Cuando Ya No Importe Elementos Literarios

Cuando Ya No Importe Elementos Literarios

Genero

Novela breve en forma de diario.

Configuración y Contexto

Santa María, ciudad o pueblo inventado en las cercanías del Río Paraná o del Río de la Plata, a juzgar por las descripciones. La época no queda clara, pero por los elementos presentes se trata aproximadamente de la segunda mitad del siglo XX.

Narrador y Punto de Vista

Primera persona. Narrador protagonista.

Tono y Estado de Ánimo

Cínico, negativo, desolador, pesimista.

Protagonista y Antagonista

El protagonista es Juan Carr, aunque por momentos el propio pueblo de Santa María en conjunto toma un papel principal, como si tuviera vida propia y el conjunto de habitantes que se hallan sumidos en la pobreza tomara un rol protagonista en conjunto. El antagonista es, por una parte, el grupo de terratenientes y ricos que se aprovechan de los pobres, y por otra parte lo constituye asimismo el sistema capitalista en general.

Conflicto Principal

Explotación laboral y racismo, en vínculo con la situación personal de pobreza, soledad y desidia que padece el propio protagonista.

Climax

La narración parece llegar el clímax cuando regresa Elvira a casa de Eufrasia. La antes niña está ahora grande y cambiada (ya tiene 15 años), y confiesa a Carr que forma parte de un grupo de chicas que confrontan a los violadores de pueblo.
Asimismo, el clímax de la narración se extiende hasta el momento en que la fuerza policial llega al pueblo y amenaza con encontrar culpable a Carr, momento en el que este huye y regresa a Monte.

Presagio

“Mucho tiempo pasó antes de que aceptara que había sido yo el inocente.”

En esta cita, ubicada casi al comienzo de la novela, podemos apreciar un adelanto del final por parte del protagonista. Él está contando la historia luego de pasado el tiempo, por lo que sabe cómo se van a desencadenar los acontecimientos. Sin embargo, nos los va relatando en la forma de un diario, como si siguiéramos con él la cronología exacta de los hechos.

Atenuación

El hecho de escribir le proporciona al protagonista una instancia de calma, de reflexión, de conexión consigo mismo, así como de alivio de su sensación de culpabilidad.

Alusiones

Una de las principales alusiones es la que corresponde a la falta de futuro a la que se enfrentaban los jóvenes. El protagonista encarna esta desolación y búsqueda ambiciosa por mejorar la propia situación económica.
Al mismo tiempo, una alusión que en realidad es una referencia directa es la referida a la explotación y la doble moral de los inmigrantes que se aprovechan y discriminan a los pueblos originarios, denigrándolos en su pobreza y falta de oportunidades.

Imágenes

La gran imaginería presente en el texto es la que se desarrolla en torno de la pobreza, de la vida marginal y de la desidia político-estatal.
Santa María misma opera como un escenario de todos estos males sociales. Cada aspecto del pueblo es un reflejo de los ámbitos en los que el gobierno no se hace cargo ni interviene para mejorar la situación de las personas vulnerables.

Paradoja

“Las casitas de los Pescadores siempre blancas, cuidadas y limpias, la fila de lanchas y el escándalo de los niños, tan sucios y Felices, ajenos a la reiterada prohibición materna: no te me ahogues o te mato”.

Esta pequeña paradoja remite al hecho de que una madre amenace a su hijo si no le hace caso con aquello mismo que pretende prevenir.

Paralelismo

"El dinero estaba seguro, lo sentía apoyado en mí recordándome con burla antiguas presiones de nalgas de mujer; pero no era imposible que el islero hubiera robado mis documentos".

En este caso, el narrador realiza un breve paralelismo entre una escena de intimidad con una mujer -en caso de estar abrazándola por detrás, recostado en la cama- con el hecho de guardar el dinero contra los pelos de su pubis para que el personaje del islero no se lo robe.

Metonimia y Sinecdoque

Las siguientes citas son todos ejemplos de tomar la parte por el todo al momento de realizar una descripción:

“Entonces se desprendió del refugio de la pollera la forma intimidada de una niñita rubia”. (La forma física de la niña por la niña en sí misma).

“Una bata blanca, una sonrisa de bienvenida, lustrosa, inmutable por ortodoncia". (La bata y la sonrisa por el doctor en sí mismo).

“Escribo, con toda franqueza, que me es imposible saber o inventar en qué año, a qué altura de la edad de la niña, apareció su cabecita rubia para decorar, oportuna o no, mis soledades nostálgicas enfrentado al río como si me importara”. (La cabecita de la niña por la niña).

“Cuando vi los uniformes moviéndose en las sombras verdes de mi bosque de enfrente, comprendí que tenía que escapar de un destino policial". (Uniformes por los policías).

Personificación

En los siguientes casos, un aspecto de una persona o un sustantivo abstracto se personifican como si tuviera cualidades humanas:

“La gordura tenaz de Eufrasia derivó hasta formarle un vientre en punta”. (Gordura tenaz).

"Aquella blancura arrinconada me estuvo recordando que no había en el mundo ninguna persona a la que yo deseara llamar". (Blancura/recordar).

"El destino la había golpeado, le escamoteó el hombre querido, al casi esposo, hundiéndolo con su yate en un mar cualquiera y de nombre ignorado, dejándole, tal vez con sarcasmo, nada más que la tristeza
sin resignación". (Destino/golpear, escamotear, hundir, dejar algo a alguien).

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