El país de las mujeres

El país de las mujeres Resumen y Análisis La Noticia - Manifiesto del Partido de la Izquierda Erótica (PIE)

Resumen

La Noticia

La esposa de José de la Aritmética lo despierta a los gritos para anunciarle que la presidenta está viva. Ven en la televisión el discurso que da Ifigenia Porta, Ministra de la Información, para compartir la noticia. Viviana ha recibido dos heridas de bala: una en la cabeza y otra en el abdomen. Le han hecho varias cirugías y está estable. La bala que ha impactado en su cráneo parece no haber afectado ninguna función del cerebro, por lo que la presidenta podría recuperarse de manera total. Sin embargo, se encuentra en coma y su pronóstico es incierto. Mercedes se alegra por la noticia, pero José cree que la presidenta está muerta en vida. Rápidamente preparan los raspados y José sale a trabajar. En las calles, observa a unos estudiantes y reflexiona sobre las políticas educativas del PIE: los niños hasta los doce años reciben una educación libre y eligen qué materias les interesan más. En la adolescencia, van a escuelas secundarias con horarios más fijos y estudian de manera más tradicional. Entre las disciplinas obligatorias, hay una llamada "Maternidad", que también se dicta en las universidades, y se destina a enseñar los modos de cuidar a los bebés y los niños. José sigue caminando y recuerda que la presidenta ha impulsado la limpieza de las calles para mejorar la calidad de vida. También piensa en las tensiones provocadas por el descontento de muchos hombres cuando el PIE ganó las elecciones, sobre todo cuando se decretó que debían pasar seis meses trabajando únicamente en el ámbito doméstico y de la familia para aprender a hacer las tareas que históricamente solo han realizado las mujeres. Si bien al principio estas propuesas le parecían raras o extremas, ahora José defiende el gobierno de las eróticas: cree que ha dado muchos frutos positivos.

Las gafas de sol

En el galerón, Viviana toma unos anteojos de sol que recuerda muy bien. La llevan a recorrer memorias de su relación con Sebastián, su marido y padre de Celeste, que ha fallecido diez años antes. Lo recuerda como un hombre lleno de ternura con quien mantuvo una relación de amor profundo, de pasión, apoyo y cuidado. Al tocar las gafas, Viviana se transporta a un viaje que hicieron por Nueva York. Al soltar los anteojos, vuelve a encontrarse en el galerón, apenada por saber que Sebastián nunca más la tocará. En ese punto, rememora los primeros tiempos tras su muerte, cuando la tristeza invadía sus días. Celeste tenía seis años cuando falleció su papá. Consuelo, madre de Viviana, la acompañó y la ayudó a salir de la depresión. Para ello, se mudó a la casa de su hija y se encargó de cuidar a Celeste. Además, Consuelo le dijo que debía reconstruir su vida, e insistió en que debía retomar su sueño de ser periodista. Así es que unos meses más tarde consiguió el trabajo de presentadora de noticias en la televisión que la llevó a la fama.

El reloj despertador

Al lado de las gafas, Viviana encuentra un reloj despertador de la época cuando trabajaba en la televisión. Marca la hora en la que entraba a ese trabajo: las cinco de la mañana. Recuerda que no le gustaba despertarse temprano, pero que, por ser mujer, tenía una tendencia a acostumbrarse a las obligaciones. Entonces reconstruye la imagen de los barrios que recorría para llegar hasta el canal. Es una ciudad colorida pero muy sucia, donde está muy marcada la diferencia entre ricos y pobres. Un tiempo después, pasó a trabajar en el noticiero de la noche. Allí, se vio obligada a lidiar con la triste realidad de Faguas: violencia sexual, pedofilia intrafamiliar, robos y corrupción inundaban las noticias diarias. Por contar las noticias con compromiso, Viviana ganó una enorme popularidad, y las personas confiaban mucho en ella. Un día, un hombre que trabajaba como jardinero en casas particulares le contó que había visto un pingüino en la mansión del magistrado Jiménez, juez de la Corte Suprema de Faguas. Viviana investigó el caso y descubrió que el animal había llegado a Faguas de manera ilegal, y que lo mantenían vivo en un cuarto frío que era carísimo. Durante la investigación se develó que el magistrado y otros hombres organizaban fiestas llenas de excesos en esa mansión, y jugaban a darle de comer al pingüino. La población de Faguas se indignó por el comportamiento inmoral del juez: "Infortunadamente, pensó Viviana, por muy ridículo y absurdo que fuera lo del pingüino, resumía irónicamente la perversa corrupción y descaro de los funcionarios públicos de Faguas" (64). El informe aumentó la popularidad de Viviana, y algunas personas comenzaron a sugerirle que fuera candidata a la presidencia. Al principio, eso le pareció exagerado, pero se fue comprometiendo cada vez más con resolver los problemas de su país. Así, creó su propio programa televisivo semanal, llamado Un poco de todo.

Petronio Calero

Un hombre llamado Petronio está en su casa. Tiene hambre, pero no se dispone a cocinar; está sucio y deprimido. Su esposa, Olga, es ingeniera industrial, pero durante mucho tiempo solo trabajó dentro de la casa porque él no le permitió ejercer su profesión. Con el gobierno de las eróticas las cosas han cambiado y él, que debería encargarse de las tareas domésticas, no sabe qué hacer todo el día en la casa. Mientras riega las plantas, escucha que pasa José de la Aritmética con el carrito de raspados y sale a conversar con él sobre el estado de salud de la presidenta.

Eva Salvatierra

Desde el atentado, Eva está furiosa. Siente frustración por no haber protegido mejor a Viviana. También se siente sola; no tiene familia. Es hija de un combatiente de la revolución que la introdujo en el "arte militar" (71), pero el hombre ha fallecido un año antes. Eva sospecha que su padre ha sido el responsable de la desaparición de Ricardo, el único hombre al que ella ha amado. Eva tenía una muy buena relación con Ricardo hasta que, un día, él la golpeó. Automáticamente, ella decidió separarse, pero él no aceptó la ruptura y la acosó durante un tiempo. Entonces ella le pidió ayuda a su padre y, de pronto, la ex pareja dejó de aparecer. Eva le preguntó varias veces a su papá si había matado a ese hombre, pero el padre respondía que no. Ahora, mientras Eva piensa en estas cuestiones, entra su secretaria en la oficina y le recuerda que es jueves, día en que exponen públicamente a los violadores en espacios públicos. Se trata de una medida impulsada por la propia Eva, quien considera que es necesario hacerlos pasar por una humillación semejante a la que ellos provocaron en sus víctimas. Incluso propone tatuarles la palabra "violador" en el rostro, pero la Asamblea solo permite que el tatuaje sea una letra "v". La medida es muy polémica en Faguas; diferentes sectores de la población la rechazan.

La taza

En el galerón, Viviana encuentra una taza con el logo de su programa televisivo, Un poco de todo. Al verla, recuerda el placer que le da tomar café y se pregunta si podría existir en su conciencia sin comer ni sentir más el cuerpo a través de los sentidos. Al tomar la taza en sus manos, se transporta a una nueva memoria, esta vez en el camarín del canal. Una noche, después del programa, se estaba sacando el maquillaje y, de pronto, apareció una chica de dieciséis años llamada Patricia. La joven le dijo que necesitaba hablar con ella sobre un asunto relacionado con el caso del pingüino y el magistrado Jiménez. Patricia estaba muy nerviosa y le costaba hablar, pero pudo pedirle a Viviana que salieran juntas en el auto. Viviana decidió confiar en la muchacha, y esta le contó que Jiménez tenía chicas secuestradas, a las que violaban él mismo y otros hombres. Ella era una de esas chicas; había logrado escapar y quería regresar con Viviana para salvar a sus compañeras. La protagonista aceptó ayudarla y, en el camino, la muchacha le contó los detalles de la situación y su historia personal: había sido violada desde muy pequeña por un tío que luego se la vendió a un hombre que la prostituyó en la ciudad. Cuando las dos llegaron a la zona donde Patricia había estado secuestrada, esperaron a las otras chicas, pero pasó el tiempo y no las encontraron, por lo que tuvieron que aceptar que no podrían rescatarlas en ese momento. Entonces volvieron juntas para la casa de Viviana. Al llegar, esta llamó por teléfono a Eva para contarle todo. Se sentía devastada por la situación. Una semana después, Patricia dio su testimonio en Un poco de todo con la cara blureada, para proteger su identidad.

Se hunde Jiménez

Este brevísimo apartado recupera un artículo periodístico como material histórico. Se cuenta que el presidente de Faguas, llamado Paco Puertas, ha aceptado la renuncia del magistrado Jiménez, ahora implicado en un caso de tráfico de niñas menores de edad para explotarlas sexualmente. Por indicación de un juez, Jiménez se encuentra en arresto domicilario preventivo.

La cafetera

En el galerón, Viviana encuentra una cafetera que ha usado durante encuentros del club del libro que tenía con sus amigas Eva, Martina, Ifigenia y Rebeca, y que luego derivó en la formación del PIE. Al tocar la cafetera, se transporta a un recuerdo en la casa de Ifigenia. Una tarde, mientras las amigas conversaban alegremente, Viviana comentó que quería lavar y planchar a su país, y entonces se animó a proponer la creación del partido. Arengó a sus amigas, convenciéndolas de que podían ser las responsables de un cambio positivo para Faguas. La sugerencia de Viviana iba más allá de tener una presidenta mujer: la cuestión era crear un poder femenino, un partido que cuidara del país como las madres cuidan el hogar y a sus hijos. Sus amigas la apoyaron y aportaron ideas. Martina sugirió el nombre Partido de la Izquierda Erótica, en honor al germen de un partido que nunca había existido como tal, pero que soñaron mujeres de una generación anterior, vinculadas al movimiento revolucionario en el país. Así, las amigas se propusieron cambiar la organización social y la división sexual del trabajo para que existiera la igualdad real de condiciones entre los varones y las mujeres. También idearon la bandera del partido, con la ilustración de un pie, como metáfora de su consigna: "poner un pie delante del otro... para avanzar" (89). Finalmente Viviana sugirió la creación de un Estado ginocrático, es decir, uno en el que el gobierno estuviera compuesto exclusivamente por mujeres, al menos por un tiempo. Para cubrir todos los cargos con personas capacitadas, pensaron en llamar a ministras extranjeras especializadas en diferentes asuntos. Tras todos estos recuerdos, Viviana devuelve la cafetera a la estantería, donde ve el libro Un cuarto propio, de Virgina Woolf, y rememora cuánto la ha inspirado esa lectura.

Manifiesto del Partido de la Izquierda Erótica (PIE)

Como material histórico, se reproduce el manifiesto del partido creado por Viviana y sus amigas. Consta de siete puntos en los que se establece que son un grupo de mujeres dispuestas a mejorar el sistema democrático de Faguas, desplazando a los hombres de los lugares de mayor autoridad para crear un poder femenino. También aseguran que son de izquierda porque pretenden combatir la pobreza, la corrupción y el desastre del país, y que defienden el erotismo puesto que "eros", en griego, quiere decir "vida". Así, declaran que su ideología es el "felicismo", buscando "que todos seamos felices, que vivamos dignamente, con irrestricta libertad para desarrollar todo nuestro potencial humano y creador y sin que el Estado nos restrinja nuestro derecho a pensar, decir y criticar lo que nos parezca" (93). El manifiesto termina convocando el apoyo de las mujeres e invitando a los hombres a reflexionar.

Análisis

En esta serie de capítulos, comienza a explicarse con mayor profundidad el cambio social, cultural y político introducido por el gobierno del PIE, así como los orígenes del partido y su llegada al poder. De este modo, se refuerzan las dimensiones política y alegórica de la novela, y aparecen elementos en los que resuena la historia nicaragüense. Por ejemplo, mediante la historia de Eva, se habla del pasado revolucionario del país, ya que el padre ha sido guerrillero y la ha formado en el “arte militar” (71). A su vez, se manifiesta explícitamente que el partido liderado por Viviana al interior de la ficción homenajea un partido creado por las revolucionarias de una generación anterior. En los años setenta, en Nicaragua, realmente se funda el Partido de la Izquierda Erótica, pero sus creadoras no logran desarrollarlo plenamente. Esas fundadoras, entre quienes se encuentra la propia Gioconda Belli, son guerrilleras del Frente Sandinista de Liberación Nacional, participantes activas de la lucha revolucionaria, quienes perciben que se ven limitadas por sus propios compañeros varones, porque estos sostienen una dinámica patriarcal. Como afirma la crítica literaria Luciana de Mello, “El país de las mujeres es en parte una revancha, una crítica a lo que se dejó de lado dentro del mismo Frente en el tramado de la revolución: la desigualdad, la desvalorización, el poder erótico –del eros como vida– de las mujeres” (2010). Por eso, la protagonista y sus amigas se proponen organizarse y luchar también desde el feminismo.

Ahora bien, la propia novela identifica que existen muchas variantes del feminismo. De hecho, en el capítulo "La cafetera", Viviana afirma que "El feminismo es muy variado" (85), y comenta con sus amigas que algunas feministas podrían rechazar su propuesta política, mientras que otras la apoyarían. Es preciso, pues, prestar atención al tipo de feminismo que propone el Partido de la Izquierda Erótica. Por un lado, como se ha mencionado, la novela parte de una descripción binarista de la sociedad: entre sus personajes solo existen mujeres y varones cisgénero. Es decir que, si bien no se plantea explícitamente la inexistencia de otras identidades de género, la narración parece sostener una correspondencia directa entre sexo y género. Las mujeres tienen útero, menstrúan, pueden quedar embarazadas y por eso, de acuerdo con el texto, tienen una tendencia a la sensibilidad, la amabilidad, los cuidados. Por su parte, los hombres tienen pene y testículos y suelen comportarse de manera grosera y hasta violenta. En ese sentido, cabe resaltar la importancia que se le da a la testosterona como determinante de los comportamientos masculinos: cuando, gracias al volcán, bajan los niveles de esta hormona en los varones, estos se vuelven más dóciles y menos dominantes. En otras palabras, la novela sostiene una visión biologicista de los comportamientos humanos según el género.

Sin embargo, en este punto, es fundamental reparar en la definición de maternidad que propone la novela. Las eróticas procuran desarmar la relación directa entre mujer y madre. Por eso sostienen que maternar es cuidar de los bebés y de los niños, y que tanto las mujeres como los varones adultos deben estar en condiciones de hacer esas tareas. Este asunto es tan importante para la propuesta política de las eróticas que Maternidad, incluso, se convierte en una materia de la escuela secundaria y de la universidad en Faguas. En esa materia, todos los estudiantes aprenden a cambiar pañales, sacar eructos, curar lastimaduras y a tratar a los niños con amor y respeto, sin violencia. En ese sentido, la reforma educativa es otro pilar del gobierno del PIE. Los niños y las niñas son acompañados para desarrollarse de manera libre, respetuosa e igualitaria. El gobierno del PIE tiene como objetivo principal desarticular la división sexual del trabajo que históricamente ha mantenido a las mujeres en el ámbito doméstico y a los hombres en la arena pública para eliminar las jerarquías entre diferentes trabajos y tareas. Así, las eróticas se disponen a crear un poder femenino porque no basta con tener mujeres ministras y presidentas; es preciso cambiar la lógica de la autoridad y los valores de la sociedad para defender el cuidado, la empatía, la solidaridad, el contacto.

Al mismo tiempo, el propio gobierno del Partido de la Izquierda Erótica se propone asumir el mando del país de manera femenina y maternal. Dentro de su lógica, es necesario dejar de asumir el poder imitando a los hombres y, por el contrario, deben reforzarse las cualidades tradicionalmente asignadas a lo femenino. Así, crean uno de sus conceptos vertebrales, enunciado a través del símil: “Yo imagino un partido que proponga darle al país lo que una madre al hijo, cuidarlo como una mujer cuida su casa; un partido “maternal” que blanda las cualidades femeninas con que nos descalifican, como talentos necesarios para hacerse cargo de un país maltratado como este” (85). En la misma dirección, su manifiesto enuncia: “Prometemos limpiar este país, barrerlo, lampacearlo, sacudirlo y lavarle el lodo hasta que brille en todo su esplendor. Prometemos dejarlo reluciente y oloroso a ropa planchada” (93).

Como antagonista y contrapunto de Viviana y las eróticas, aparece en esta parte de la novela el retrato del magistrado Jiménez, un hombre poderoso, desagradable, maltratador, abusivo, criminal. Jiménez se presenta primero por tener un pingüino en su casa. Esto no solo es extravagante e implica un gasto económico y energético gigante, considerando que Faguas es un país tropical, sino que, además, el animal ha sido obtenido de manera clandestina. Toda la secuencia en relación con el pingüino es narrada como nota trágica y a la vez bizarra, estableciendo un juego entre la crítica social contra los políticos corruptos y el tono humorístico: la extravagancia del magistrado es obscena y ostentosa, lo cual resulta indignante y, al mismo tiempo, un tanto cómico. Jiménez vuelve a estar en el centro de la atención cuando Patricia se presenta ante Viviana y le cuenta que ha sido violada por él y otros hombres en fiestas realizadas en su mansión. La crueldad perversa de esos sujetos, hombres poderosos y adinerados, es tal que usan el cuarto frío del pingüino para torturar a las muchachas que violan. Patricia le cuenta a Viviana: "Allí donde el Magistrado a mí me metieron en el cuarto frío ese del pingüino, con el animal. Me metieron desnuda y se reían de verme" (79).

Por último, en esta serie de capítulos se destaca la relevancia de los medios de comunicación en la construcción política. Viviana llega a ser presidenta de su país, en buena medida, gracias a la popularidad que ha ganado como periodista televisiva. Esa experiencia le permite conocer a fondo la realidad de su país y entrar en contacto con las problemáticas más terribles y más frecuentes: "Abundaban las historias de pandillas y narcotraficantes, a la par de trifulcas domésticas y abusos a menores. Las niñas de diez años que el padrastro embarazaba eran tan frecuentes como los robos y desfalcos al Estado de parte de funcionarios públicos que, en vez de ser despedidos, eran trasladados de una a otra dependencia" (61). Por contar las noticias con integridad, honestidad y compromiso, el pueblo confía mucho en Viviana, e incluso comienzan a sugerirle que se lance como candidata presidencial.