He andado muchos caminos

He andado muchos caminos Temas

La sencilla vida de campo

La vida de campo es tratada en este poema con admiración por parte del yo lírico. Quienes laboran la tierra son gente sencilla que disfruta del trabajo y los juegos. Se pone el foco en la aceptación de las personas simples de lo que tienen: si tienen vino, beben vino y se divierten, y “donde no hay vino, agua fresca”.

La naturaleza siempre acompaña las reflexiones de Machado, quien era llamado el poeta-filósofo por sus contemporáneos. Ella representa su costado rural, sus antecedentes campesinos. En muchos de sus poemas, se apoya en la naturaleza para abordar los misterios de la vida. Y la gratitud de la vida rural viene, en gran medida, de un agradecimiento a los dones que brinda la naturaleza.

La soberbia

Para Machado, un gran asunto a trabajar por los españoles era la soberbia, particularmente aquella con la que se abordaba al campesino. Si bien en la época que le tocó vivir, el 60% de la población española era analfabeta, y él abogaba, como sus compatriotas, Pío Baroja, Unamuno o Valle-Inclán, por la alfabetización y el progreso del país, su mirada sobre la vida prosaica de los pueblos labradores nunca fue arrogante.

En “He andado muchos caminos”, ahonda sobre esta postura. Señala cómo la arrogancia de los “pedantones” arrasa con el campo: por donde caminan, apestan la tierra, según los versos pareados que son protagonistas en el texto. Machado, que tuvo como maestro a Giner de los Ríos, piensa que hace un bien a la cultura acercando a sus versos el mundo rural, revalorizándolo y, a su vez, abogando por la alfabetización de la clase trabajadora. El enriquecimiento, entonces, debe ser mutuo y no unilateral; allí reside la crítica a la soberbia que hace en este poema.

La alegría

El poeta enfatiza en sus versos lo relevante que es vivir una vida alegre. En las escenas en las que retrata a quienes conoció en sus viajes, en primer lugar, habla de caravanas de hombres tristes, “borrachos de sombra negra”, “melancólicos” y los mencionados “pedantones al paño”. Todos ellos son personas que “miran, callan y piensan / que saben (...)”, cuando, en realidad, deja entrever que no entienden lo que él. ¿Qué es eso que no comprenden o no ven? Pues la alegría de la gente de campo, que disfruta de los juegos, de laborar la tierra, del vino cuando hay, y también del agua fresca cuando el vino falta.

Para Machado, como deja impreso en cierta medida en este poema, la alegría de la gente sencilla, que para algunos puede aparentar ser conformismo o mediocridad, es considerada algo de lo cual la elite intelectual soberbia española debe aprender. El final del poema parece decir que de la tierra venimos y a la tierra vamos, por lo que el énfasis está puesto en el cómo más que en el hacia dónde. Y el cómo, en este caso, tiene mucho que ver con la gratitud y la alegría. No en vano Machado es autor de los célebres versos “caminante no hay camino / se hace camino al andar” (1997).

La identidad española

Históricamente, el problema de España es el nombre que se le ha dado a un concepto que se originó a finales del siglo XIX en el debate intelectual de dicho país, con el auge del movimiento regeneracionista, por un lado, y el surgimiento de los nacionalismos, por el otro. Este debate se centraba en la cuestión de la identidad española, y coincide, por supuesto, con la imagen de las dos Españas que se cultivó desde aquel tiempo a esta parte, una división ideológica que refleja el conflicto fratricida que ha caracterizado la historia moderna del país y que tuvo, inclusive, su correlato en la vida privada del poeta: el hermano de Antonio, Manuel, se alió al franquismo, mientras que Antonio se mantuvo firme en una ideología republicana de izquierda. Machado y la generación del 98 participaban activamente de esta necesidad de resolver el problema del ser español que acompañaba la fractura ideológica de principio de siglo. En este sentido, en su obra, muchas veces se encuentran volcadas las inquietudes y tensiones con respecto a la identidad nacional, que no necesariamente se resuelven en los poemas.

En el caso de "He andado muchos caminos", nos encontramos ante un poema característico de una etapa de la obra de Machado en la que sostenía que la identidad española debía ser buscada en la campiña castellana, en sus labradores y obreros sencillos. A pesar de que sabía, y le indignaba, el hecho de que más de la mitad de los españoles fueran analfabetos, y que había cierta dejadez en su estilo de vida, no creía que la pregunta por el ser español se resolviera en la gran ciudad, o con estilos e ideas importados de afuera, sino, más bien, mirando hacia el campo y viendo qué enseñanzas podían brindar los campesinos y los pueblerinos a los intelectuales, y viceversa. El anverso del analfabetismo que tanto lo irritaba muchas veces recaía en el carácter simple del hombre de campo y su vida prosaica, cosa que, por otra parte, maravillaba a Machado. Dice en “Autobiografía, escrita en Baeza en 1913”: “Tengo un gran amor a España y una idea de España completamente negativa. Todo lo español me encanta y me indigna al mismo tiempo” (1969). Estos dos sentimientos en torno al ser español se mantienen en constante tensión en toda la obra del poeta.