reducido drásticamente y que muchos de sus compañeros han solicitado el traslado antes que él, sin que el lo supiera.

Drogo vuelve a la fortaleza y sus ritmos inmutables. Ahora la guarnición es apenas suficiente. El colega teniente Simeoni cree ver movimiento en el fondo de la llanura norte, el comandante es el primero en defraudarlo. De hecho, con el tiempo se constata que el reino del norte probablemente esté construyendo un camino directo a las montañas fronterizas, pero se necesitarán quince años de trabajo a través del vasto desierto para llegar a las inmediaciones de la fortaleza. Mientras tanto, todos se han acostumbrado a considerarlo un trabajo de ingeniería civil.

A la espera de la "gran ocasión" se consume la vida de los soldados de la guarnición; para ellos, pasan inadvertidos los meses y los años. Drogo verá morir a algunos de sus camaradas, otros abandonarán la fortaleza siendo jóvenes o viejos. Después de treinta años de servicio, se convierte en mayor y subcomandante de la fortaleza. Una enfermedad del hígado lo obliga a guardar cama. De improviso sucede lo que habría de justificar su vida entera en este puesto de avanzada: la guerra contra el reino del norte, que trae tropas y artillería por el camino. Pero mientras dos regimientos de refuerzo llegan a la fortaleza Bastiani, el comandante y su antiguo colega Simeoni evacúan al enfermo Drogo para acomodar a los nuevos oficiales en su habitación.

La muerte se apoderará de él estando solo, en una habitación anónima de una posada remota, pero sin sentimientos de ira o decepción. Drogo, en efecto, reflexionando sobre toda su vida, comprende en sus últimos momentos cuál era realmente su misión, la oportunidad de demostrar su valor que había estado esperando toda su vida: enfrentarse con dignidad a la muerte, exiliado entre gente desconocida. Drogo, por tanto, no alcanza el objetivo de su existencia, sino que derrota al mayor enemigo: no la muerte sino el miedo a morir. Con la conciencia de haber librado esta batalla decisiva, Drogo muere como un verdadero soldado, reconciliado con su historia, a la que finalmente ha encontrado un sentido que va más allá de su individualidad.


This content is from Wikipedia. GradeSaver is providing this content as a courtesy until we can offer a professionally written study guide by one of our staff editors. We do not consider this content professional or citable. Please use your discretion when relying on it.