De entre la numerosa galería de retratos literarios, pictóricos y fotográficos compuestos y conservados de Antonio Machado, hay que destacar algunos que en diferentes ocasiones han merecido el calificativo de magistrales y que conforman su iconografía universal.
Documentos de indudable valor histórico-artístico son los diversos retratos y dibujos que su hermano José le dedicó a lo largo de su vida, tomados del natural o a partir de fotografías del poeta.[71] De mayor valor artístico son el retrato al óleo que Sorolla pintó de Machado en diciembre de 1917; el lápiz hecho por Leandro Oroz en 1925, y el óleo casi vanguardista de Cristóbal Ruiz, en 1927.[72]
Quizá el capítulo más popular de la iconografía del poeta lo constituyan los retratos fotográficos que los dos Alfonsos (Alfonso Sánchez García y su hijo Alfonso Sánchez Portela) hicieron de Machado entre 1910 y 1936.[73] En especial el Retrato de perfil de 1927, y el Retrato del café de Las Salesas.[74][z][75]