Cuentos de la Alhambra

Cuentos de la Alhambra Preguntas de Ensayo

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    ¿Qué aspectos del romanticismo están presentes en la obra?

    En primer lugar, vemos en Cuentos de la Alhambra algunas de las características de un subgénero del movimiento romántico europeo: el gótico. En algunos episodios de la obra, Irving utiliza convenciones del gótico como el terror, las ruinas como espacios porosos que ponen en contacto los planos de lo material e inmaterial y épocas distantes, utiliza también las emociones exacerbadas por la incertidumbre que vive el protagonista en contacto con lo sobrenatural. No obstante, a diferencia de las novelas góticas clásicas, Irving restablece el orden cuando ofrece una explicación racional a todo lo sobrenatural que su mente imagina. El mejor ejemplo de las convenciones del gótico, pero temperadas por lo racional es "Las habitaciones misteriosas".

    Otro aspecto del movimiento que está presente en la obra es el nacionalismo romántico que busca en el folclore y la geografía los rasgos que hacen a la esencia nacional. A lo largo de toda la colección, Irving intenta hacer un retrato de lo que implica ser "español". La manera de encarar los relatos históricos no como mero entretenimiento ni como pura erudición, sino como vehículo para determinar las características que definen a una nación también es romántica y se inspira fuertemente en Walter Scott, uno de los autores ingleses más prominentes del período y que además mantenía una relación personal con Irving.

    La importancia de la subjetividad y del modo en que el artista imprime su propio mundo interior en lo exterior también es romántico. Irving se deja afectar por el contacto con la historia y la naturaleza en España, pero eso le da pie para imprimir su propio genio y subjetividad a través de su imaginación. Es interesante como esta característica romántica también está temperada en la obra como los aspectos góticos. Por ejemplo, el "El balcón", Irving pasa un tiempo imaginando historias inspiradas en la vista que tiene de la plaza desde el balcón, pero todos esos asuntos que imagina son rápidamente descartados por Mateo Ximenes que rompe con la ilusión del autor.

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    ¿Qué idea del pueblo español podemos extraer de las valoraciones que hace Irving a lo largo de la obra?

    La valoración que hace Irving sobre el pueblo español es variado. Por momentos expresa gran admiración por las virtudes que él considera parte de la esencia nacional, pero su visión también está atravesada por el orientalismo que tiende a exotizar al país que considera más cercano a África que a Europa.

    El imaginario europeo sobre España en el momento consideraba que se trataba de un pueblo primitivo, de un fanatismo religioso absoluto, guerrero y pobre. Irving coincide con esta visión, pero también demuestra una idealización de los españoles como consecuencia de las virtudes que su historia y folclore le ha legado. Por ejemplo, Irving considera que los españoles son un pueblo más bien inculto y con pocos temas de conversación, pero eso los ha hecho valorar los cuentos y las leyendas por encima de otras cosas y eso ha contribuido a fortalecer valores que se encuentran en los relatos sobre los héroes del pasado. Gracias a que la tradición oral ha mantenido viva la memoria de los grandes caballeros moros y cristianos, los españoles mantienen su antiguo orgullo y cortesía.

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    ¿Qué perspectiva sobre la historia se hace patente en el modo en que Irving trata el pasado en su obra?

    Irving está influenciado por su amigo personal Walter Scott. Para muchos, el novelista inglés es el responsable de haber asociado una serie de características como esencialmente inglesas. Desde su concepción de la novela histórica, Scott consideraba que además de entretener e informar sobre el pasado, la novela histórica tenía que indagar y fortalecer la idea de nación.

    En Cuentos de la Alhambra, Irving combina los relatos folclóricos y los relatos históricos con una serie de ensayos en los que va dando forma a lo que él considera que es en esencia el pueblo español. El caso de los relatos asociados a la figura de Boabdil es quizá el más adecuado para comprender su perspectiva. A pesar de que los descendientes de los moros de la Península lo consideran un traidor y el responsable de haber perdido su reino, Irving piensa que reivindicar su memoria es de suma importancia. No solo le parece injusto que se degrade la memoria de un personaje de la historia por basarse en fuentes poco confiables, sino que considera que mantener viva la memoria de personajes nobles y admirables ejerce un influjo sobre la identidad nacional del momento. En ese sentido, la historia es un vehículo para conocer el alma de un pueblo.

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    ¿Cuáles son los roles que cumplen las mujeres en la obra?

    En general, las mujeres son objetos de deseo en la obra. Son pocas las que muestran iniciativa e independencia. Algunas excepciones a esta regla son quizá la madre de Boabdil que le asegura el trono a su hijo; Kadiga, la tutora de las tres bellas princesas que pretende ser inocente a lo que sucede, pero por detrás mueve los hilos para poder volver a los reinos cristianos; la doncella en "El gobernador y el soldado" que engaña al gobernador para beneficiar al forastero y Sanchica, la niña que con curiosidad y tolerancia accede a los secretos de la cultura musulmana.

    Por el resto, las mujeres en la obra representan la debilidad del hogar o del reino. Mientras los hombres procuran proveer y defender sus hogares o reinos, las mujeres se convierten en la vulnerabilidad por donde es fácil que se cuele el enemigo. Por ejemplo, las mujeres cristianas cautivas ponen en riesgo el bienestar del reino moro, como en el caso de la hechicera del laúd de plata, que es la causa de la rivalidad entre el astrólogo y el rey. En un ámbito más familiar, la esposa del jardinero de la Alhambra es la responsable de que el cura empiece a lucrar del tesoro de la familia.

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    ¿Cómo trata Irving la antítesis palacio/fortaleza?

    Uno de los aspectos que más fascina a Irving sobre los musulmanes de la Península es la manera en que combinaron su cultura refinada con la constante actitud guerrera que debían mantener para sobrevivir ante la constante amenaza del enemigo. Para Irving la Alhambra como edificación es una bella metáfora del pueblo que la construyó. Hacia el exterior, los reinos moros debían ser aguerridos, toscos y rudos. Así es como la fortaleza está rodeada de muros y torres que muestran ese costado. Por el contrario, en el interior de la fortaleza se aprecia el refinamiento y la delicada cultura que cultivaban. El gusto por los jardines, las decoraciones en las paredes, las inscripciones poéticas en los muros, las fuentes de agua son evidencia de un pueblo de un gusto delicado y sensible.

    Se trata de un pueblo que aprecia tanto la poesía, por ejemplo, que cuenta con una larga historia de altos funcionarios de la corte que eran primordialmente poetas. En "Poetas y poesía del Andalus musulmán", Irving cuenta que un sinnúmero de visires eran también poetas. Además, hace hincapié en la cantidad de mujeres que gozaron de gran prestigio por la calidad de sus letras. Paralelamente, los musulmanes de la Península tenían que ser grandes y despiadados guerreros, cuidando siempre de sus fronteras e invadiendo con frecuencia los reinos cristianos.