Cuentos de la Alhambra

Cuentos de la Alhambra Elementos Literarios

Genero

Cuento.

Configuración y Contexto

Granada, España en el siglo XIX.

Narrador y Punto de Vista

Los cuentos están narrados por Irving, que se incluye a sí mismo como personaje. Sin embargo, por momentos, esa voz solo introduce las circunstancias que dieron lugar al relato que se desarrolla a continuación, donde ya no se narran las experiencias de Irving, sino leyendas o historias en tercera persona. Sin embargo, los comentarios de Irving a veces se entrelazan aún en esos relatos.

Tono y Estado de Ánimo

El tono de Irving es humorístico. Su relato busca entretener a sus lectores. El ambiente que crea cambia en los distintos capítulos: en algunos el ambiente es idílico; en otras instancias, el ambiente es más bien misterioso e incluso enrarecido por las ruinas y las historias que encierran los edificios.

Protagonista y Antagonista

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Conflicto Principal

El conflicto principal es el que se establece entre los cristianos y los moros. Sin embargo, cada cuento desarrolla el suyo propio, excepto por los capítulos que sirven de introducción donde no hay un conflicto.

Climax

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Presagio

En la "Leyenda de la rosa de la Alhambra" la tía de Jacinta, una muchacha a la que mantiene encerrada en una torre, dice: "¡Vamos, ni en la jaula está seguro el pájaro!" (p.415). Ella no sabe que su sobrina se ha encontrado con un paje dentro de la torre y su frase solo se refiere al halcón que ha entrado al patio donde hay un ruiseñor en una jaula. Esta frase, no obstante, anticipa que Jacinta no estará protegida de los peligros de los hombres y la seducción, aun cuando permanece encerrada.

Atenuación

En "Leyenda de las tres bellas princesas", se dice de Hussein Baba, el guarda de los cautivos cristianos que "tenía la mano abierta a las dádivas" (p.399). De manera indirecta, esta descripción de Hussein lo describe como un personaje corrupto y fácil de sobornar.

Alusiones

En una fiesta popular en su camino hacia Granada, Irving se refiere al cantor del pueblo así: "el Orfeo del lugar resultó ser un jovial zapatero" (p.145). Con la mención de Orfeo los lectores comprendemos que se refiere al más talentoso de los músicos de la fiesta porque lo vinculamos con lo que sabemos de Orfeo en la mitología griega.
En "La biblioteca de los jesuitas" Irving está fascinado con el acceso a la biblioteca y los tomos de crónicas antiguas; en la mayoría de los casos los aficionados sufren como Tántalo porque pueden ver pero no acceder a los tomos antiguos. Mediante la alusión a Tántalo, el lector comprende que Irving se refiere a la experiencia desesperante de tener apenas fuera del alcance algo tan deseado.

Imágenes

Ver sección "Imágenes" en esta guía.

Paradoja

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Paralelismo

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Metonimia y Sinecdoque

Para ilustrar qué tan desierto puede parecer el paisaje español, Irving menciona que, aunque se pueden ver los campos labrados, "en vano se busca la mano que los trabajó" (p.134). En esta sinécdoque, la parte "mano" se toma por el todo "ser humano".

Personificación

En Gandul, un pueblo donde las personas solo saben la hora una vez al día, el narrador describe el reloj en estos términos: "Para cuando el lacónico reloj del castillo dio las dos, ya habíamos terminado nuestra comida" (p.143). Esta cita hace referencia a la única vez que suena al día el reloj del castillo, utilizando el adjetivo "lacónico" que quiere decir "de pocas palabras", es decir, que utiliza un adjetivo referido a una persona para describir al reloj.