Esta obra bien pudo haberse escrito en la actualidad por la vigencia de su trama, así como por su transcurrir que puede acontecer en casi cualquier lugar del mundo en donde los intereses del capital se antepongan a la protección de la vida y el medio ambiente. Es notable su influencia sobre la novela Tiburón, de Peter Benchley.
Las obras de Henrik Ibsen siempre tuvieron un trasfondo de crítica social, en ésta se expone el riesgo de que la democracia degenere en demagogia y sobre el precio que paga quien dice a viva voz eso que la mayoría niega. Una obra sobre el coste de airear la verdad cuando es odiosa.
La actualidad de Un enemigo del pueblo nos muestra a políticos expertos en dobles lenguajes, medios de comunicación que se presentan funcionales al poder y que pactan con este, intereses particulares enmascarados bajo la noción de «bien común» y una opinión pública a la que se sacraliza al tiempo que se la manipula obscenamente.