Noches blancas

Noches blancas Preguntas de Ensayo

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    El narrador se describe como un observador agudo y un soñador. ¿Cómo influye esta dualidad en su relación con la ciudad de San Petersburgo y en su encuentro con la joven?

    El narrador se presenta como un individuo marcado por una dualidad compleja: es tanto un observador agudo como un soñador desapegado de la realidad que lo circunda. Esta dualidad se manifiesta en su relación con la ciudad y su encuentro con Nástenka. A lo largo de la historia, demuestra su habilidad para observar y apreciar los detalles más pequeños de su entorno. Descripciones minuciosas, como la arquitectura de la ciudad y la apariencia de las personas resaltan su agudeza perceptiva. Además, su soledad refuerza su papel de observador.

    Sin embargo, esta perspicacia se contrapone con su faceta soñadora. A pesar de su habilidad para observar, el narrador tiende a idealizar su entorno y la vida misma. Su aislamiento en la ciudad lo lleva a desarrollar un sentido poético de la realidad, y sus reflexiones a menudo se alejan de la realidad. Esta dualidad se manifiesta también en su encuentro con la joven, donde se siente atraído por su belleza y misterio, pero al mismo tiempo, está atrapado en las convenciones literarias y las expectativas románticas, lo que lo hace dudar de sus propias palabras y acciones.

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    ¿Cómo se vincula el epígrafe de Turguénev con el idealismo del narrador?

    Turguénev, de cuyas obras provienen los conceptos del nihilismo y el hombre superfluo —muy presentes en “Noches blancas” y en la literatura de principios del siglo XIX en general—, es autor del poema “La flor”. De este toma Dostoyevski la frase “¿Acaso fue creado para existir solo un instante en compañía de tu corazón...?” (p. 206) que emplea como epígrafe en el relato.

    El narrador resulta ser un idealista, característica que lo emparenta con algunos rasgos del Romanticismo que permanecieron siempre en Dostoyevski, como la capacidad del hombre de ser conmovido por la imaginación y los ideales. Este héroe trágico de “Noches blancas” encuentra su caída y su ascenso en el mismo lugar: lo efímero de la existencia y lo efímero de las experiencias significativas. Él, un soñador despierto que vive deambulando por la ciudad, aislado del resto de la sociedad, y que asume al final del relato que así será su vida siempre, atesora, parafraseando el epígrafe, ese instante en compañía del corazón de Nástenka: “¡Dios mío! ¡Un minuto entero de felicidad! ¿Acaso es poco para toda una vida humana…?” (p. 259), dice para sí al final.

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    ¿Cómo se vinculan el tema del amor idealizado con la figura del soñador?

    La figura dostoyevskiana del soñador no puede sino tener amores idealizados. El modo en que, a través de las fantasmagorías que habita, el narrador percibe la realidad lo alejan de esta y hacen que invente, por su cuenta, situaciones que no tienen sustento real. En el relato idealizado del vínculo con Nástenka percibimos trazas de la realidad, pequeñas grietas por donde se filtra una información diferente: por ejemplo, el hecho de que ella desde un primer momento le diga que no se enamore de ella, y que su corazón pertenece a otro hombre; que Nástenka haga uso del enamoramiento del narrador para recibir diversos tipos de ayuda e, inclusive, para recibir consuelo ante el disgusto con su prometido.

    De algún modo sabemos, desde un principio, que esta no es una historia de amor correspondido y, sin embargo, está narrada de alguna manera como tal. Así, el soñador parece no escuchar al objeto de su deseo, sino que sobre la base de lo que ve recrea en su imaginación una realidad paralela. Puesto que la realidad jamás puede ajustarse a la voluntad imaginativa, la desilusión parece ser el único desenlace posible.

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    ¿De qué manera la historia de Nástenka con el inquilino presenta un paralelismo con la vida del narrador en términos amorosos?

    Este paralelismo lo establece, inclusive, el propio narrador, cuando compara su propia situación, al confesar su amor, con la de Nástenka, al declararse ante el inquilino un año atrás. Ella había relatado:

    Él se marchaba al día siguiente y decidí resolverlo todo por la noche, cuando la abuela se fuera a dormir. Y así pasó. Hice un hatillo y metí todo dentro; todo cuanto tenía de vestidos y ropa, y con él en la mano, ni viva ni muerta, me dirigí al desván donde vivía nuestro inquilino. (...) Él pareció comprenderlo todo al instante, y permanecía delante de mí pálido y mirándome de un modo tan triste que faltaba poco para que me estallara el corazón (p. 237).

    El narrador compara esta sensación de excitación desmedida y, a la vez, determinación con su propia situación ante ella al confesarle su amor. Si bien el desenlace finalmente será otro, hasta este punto del relato puede establecerse una relación entre ambos vínculos, por tratarse de historias de amor no correspondido en la cual el enamorado declara sus sentimientos abiertamente sin importar las consecuencias.

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    ¿Cómo utiliza Dostoyevski las condiciones climáticas, como la lluvia y las noches blancas, para reflejar la evolución del estado de ánimo del narrador?

    El clima y el paisaje acompañan constantemente a los personajes y sus derroteros. Este gesto parece ser un lastre de Crónica de San Petersburgo, que Dostoyevski escribió tiempo antes y del cual toma, inclusive, pasajes enteros. Allí hace un relato de la llegada del verano a la ciudad y de qué modo esta afecta a los ciudadanos, sus rutinas, su aspecto y sus emociones.

    En “Noches blancas” se hace alusión a esto mismo. A la vez, el narrador deja entrever que es su contacto con la naturaleza lo que lo predispone para lo que vendrá después: el encuentro con la muchacha en el puente y el impulso para, por primera vez en su vida, entablar una amistad con una mujer. A medida que la acción va transcurriendo, sin embargo, el vínculo se complica y el futuro no parece en absoluto prometedor. El verano muestra su otra cara: se hace presente la lluvia, la nubosidad, el clima pesado.

    Además de las contingencias climáticas de cada día, el título alude a un fenómeno meteorológico particular, que son las noches blancas. En estos días, la luz solar no desaparece del todo durante la noche, por la presencia oblicua de sol tras el horizonte. Esto dura muy pocos días, durante el solsticio de verano. Del mismo modo, este fenómeno acompaña al relato, enmarcándolo: toda la acción sucede durante estas cuatro noches blancas.