El autor del libro Cuentos de la Alhambra es el escritor norteamericano Washington Irving (1783-1859)[2]. Adscrito a la corriente del romanticismo, destaca en este libro la confluencia de su interés por España y sus tradiciones (algunos lo consideran el primer hispanista extranjero) y la influencia del orientalismo.
Tuvo el privilegio de vivir en la Alhambra mientras escribía esta obra. Después de recoger todas las leyendas de los habitantes de la Alhambra, y tras investigar en los archivos de la Biblioteca universitaria granadina, desarrolló un género de novela fantástica de imprescindible lectura.
Entre 1829 y 1832 fue secretario del consulado de Estados Unidos en España, bajo las órdenes de Martin Van Buren. Durante ese tiempo viajó, entre otros lugares, a El Escorial, Sevilla y Granada, examinando en especial los archivos que contenían documentación sobre todo lo relativo al Nuevo Mundo. Ello le sirvió de base para escribir Colón (1828), La Conquista de Granada (1829), Vida y viajes de Cristóbal Colón (1831). Su estancia en Granada le puso en contacto con la biblioteca de la universidad y le dio la oportunidad de alojarse durante una temporada en la propia Alhambra. Fue entonces cuando aprovechó para recopilar las leyendas y cuentos granadinos que constituyeron el génesis de los Cuentos de la Alhambra.