Matadero cinco

Matadero cinco Resumen y Análisis Capítulos 9-10

Resumen

Capítulo 9

Cuando a Valencia le notifican que Billy puede morir o quedar en estado vegetativo luego del accidente de avión, ella sufre una fuerte “crisis de histerismo” (p.161). Maneja su Cadillac a toda velocidad en dirección al hospital donde su adorado marido está internado y tiene un accidente. Choca contra otro automóvil, que apenas se daña. El coche de Valencia queda, por el contrario, completamente destruido, y ella muere por el monóxido de carbono que pierde el caño de escape retorcido.

Billy Pilgrim, en el hospital, comparte su habitación con Bertram Rumfoord, un profesor de Historia de Harvard que tuvo un accidente esquiando. Billy está inconsciente y no se entera de la muerte de su esposa. Viaja en el tiempo sin enterarse de nada.

Bertram Rumfoord es el historiador oficial de la Fuerza Aérea y trabaja en una historia condensada de la Fuerza Aérea de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. Tiene que escribir una sección sobre el éxito rotundo del bombardeo de Dresde, a pesar de que algunas de sus fuentes lo caracterizan como una carnicería innecesaria. Una de sus fuentes es el libro de Irving, La destrucción de Dresde.

Cuando Billy recupera la conciencia, todos a su alrededor piensan que pasará el resto de sus días en estado vegetativo. Pero, detrás de su fachada catatónica, Billy se está preparando para contarle a todo el mundo sobre Tralfamadore y la verdadera naturaleza del tiempo. Aunque al comienzo Rumfoord ignora a Billy, porque cree que es un cobarde que en sueños no para de desertar, Billy comienza a relatarle su experiencia en Dresde.

Billy viaja en el tiempo a Dresde, dos días antes del fin de la guerra. Muchos alemanes huyen debido a que saben que se avecinan los rusos. Fuera del matadero, permanece en la carreta en la que viaja con los otros sobrevivientes y dormita al sol; es un momento feliz. Se despierta por el sonido de una pareja de alemanes que conversa sobre los caballos que llevan la carreta. Se compadecen de ellos y tiran todos sus reproches sobre Billy, que por primera vez toma conciencia del estado deplorable de los caballos. Por primera vez en la guerra, también, llora.

La hija de Billy, Barbara, llega al hospital luego de que le den el alta por el accidente de avión y lo lleva a casa. Lo pone al cuidado de una enfermera residente. El mensaje de Billy no puede esperar más. Se escapa y conduce a la ciudad de Nueva York para contarle al mundo sobre Tralfamadore. Una vez allí, mirando la vidriera de una librería, Billy ve cuatro libros de Kilgore Trout en exhibición. Entra a leerlos. Uno de ellos se trata de un hombre y una mujer terrícolas que son secuestrados por extraterrestres y llevados a un zoológico en un planeta lejano. Mientras aún está en la librería, ve también una revista pornográfica que tiene como título “¿Qué ha sido de Montana Wildhack?” (p.180). Él, Billy, sabe exactamente dónde está Montana: se quedó en Tralfamadore cuidando al niño que ambos tuvieron juntos.

Billy concurre a la radio. Allí, creen que él está para hablar de si la novela “era o no una cosa muerta” (p.181). Muchos escritores disertan sobre el género novela, hasta que es el turno de Billy, que comienza a hablar de platillos voladores, Tralfamadore, Montana Wildhack. Muy amablemente es expulsado del estudio de radio.

Viaja en el tiempo nuevamente a Tralfamadore, donde Montana lo recibe. Le pregunta si ha estado viajando en el tiempo otra vez: ella sabe cuando eso sucede; puede percibirlo por su actitud. Billy le cuenta sobre Nueva York y Times Square. La menciona a la mujer que ha visto, al pasar una vieja película suya. Ella ya se siente libre de culpas por su vida en la tierra, completamente tralfamadoriana. Un relicario de plata que cuelga entre sus pechos desnudos tiene la misma inscripción que la placa en el consultorio de Billy: “Concédeme, Señor serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar las que sí puedo y sabiduría para distinguir las unas de las otras” (p.183).

Capítulo 10

Es 1968. Martin Luther King Jr. y Robert Kennedy están muertos. Cada día el gobierno cuenta los cadáveres de Vietnam. Según Billy, los tralfamadorianos no están interesados en Jesucristo. En lugar de eso, se interesan más por una figura como Darwin, que enseñó que los que mueren están hechos para morir.

El narrador, Kurt Vonnegut, interrumpe el relato y nos dice que uno de los mejores momentos que ha vivido últimamente es su retorno a Dresde con su camarada de guerra O’Hare. En el avión, los otros pasajeros comen sándwiches y beben vino blanco. Según el narrador, O’Hare también tiene un buen pasar económico. O’Hare le lee a Kurt un texto que afirma que la población mundial alcanzará para el año 2000 los siete mil millones de habitantes. “Supongo que todos exigirán un mundo digno”(p.186), dice Kurt.

Billy Pilgrim viaja una vez más en el tiempo, dos días después del bombardeo a Dresde. Billy y los otros sobrevivientes (entre los cuales, aunque no sean camaradas de Billy, sabemos que están Kurt Vonnegut y Bertram O’Hare) caminan entre las ruinas y los cadáveres. Encuentran muchas “minas de cadáveres” (p.187), es decir, refugios en los cuales todos los que estaban dentro murieron calcinados. En un principio no desprenden olor, pero luego empiezan a “corromperse y descomponerse, y su hedor era parecido al del gas de mostaza y rosas” (p.187). En un principio, los soldados sobrevivientes deben cavar fosas para enterrar los cuerpos. Finalmente, a medida que el ritmo de la putrefacción supera los esfuerzos de recuperación, las autoridades adoptan una nueva política. Los cuerpos son incinerados donde yacen en cavernas subterráneas. Los soldados utilizan lanzallamas para llevar a cabo esta lúgubre tarea.

Mientras los soldados americanos todavía están bajo el mando alemán, las autoridades encuentran a Edgar Derby con una tetera que encontró entre las ruinas. Es arrestado, condenado por saqueo y ejecutado por un pelotón de fusilamiento.

Llega la primavera y los alemanes desaparecen para luchar o huir de los rusos. Termina la guerra. De los árboles ya brotan hojas. Billy encuentra dos caballos y un carro verde con forma de ataúd. Un pájaro le dice: "¿Pío, pío, pi?" (p.188).

Análisis

En el relato del día más feliz de Billy Pilgrim, el narrador pone de relieve el terrible absurdo de la vida humana: el día después de la rendición alemana, Billy dormita felizmente al sol en medio de las ruinas de la ciudad de Dresde. Yace sobre una carreta que es en realidad un ataúd atado a dos caballos. Podría decirse que el ataúd representa la muerte en sentido simbólico. A pesar de haber sobrevivido, esta es la muerte de una existencia significativa, la muerte de la inocencia de todos los “Billy Pilgrim” de la guerra, que es la misma inocencia de los niños que llevaron a cabo la “Cruzada de los niños” de la que se habló en el capítulo 1 y que da pie al subtítulo de Matadero cinco. Billy no comprende en ese momento, y tal vez no lo haga nunca, qué significa la victoria en la guerra. La victoria es vacío. Su victoria, la de los aliados, contiene en sí misma la derrota.

La historia de la guerra es escrita por personajes como Rumfoord: este historiador primero descree de la participación del “cobarde” Billy Pilgrim en la guerra y de su presencia en los bombardeos de Dresde. Rumfoord no quiere escuchar lo que alguien como Billy Pilgrim tiene para decir. La historia del bombardeo está moldeada por quienes están a cargo de escribir sobre ella, en este caso, el compañero de habitación de Billy. El mundo poco sabe sobre la masiva pérdida de vidas, sobre el espanto ocurrido en Dresde. Matadero cinco es la ofensiva de Vonnegut contra la amnesia colectiva propagada por gente como Rumfoord.

“Mira, hijo, no escribas nunca una novela con un personaje malo” (p.15), dice el padre de Vonnegut en el primer capítulo. Pensando en esta cita, podemos decir que el principal antagonista de Matadero cinco no es un personaje, sino la propia Segunda Guerra Mundial. Como bien le aconsejó su padre, Vonnegut evita la construcción de villanos. Billy Pilgrim lucha con los efectos traumáticos de la guerra mucho más de lo que lucha con ningún otro personaje. A lo largo del resto de la novela, Billy entra y sale del tiempo, maniobrando entre varios momentos de su vida en un esfuerzo por suprimir los recuerdos de la guerra, especialmente el bombardeo de Dresde. No acepta este trágico evento hasta casi veinte años después, cuando el cuarteto de Los Bacos le recuerda a los guardias alemanes en Dresde luego del bombardeo. Es de los pocos momentos movilizantes en los que Billy Pilgrim no viaja en el tiempo y se evade.

Así como acabamos de decir que el narrador se despega de algunas de las ideas más polémicas de Billy (como el relato de su propia muerte), en estos capítulos también aparecen ciertos eventos que nos llevan a sospechar de Billy Pilgrim. Justo antes de que, en Nueva York, se dirija a la radio a hablar de cómo fue secuestrado por tralfamadorianos, pasa por una librería en Times Square y hojea un libro de Kilgore Trout: “Leyó algunos párrafos y descubrió que ya lo había leído, hacía cosa de un año. Trataba de un hombre y una mujer terrícolas que habían sido raptados por seres extraterrestres y exhibidos en un zoológico de un planeta llamado Zircon-212” (p.177). Esta escena enrarece todo lo que, cronológicamente, viene después. ¿Fue realmente Billy Pilgrim secuestrado junto a Montana y llevado a un zoológico en Trafalmadore? ¿Es todo producto de su imaginación debido al estrés postraumático, producto de la guerra? Esta ambigüedad no termina de resolverse. Billy ha visto, en otros momentos, películas pornográficas con Montana Wildhack, que la retratan como una cautiva en un zoológico alienígena. Son sutiles sugerencias de que tal vez Billy esté imaginando mucho de lo que se cuenta y que haya incorporado a su memoria estos elementos de obras de ciencia ficción clase B.

En Matadero cinco, no solo se descarta la estructura convencional a la hora de relatar una historia, que entre otras cosas incluye un clímax, sino que también muestra cómo la guerra ha hecho que la idea de un clímax sea completamente irrelevante, sobre todo si se intenta, como aquí, desterrar el relato bélico tradicional y su tono épico. Si bien Vonnegut le sugiere a O'Hare en el primer capítulo que el libro debería llegar a su clímax en la ejecución de Edgar Derby por robar la tetera, la descripción de este momento finalmente pasa casi desapercibida en el texto, sin marcas de lirismo o elocuencia: “Trabajando en aquellos lugares el pobre profesor de escuela superior, Edgar Derby, fue atrapado con una tetera que había tomado de las catacumbas. Fue arrestado por pillaje, juzgado y muerto. Así fue” (p.188).

Los tralfamadorianos aconsejan, para el propio bienestar, volver a visitar eternamente los momentos agradables de la vida, pero lamentablemente Billy Pilgrim no ejerce ningún control sobre sus viajes en el tiempo. Del mismo modo, no existe un control en la mente de Billy sobre sus propios recuerdos, lo que puede dificultar encontrar el mensaje consolatorio tralfamadoriano que Billy intenta dar con respecto a la persistencia de los momentos buenos, es decir, el hecho de que crea que mientras alguien muere, simultáneamente está en otro momento de su vida, vivo y sano. Es más, lo que no se dice es que si un momento agradable dura para siempre, eso significa que necesariamente también lo hace un momento terrible, como el bombardeo de Dresde. Aunque no lo veamos, aunque corramos la cara, mientras Billy recibe el alegre sol primaveral recostado sobre el ataúd-carreta, 130.000 civiles se queman y asfixian en Dresde.

Al final del texto, el pájaro vuelve a hacer la pregunta del comienzo: “¿Pío, pío, pí?” (p.188). Para tal pregunta no hay respuesta. Como vimos en el capítulo 1, el narrador tiene un trasfondo para el canto absurdo del ave: “si este libro es tan corto, confuso y discutible, es porque no hay nada inteligente que decir sobre una matanza. Después de una carnicería sólo queda gente muerta que nada dice ni nada desea; todo queda silencioso para siempre. Solamente los pájaros cantan” (p.24). Cuando se reúnen, cuando se reencuentran, los soldados americanos no tienen palabras elocuentes: “Nadie hablaba. Nadie tenía una buena historia de guerra que contar. Los recién llegados se acomodaron como pudieron y Billy se echó a dormir con la cabeza apoyada en el hombro de un capitán que no protestó” (p.56). El canto de los pájaros tiene tanto sentido como cualquier cosa que una persona pueda decir sobre una matanza. Sin embargo, incluso si lo que narra parece no tener sentido o ser absurdo, al igual que el canto del pájaro, Matadero cinco viene a llenar ese silencio luego de la masacre; viene a intentar decir algo al respecto.