He andado muchos caminos

He andado muchos caminos Machado y la Generación del 98

El poeta Antonio Machado participó, en mayor o menor medida, de tres corrientes o movimientos estéticos literarios: el modernismo americano, la Generación del 98 y el simbolismo de origen francés. Su estilo está más bien influenciado por el modernismo y el simbolismo francés, mientras que los temas e intereses son más bien propios de la generación del 98, y es por esto que con ella se lo identifica, al igual que a su hermano Manuel, hasta nuestros días.

Dice Machado en 1937:

Entre españoles, lo esencial humano se encuentra con la mayor pureza (...) en el alma popular (...). Mi folklore no ha traspuesto las fronteras de mi patria. Pero me atrevo a asegurar que, en España, el prejuicio aristocrático, el de escribir exclusivamente para los mejores, pueda aceptarse y aún convertirse en norma literaria, sólo con esta advertencia: la aristocracia española está en el pueblo, escribiendo para el pueblo se escribe para los mejores. Si quisiéramos, piadosamente, no excluir del goce de una literatura popular a las llamadas clases altas, tendríamos que rebajar el nivel humano y la categoría estética de las obras que hizo suyas el pueblo y entreverarlas con frivolidades y pedanterías (1937).

Esta cita está tomada de una ponencia contundente que da Machado en un congreso de escritores en Valencia, llamada “Sobre la defensa y la difusión de la cultura”, en la cual sienta las bases ideológicas de su poesía. El pueblo, como queda claro en sus palabras, tiene un rol preponderante, en primer lugar, como protagonista de la historia y la cultura de España, y, por supuesto, en su poesía, y es el núcleo central de la estética e ideología de la Generación del 98.

La Generación del 98 fue un movimiento literario y cultural que tuvo lugar en España a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Esta generación estuvo formada por un grupo de escritores y pensadores que, como bien dijimos, compartían la preocupación por la crisis política, social y cultural que afectaba al país. Entre los mayores exponentes de esta generación se encuentran Miguel de Unamuno, Azorín, Pío Baroja, Ramón del Valle-Inclán y Antonio Machado, entre otros. Cada uno de estos escritores tenía una visión particular del mundo y de la literatura, pero todos compartían una serie de intereses temáticos y características estilísticas que los unían: la identidad del pueblo español fue quizá el tema más importante para este grupo heterogéneo.

Machado y sus compañeros sentían una profunda preocupación por el declive del país y la pérdida de sus valores tradicionales. Por eso, muchos de ellos se dedicaron a explorar la historia y la cultura españolas en busca de una identidad que pudiera guiar el futuro del país. En cuanto a las características más sobresalientes de la poesía de la Generación del 98, se puede decir que se caracteriza por una métrica y un lenguaje sencillos y directos, alejados de la retórica excesiva y la grandilocuencia del Modernismo. Los poetas de esta generación buscaban una poesía que fuera capaz de expresar sus preocupaciones y sentimientos de una manera clara y sincera. Es por esto que, como bien dijimos, podemos encontrar en Machado resabios estilísticos del Modernismo, propios de la expresión del yo poético, pero se aleja de la excesiva ornamentación del verso e inclusive de la complejidad métrica de muchos de los poetas modernistas que admiraba.

Machado también comparte con sus compañeros de la Generación del 98 un tono melancólico y nostálgico al reflejar la preocupación por la pérdida de la identidad española (la andaluza, sobre todo) y la desvalorización de las raíces sencillas de su pueblo, pero cabe aclarar que su poesía no es pesimista. Como tantos otros de su grupo, encuentra en la vida sencilla de campo una enseñanza que el intelectual debe tomar para impulsar la cultura del país hacia una evolución, pero siempre desde la propia identidad española.