Luces de bohemia

Luces de bohemia Resumen

Max Estrella, un poeta andaluz bohemio y ciego, vive junto a su esposa y su hija en un pequeño guardillón en Madrid, en condiciones de pobreza. Don Latino, amigo de Max, llega a la casa y se van juntos a la librería de Zaratustra. Le reclaman a él el poco dinero que les pagó por la venta de unos libros de Max. De allí, él y Don Latino se dirigen a la taberna de Pica Lagartos, un lugar que frecuentan.

En la taberna, una mujer, Enriqueta La Pisa Bien, le reclama a Max el dinero de un billete de lotería. Dado que Max no tiene el dinero, le devuelve el billete. En las calles hay enfrentamientos entre los obreros, que se están manifestando, y la policía. Max y Don Latino no prestan atención a estos acontecimientos; conversan de literatura y otros temas ajenos a las protestas.

La taberna cierra por temor a lo que está sucediendo en las calles. Max y Don Latino caminan hasta llegar a la puerta de un bar llamado La Buñolería Modernista. Allí encuentran a La Pisa Bien y Max vuelve a comprarle el billete de lotería. Él ha conseguido el dinero empeñando su capa. Salen del bar varios jóvenes modernistas. Conversan con Max y Don Latino, haciendo bastante bullicio. A causa de los ruidos, llega el capitán de la policía, Pitito. Max lo desafía a hablar en griego y la policía lo lleva detenido por estar ebrio y desafiar a la autoridad.

En la Gobernación conducen a Max a una celda, donde ya hay otro preso, un obrero catalán. Don Latino y los jóvenes modernistas van a informar de la detención de Max Estrella a un periódico. El preso catalán, por su parte, está acusado de rebelde por negarse a dejar la fábrica donde trabajaba para ir a la guerra. Además, había levantado un motín en la fábrica. Enseguida el llavero de la celda viene a buscarlo. Van a fusilarlo. Max llora de rabia e impotencia, y ambos se abrazan.

El jefe de redacción del periódico El popular, tras enterarse de la situación por Don Latino y los jóvenes modernistas, se comunica con el secretario del ministro y le pide la liberación de Max. Finalmente, así ocurre. Cuando Max está en libertad quiere hablar con el ministro, a quien conoce desde su juventud, cuando estudiaban juntos. El ministro en ese momento también era poeta. El secretario se niega a dejar pasar a Max al despacho del ministro, por lo que este comienza a gritar. El ministro sale de su despacho a causa del ruido, y se sorprende al ver que su antiguo amigo está ciego. Le ofrece un sueldo y Max acepta. Cuando este se va, el ministro lo recuerda como uno de los mejores de su generación.

Afuera de la Gobernación, Don Latino espera a Max. Luego, ellos continúan recorriendo las calles madrileñas. Entran al café Colón, donde se encuentran con otro gran poeta, Rubén Darío. Más tarde pasean por unos jardines públicos, donde tienen un encuentro con dos prostitutas. Max y Don Latino continúan su camino y encuentran a un grupo de personas consternadas alrededor de una mujer con su hijo muerto en brazos. Es la verdulera. Una bala de la policía, durante los enfrentamientos con los obreros, mató a su hijo. Max se conmueve con los gritos de la mujer. Las personas que están alrededor conversan sobre el hecho; algunos están a favor de las autoridades y otros, de los manifestantes.

Max y Don Latino llegan hasta la casa del primero y se sientan en el umbral. Está amaneciendo. Don Latino golpea la puerta y ambos se quedan hablando sobre literatura y sobre la situación de España. Max anticipa que se aproxima su muerte. Luego se desvanece. Don Latino le saca la cartera a Max por temor a que se la roben y se va del lugar. Al escuchar ruidos, se despiertan una vecina y la portera de la casa. Cuando abren la puerta, encuentran al poeta muerto. Entonces suben a avisarle a su esposa.

Don Latino llega ebrio al velatorio de Max. Se lamenta de que su amigo haya muerto pobre, pero dice que así les ocurre a todos los españoles dignos. Madama Collet pide que lo retiren del lugar. Don Latino, junto a Dorio de Gádex, se dirigen a la taberna de Pica Lagartos. Más tarde, en el cementerio donde han enterrado a Max, Rubén Darío y el Marqués de Bradomín conversan sobre la vida y la muerte. En la taberna de Pica Lagartos, Don Latino encuentra a un conocido, el Pollo de Pay-Pay, y lo invita a beber. Saca de su bolsillo una gran cantidad de billetes. Al ver el dinero que ganó con el décimo de lotería de Max, La Pisa Bien le reclama su parte. También el dueño de la taberna quiere que le pague una deuda que dejó Max, y el Pollo de Pay-Pay deja ver una navaja con intenciones de amenazarlo para que le dé dinero.

Finalmente, una vendedora de periódicos anuncia la noticia de que dos mujeres han muerto misteriosamente en la calle Bastardillos, y quienes están en la taberna sospechan que se trata de la mujer y de la hija de Max. Creen que se han suicidado.