La siesta del martes

La siesta del martes Metáforas y Símiles

"... un traje cortado como una sotana" (p. 95) (Símil)

Con este símil, el narrador explica la forma simple y austera de la vestimenta de la madre a través de una comparación con una sotana, una prenda de vestir que suelen usar los sacerdotes, de color negro y que cubre todo el cuerpo, desde los hombros hasta los tobillos.

"El tren empezaba a correr de nuevo" (p. 96) (Metáfora)

En esta metáfora, el narrador presenta el movimiento del tren a través de una personificación: en lugar de usar un verbo de movimiento propio de un vehículo, utiliza uno que corresponde a acciones humanas: correr.

"El pueblo flotaba en el calor" (p. 97) (Metáfora)

Con esta metáfora, el narrador da cuenta del sopor en el que se encuentran los habitantes a la hora de la siesta: la sensación de agobio y la cualidad envolvente del calor mantienen a todos en un estado de letargo.

"—¿Nunca trató de hacerlo entrar por el buen camino?" (p. 100) (Metáfora)

Cuando el sacerdote descubre que la mujer es la madre del ladrón fallecido, le pregunta si nunca intentó que su hijo abandone la delincuencia. En este sentido, el buen camino es una metáfora que refiere a un estilo de vida signado por las buenas acciones y la corrección moral. No resulta casual que sea el sacerdote quien emplea esta metáfora, ya que, desde su concepción moral, lo bueno y lo malo están perfectamente delimitados, y las personas tienen plena facultad de elegir entre un camino y otro.

"—Se van a derretir —dijo su hermana, inmóvil en el fondo de la sala—. Espérense y les presto una sombrilla" (p. 101) (Metáfora)

Al final del cuento, cuando la madre y su hija están por salir de la casa cural, la hermana del cura intenta persuadirlas para que se queden y, para eso, alude a la situación climática: les dice figuradamente que van a derretirse, una reacción propia de algunos elementos frente a las altas temperaturas. Con ello, queda claro que el calor es tan intenso que puede hacerles mal.