Réquiem por un campesino español

Réquiem por un campesino español Lista de Personajes

Mosén Millán

Mosén Millán es el coprotagonista de la obra. Es el cura del pueblo que lleva ya muchos años de sacerdocio. El modo en que reza y celebra los sacramentos es mecánica y parece desprovista de devoción. En el tiempo presente del relato, el cura es un hombre que debe lidiar con el remordimiento de su participación en la muerte de un chico al que bautizó, casó, traicionó y, finalmente, dio la extremaunción. En el pasado, el cura se muestra indolente ante las injusticias del mundo, resignado al orden de las cosas e interesado en su propio bienestar. A lo largo de la trama que narra la vida de Paco, Mosén Millán se presenta como un hombre cobarde, ya que teme ser uno de los blancos de quienes buscan reparar las injusticias. Asimismo, su cobardía es tal, que lo lleva a traicionar a Paco.

Monaguillo

Un monaguillo es un ayudante del sacerdote. El monaguillo en el tiempo presente del relato ayuda a Mosén Millán a hacer sus tareas en la iglesia mientras el cura espera que lleguen los parientes y amigos de Paco, por cuya memoria se celebra la misa. Durante la espera, el monaguillo recita algunos versos de un romance que se ha compuesto para recordar la muerte de Paco el del Molino. Por ese motivo, cumple la función de un narrador intradiegético, es decir, un narrador que participa de la acción. La parte de la trama que narra el monaguillo por medio del romance es la muerte de Paco. Al tratarse de un romance y no su propia narración de los hechos, no representa una voz individual, sino la voz colectiva del pueblo.

Don Valeriano

Es un hombre rico que posee tierras, pero cuya función principal es la de administrar las tierras del duque. Se trata de un hombre acomplejado que intenta compensar sus complejos mediante la ostentación: utiliza cadenas de oro vistosas y utiliza palabras rebuscadas. Los señoritos lo imponen ante el pueblo como alcalde. Es el primero en presentarse en la iglesia para la misa de réquiem de Paco.

Don Gumersindo

Es un hombre rico del pueblo. Mosén Millán dice que la familia de don Gumersindo es enemiga de Paco el del Molino. Don Gumersindo es la segunda persona de las tres que se presentan en la iglesia para la misa de réquiem de Paco.

Cástulo Pérez

Es uno de los hombres más acomodados del pueblo. Representa a la burguesía. Es estratégico y acomodadizo; tiende lazos con el poder de turno. Es un hombre frío y calculador. Cástulo Pérez es el último de los tres hombres que se presentan en la iglesia para la misa de réquiem de Paco.

Jerónima

Es la partera que atiende a la mamá de Paco y a todas las mujeres del pueblo. Todos la conocen y se divierten con ella, menos el cura que la considera ordinaria. Jerónima es supersticiosa. Sus creencias mezclan costumbres populares con elementos religiosos. Se muestra irreverente ante los poderosos del pueblo y la Iglesia. Por ejemplo, se jacta de haber tenido sexo detrás de la iglesia. Al final de la obra, es una de las mujeres del carasol que se salva de ser fusilada, pero, para ese momento, ha perdido la razón y se pasea por el pueblo diciendo incoherencias.

Águeda

Es la esposa de Paco el del Molino. Ambos llevan el noviazgo de manera tan honorable que todo el pueblo aprueba su unión.

El duque

Nunca visita el pueblo. Solo sabemos de él a través de los otros personajes. Es dueño de las tierras del pueblo de Paco y otros cinco de los alrededores. Cuando los campesinos dejan de pagar el alquiler de las tierras, el duque envía a los señoritos para defender sus privilegios.

Los padres de Paco

De la madre de Paco se sabe muy poco. Del padre, en cambio, se dice que era un hombre trabajador, con algo de capital. Es un hombre sensible a las necesidades de los otros. En las primeras elecciones él gana un puesto en el municipio, pero luego le cede el lugar a su hijo.

Paco el del Molino

Es el coprotagonista de la obra. Se trata de un chico que, desde pequeño, muestra ser inquieto, sensible y con capacidad para liderar. Se cría cerca de la Iglesia, pero, a medida que crece, se aleja de ella y empieza a involucrarse de manera comprometida con causas sociales. Su preocupación más grande es la condición de vida de las personas que viven en extrema pobreza en las cuevas cercanas al pueblo. Los poderosos del pueblo lo consideran una amenaza y lo persiguen hasta que logran acabar con él. Paco el del Molino muere como un mártir del pueblo.

La historia de su vida toma proporciones fabulosas cada vez que las mujeres del carasol exageran alguna de las historias en las que Paco se ve involucrado. Asimismo, el romance que se compone sobre él muestra que Paco ocupa el lugar de héroe popular.

El centurión

Se trata del líder de los señoritos forasteros que llegan a devolverle los privilegios al duque y a imponer a don Valeriano como alcalde. Si bien tiene aspecto de persona respetable e incluso amable, es sumamente cruel e inhumano.

Los señoritos

Los señoritos son unos forasteros de buen aspecto que llegan al pueblo armados e instauran un régimen de terror. A las personas del pueblo les sorprende el contraste entre su aspecto y la crueldad de la que son capaces. Representan a los falangistas, incluso obligan al pueblo a reunirse para escuchar sus discursos sobre el destino ilustre del imperio y, luego, responder levantando la mano extendida. Son los nacionalistas que van al pueblo a defender el antiguo sistema y a defender los privilegios del duque. Para conseguir esto, imponen terror mediante persecución y ejecuciones públicas.

Las mujeres del carasol

Las mujeres del carasol se reúnen en unas piedras a las afueras del pueblo donde siempre da el sol. Allí las mujeres hablan sobre los sucesos más importantes del pueblo. Por lo general, las historias que llegan al carasol tienden a ser hiperbolizadas. Las opiniones y los intereses de las mujeres del carasol representan la conciencia colectiva.

El zapatero

El zapatero es un hombre que se distingue de todos los demás de pueblo porque parece comprender mejor lo que está por suceder en el país. Por ejemplo, es él quien trae la noticia de que el rey está por caer. Constantemente demuestra que no tiene afinidad con la Iglesia y es quien más celebra la llegada de la República. No obstante, es el primero en desencantarse con el resultado porque ve con ojos críticos lo que hacen las nuevas autoridades. En definitiva, es un librepensador. El zapatero no mide sus palabras y expresa sin tapujos lo que piensa, lo que lo lleva a ser una de las primeras víctimas de los señoritos.