Matadero cinco

Matadero cinco Imágenes

La ciudad de Dresde

“A Billy le pasaron desapercibidos la mayoría de los ojos que le encontraban tan divertido. Estaba maravillado por la arquitectura de la ciudad. Sobre las ventanas, alegres amoretti entrelazaban alegres guirnaldas. Rudos faunos y ninfas desnudas atisbaban desde las festoneadas cornisas. Y monos de piedra retozaban entre volutas, conchas y bambúes” (p.135). La arquitectura de la ciudad de Dresde irrumpe en el paisaje de los soldados. Esta imagen visual es casi barroca, colmada de representaciones figurativas. Es una imagen que deslumbra y que contrasta con lo que poco después se verá en la ciudad: fuego, destrucción total y cadáveres.

El olor a gas mostaza y rosas

"Contestó. Al otro lado del hilo había un borracho. Billy casi olía su aliento de mostaza y rosas. Resultó que se había equivocado de número" (p.71). Ese borracho que está al otro lado de la línea es Kurt Vonnegut, el narrador, que antes nos dijo: “a veces, a altas horas de la noche, me da esa manía de mezclar el alcohol con el teléfono. Me emborracho y luego, gracias a mi aliento, que parece hecho de mostaza y rosas, alejo de mi lado a mi mujer” (p.12). También afirma que a su perro “no le importa el olor a gas de mostaza y rosas” (p. 14). Esta imagen olfativa recurrente y particular está asociada, sobre todo, a la figura de Kurt Vonnegut en la novela. Aunque no podemos dar un sentido unívoco al aroma de las rosas, sí podemos hacerlo con el gas mostaza: alude al bombardeo.

A pesar de que ha vuelto de la guerra hace tiempo, el narrador conserva en su aliento el olor a gas mostaza, proveniente sobre todo del olor de los cadáveres encontrados luego del bombardeo en los refugios: “los cuerpos empezaron a corromperse y descomponerse, y su hedor era parecido al del gas de mostaza y rosas” (p.187).

“Salió haciendo crujir la húmeda ensalada del césped con su fríos y marmóreos pies” (p.73)

“Los fríos y marmóreos pies” son un motivo recurrente en Matadero cinco. En este caso, la húmeda ensalada del césped que cruje es una imagen visual y auditiva que contrasta con la mortuoria imagen de los pies azules y congelados. La humedad del césped transmite la idea de algo vital, orgánico y dinámico.

El agregado de “ensalada” tiene que ver con la comicidad de Vonnegut y sus imágenes cargadas de humor, que generalmente irrumpen en momentos inesperados.

“Tenía unas manchas pegajosas, como de mermelada de fresa, que la hacían parecer la piel de un animal muerto de frío. De hecho, el cuello de la cazadora era de piel animal” (p.78)

Las manchas pegajosas, como de “mermelada de fresa”, son evidentemente sangre. La ropa perteneció a soldados y civiles muertos. Billy Pilgrim muchas veces hace un desplazamiento de lo que ve, desajustando las imágenes, como en este caso, en que convierte la sangre en mermelada. A pesar de este desplazamiento, la imagen no deja de ser contundente.