La vida es sueño

La vida es sueño Resumen y Análisis Jornada I

Resumen

Rosaura, vestida con ropa de hombre, y su sirviente, Clarín, están bajando desde lo alto de un monte. La mujer dice que su viaje no está claro, ya que está cegada por la desesperación y se mueve solo según las leyes del destino. Rosaura se queja de que Polonia no fue amable con ella, aunque entiende que su destino es ser infeliz.

De repente, ve un edificio en la distancia. Clarín también lo ve, y sugiere que se acerquen. Desde fuera, se oye un ruido de cadenas. Al entrar, oyen a un hombre que está llorando. Rosaura propone huir, pero Clarín se niega, mostrando compasión por el ser humano que vive en un espacio tan oscuro y cerrado.

Aparece en escena Segismundo, sentado, con grilletes de hierro y vestido con pieles de animales, como una bestia salvaje. El hombre dice que su único delito es haber nacido. Se lamenta de su encarcelamiento, cuestionando la ley o al hombre que le niega el derecho básico de vivir. Argumenta que, a pesar de tener un alma, no tiene libertad alguna. Rosaura le susurra a Clarín que las palabras del hombre la conmovieron profundamente. Segismundo, al oír su charla, exige saber quién está allí.

Rosaura y Clarín se adelantan, y ella dice ser solo una persona que oyó sus pesares. Segismundo la amenaza con matarla por haber oído la confesión de su sufrimiento, pero la mujer le ruega que se apiade de ellos. Segismundo se ablanda ante las súplicas de Rosaura y le dice que su voz lo conmovió profundamente. Le cuenta que lleva recluido en la misma celda desde que nació, y que en su vida solo tuvo contacto con un solo hombre: su carcelero. De repente, se oye a Clotaldo desde el interior de la prisión, dirigiéndose a la celda de Segismundo con un grupo de guardias de la torre.

Al acercarse, Clotaldo ordena a los guardias que maten a los intrusos de inmediato, porque violaron un decreto real al entrar allí. Rosaura desenvaina su espada y se la entrega a Clotaldo. Le dice que, si va a morir, su espada debe estar a salvo, ya que encierra grandes misterios que desconoce. Agrega que confía en ella como la herramienta que le permitirá vengarse de un agravio en Polonia.

Cuando Clotaldo toma la espada de Rosaura, está visiblemente afectado. Le pregunta a Rosaura de dónde viene el arma, y ella le dice que se la dio una mujer, cuyo nombre no revela. Ella le dijo que llevara la espada a Polonia y que fuera vista con ella por la nobleza. Además, agregó que uno de esos hombres se convertiría en su protector. Clotaldo se sorprende y se pregunta si está soñando: hace años dejó la misma espada a Violante, una mujer, para que su hijo no nacido la usara para encontrarlo a él, su padre. Piensa que es un triste destino y sospecha que Rosaura es aquel hijo. Sin embargo, sabe que debería matarla por entrar ilegalmente en la prisión secreta. Decide no hacerlo, aunque eso signifique que él mismo pueda ser asesinado como castigo.

En el palacio real, Astolfo se acerca a Estrella y la halaga. Sin embargo, ella no se deja impresionar por sus comentarios y, aunque él la colme de cumplidos, sabe que sus pensamientos secretos son engañosos. El hombre dice que ambos son sobrinos del rey Basilio, y que la falta de hijos del monarca hace que ellos sean los candidatos principales al trono. Mientras que Estrella alega ser hija de la hermana mayor del rey, Astolfo comenta que tiene prioridad por ser varón.

Al entrar Basilio, tanto Astolfo como Estrella exponen su caso para ascender al trono. Basilio les asegura que serán tratados por igual, pero antes debe hacer una confesión. Cuenta que hace años, su mujer dio a luz a un hijo antes de morir en el parto. Según Basilio, el nacimiento del niño, Segismundo, vino acompañado de una conjunción astrológica que afirmaba que sería un hombre malvado y un monarca terrible. Bajo el gobierno de Segismundo, afirma Basilio, Polonia estaría destinada a estar desgarrada y llena de conflictos. Sería un país dividido por la guerra. Frente a esta predicción, encerró a su hijo para ver si podía utilizar su sabiduría para imponerse sobre el mensaje de las estrellas. Anunció al reino que el príncipe había nacido muerto y mandó construir la prisión secreta. Así, Clotaldo fue el único contacto de Segismundo con el mundo exterior.

A partir de esta reflexión, el rey decide llevar a Segismundo al palacio la mañana siguiente. Será colocado en el trono de Basilio y se le dirá que gobierne al pueblo. Astolfo acepta el plan de Basilio de llevar a Segismundo al palacio, y el pueblo grita por su príncipe. Mientras Astolfo, Estrella y el pueblo salen, Clotaldo entra con Rosaura y Clarín. Clotaldo pide inmediatamente hablar con Basilio, que intuye que algo está mal. Clotaldo admite que efectivamente ocurrió una desgracia y le dice al rey que Rosaura y su criado entraron en la prisión secreta. Basilio rápidamente le dice a Clotaldo que no se preocupe, ya que ahora el secreto es sabido por todos, y perdona a los intrusos.

Clotaldo se siente aliviado porque no tendrá que decirle a Basilio que la desconocida es su hija. Rosaura se dirige a Clotaldo y le agradece que le haya perdonado la vida, pero él le responde que no le dio nada, ya que una vida agraviada no es vida de verdad. Rosaura admite que no tiene mucha vida, pero que eso cambiará después de tener su venganza. Clotaldo le devuelve la espada a Rosaura, para que la use para vengar su honor, y le pregunta quién es su enemigo. Ella le dice que su enemigo es Astolfo, duque de Moscovia, pero se niega a decirle por qué. Clotaldo trata de convencer a Rosaura de que se vaya a casa, pero no lo logra.


Análisis

La función de la primera jornada de La vida es sueño consiste, en buena medida, en presentar a los personajes principales e introducir las tramas argumentales alrededor de las cuales se estructura la obra. Así, este apartado de la obra nos presenta las dos principales líneas argumentales: por un lado, el encierro de Segismundo durante toda su existencia hasta llegar a la adultez y, por otro lado, la presencia de Rosaura y su voluntad por vengar un ultraje del que poco se sabe aún.

Como es típico de las grandes obras de teatro del Siglo de Oro español, La vida es sueño está escrita en verso. En el plano de la métrica, Calderón de la Barca recurre a la polimetría, es decir, a la utilización de una variedad de métricas en una misma composición poética.

La llegada de la mujer, en la primera escena de la obra, introduce uno de sus temas principales: la difuminación de la línea entre los sueños y la realidad, que comienza inmediatamente con el primer verso. “Hipogrifo violento/ que corriste parejas con el viento” (p.1), dice Rosaura. En relación con esta mención, la crítica leyó dos interpretaciones contrapuestas. Por una parte, se entendió que "hipogrifo violento" es una metáfora artificial y sorprendente que tiene la protagonista para referirse a su caballo. En este sentido, se ve claramente la característica distintiva de la literatura barroca de no decir las cosas en forma natural y común, sino que hay una búsqueda de distorsionar lo habitual para dar paso a lo inesperado. Esta lectura va de la mano de los versos siguientes, que repiten este recurso: “rayo sin llama/ pájaro sin matiz/ pez sin escama” (p.1). Estas enumeraciones ilógicas sitúan a los hechos en una atmósfera onírica y poética desde el comienzo de la obra.

La segunda lectura determina que el hipogrifo como criatura mítica -que es mitad caballo y mitad pájaro- hace imposible determinar si la experiencia de Rosaura constituye una realidad o un sueño. No está claro de dónde viene Rosaura ni a dónde se dirige, y las razones de su viaje no se conocen inicialmente, lo que también contribuye a la calidad onírica de la obra. Si bien más adelante en el primer acto conocemos que Rosaura quiere vengarse y dejar así su “honor tan limpio” (p.34), en un principio solo se sabe que es una extranjera en Polonia que se ve obligada a lidiar con las adversidades.

Es pertinente destacar la presentación que hace la obra de los personajes. Rosaura aparece vestida de hombre y acompañada por Clarín, a quien el texto nombra como “gracioso”. En la literatura española del Siglo de Oro, el "gracioso" es un personaje frecuente. Si bien, por una parte, representan un alivio cómico en los mayores momentos de tensión, los "graciosos" también suelen ser observadores críticos y sagaces de su realidad y la de los otros personajes.

Rosaura y Clarín se encuentran en un “monte eminente” (p.1). La naturaleza se presenta hostil y se opone a que Rosaura pueda cumplir con su destino. Este panorama muestra las dificultades y complejidades que tiene la existencia humana: por un lado, la protagonista tiene una misión que cumplir para defender su dignidad, pero las circunstancias parecen estar rotundamente en contra suyo. Esta apreciación exhibe otro de los temas fundamentales de la obra: la tensión entre el libre albedrío y la predestinación. Rosaura no se cree responsable de su infelicidad, sino que entiende que su vida está predestinada a ser de una manera u otra. En este punto, el personaje de Clarín cumple el rol, a través de recursos cómicos, de introducir la voz de la razón:

que si dos hemos sido

los que de nuestra patria hemos salido

a probar aventuras

de los que entre desdichas y locuras

aquí habemos llegado (...)

¿no es razón que yo sienta

meterme en el pesar?

(p.2)

En este diálogo, Clarín demuestra su sensatez al dejarle en claro a Rosaura que la situación es adversa para los dos. Aunque es el personaje "gracioso", no deja de señalar la realidad en la apreciación de Rosaura.

En este primera jornada, la presencia de Segismundo presenta otro de los temas fundamentales del barroco en general y de esta obra en particular: la tensión entre apariencia y realidad. El hombre lleva años prisionero en una cárcel por pedido expreso de su padre, el rey Basilio. La descripción del espacio se vincula con la idea de penumbra y oscuridad. Rosaura la nombra como una “prisión oscura/ que es de un vivo cadáver sepultura” (p.6). Esta antítesis entre “vivo” y “cadáver” anticipa la presencia de Segismundo en la escena: es un ser humano pero carece ya de cualquier tipo de característica propia del mundo de los vivos.

Presentar a Segismundo de esta manera responde a las ideas que tiene el barroco español sobre la vida y la existencia humana. En la literatura de la época, la antítesis es un recurso utilizado habitualmente para dar cuenta de los contrastes que tiene el ser humano. Al presentarlo como un vivo cadáver, se revelan las contradicciones que atraviesan a Segismundo, quien vive una vida limitada al estar encarcelado.

La primera aparición del hombre lo sitúa en el interior de una torre, encadenado y vestido con harapos. Luego de esta indicación para la representación en el escenario, Segismundo plantea su conflicto principal a través de un soliloquio. Este término hace referencia al discurso que desarrolla en la obra de teatro el personaje separado del resto. Esta estructura permite que el personaje dialogue consigo mismo y exprese sus pensamientos y sentimientos más profundos. En este soliloquio, Segismundo desarrolla su penosa situación.

Sin embargo, este largo lamento posee significados que van más allá del argumento de la obra, y permite desarrollar la importancia del tema fundamental del texto: qué significa tener verdadera libertad para el ser humano. Desde un tono triste, lamentándose por su triste suerte, el personaje cuestiona aquello que se considera esencial en el ser humano. “¿No nacieron los demás?/ Pues si los demás nacieron,/ ¿qué privilegios tuvieron/ que yo no gocé jamás?” (p.7), se pregunta. En esta apreciación, la vida humana no se limita únicamente a haber nacido, sino que consiste en tener la libertad suficiente para llevar adelante las acciones de la vida.

En este sentido, la obra problematiza uno de los conflictos de mayor resonancia en el contexto político-religioso de la época: la tensión existente entre el concepto de predestinación y la posibilidad del ser humano de construir su destino libremente. Para 1635, año de escritura de la obra, España llevaba casi veinte años enfrentándose en la Guerra de los Treinta Años (1618 - 1638) a diversos Estados partidarios de la Reforma Protestante. Para esta corriente religiosa, Dios elige de antemano a quién se va a condenar y a quién se va a salvar desde antes de su nacimiento. Por lo tanto, el ser humano no puede hacer nada para salvarse si es su destino el que lo condena. Por otra parte, la postura de España, en consonancia con los principios católicos, considera que el hombre tiene la capacidad de ser libre frente al determinismo que sostiene el protestantismo. En este sentido, la decisión de Calderón de la Barca de situar las acciones de La vida es sueño en Polonia adquiere un significado particular, dado que esta era una de las regiones europeas en las que el enfrentamiento religioso entre católicos y protestantes se desarrollaba de una forma más virulenta en el terreno militar.

Calderón se hace eco de estas discusiones para construir las disquisiciones que atraviesan a Segismundo. Por un lado, el personaje es consciente de que, como ser humano, posee algo de lo que otros seres vivos carecen: tiene alma. Así, en el soliloquio se compara con otros seres. Sin embargo, él vive encadenado a las paredes de su prisión mientras que los otros cuentan con privilegios:

¿Qué ley, justicia o razón

negar a los hombres sabe

privilegios tan suave,

excepción tan principal,

que Dios le ha dado a un cristal,

a un pez, a un bruto y a un ave?”

(p.8)

En este sentido, Segismundo introduce una cuestión fundamental: su situación de prisionero no se debe a una cuestión natural sino a una construcción humana, la ley. La libertad de Segismundo es coartada por la ley, no por naturaleza. En esta reflexión, Calderón de la Barca incorpora una mirada fundamental sobre el pensamiento político de la época. En estos siglos, en Europa se fortalece la reflexión acerca de la legitimidad de las leyes y su capacidad para restringir las libertades económicas y políticas de los súbditos. Comienza a cuestionarse la relación entre ley divina y ley de los hombres desde un punto de vista religioso pero también filosófico. En este sentido, es por mandato del rey que Segismundo no puede abandonar su prisión y se le restringen las libertades humanas. La obra exhibe que las leyes pueden delimitar la libertad de los individuos y, por lo tanto, imponer obstáculos para la realización de su voluntad. Este es el caso de Segismundo, que fue encarcelado sin importar si era justo o injusto. Sin importar su condición como ser racional capaz de determinarse, al protagonista le es sustraída la libertad de elegir la vida que desea tener.

En este encuentro entre los protagonistas, la obra pone en primer plano el paralelismo de las situaciones que tanto Rosaura como Segismundo padecen. Así, los dos personajes entienden que no son los únicos seres humanos en el mundo que sufren por el dramatismo de sus circunstancias. En este sentido, desde un primer momento el vínculo entre ambos estará marcado por la comprensión y la empatía mutua.

La coyuntura de Segismundo se complejiza cuando Basilio revela que ese encarcelado es su hijo y que, como tal, es candidato firme a heredar su trono. El monarca tiene una explicación para sus crueles actos: argumenta que decidió encarcelar a su hijo basándose en el conocimiento que tiene sobre la astrología. Si bien en la época actual resulta cuestionable pensar que las estrellas puedan llegar a ser una fuente de conocimiento sobre los asuntos humanos, para el siglo XVII suponía una suerte de disciplina científica. En este sentido, según Basilio, una lectura adecuada de los fenómenos celestes le permitiría tener un conocimiento sobre los acontecimientos presentes y futuros:

esos globos cristalinos

que las estrellas adornan

y que campean los signos,

son el estudio mayor de mis años,

son los libros donde en papel de diamante,

en cuadernos de zafiros,

escribe con líneas de oro,

en caracteres distintos,

el cielo nuestros sucesos

ya adversos o ya benignos”

(p. 25)

Así, Basilio toma como paradigma el conocimiento que recibe de las luces celestes y basa su ley humana en la ley del cielo. Con esto, el rey justifica su decreto: encarcelar a Segismundo previno el advenimiento de un tremendo mal para su pueblo.

En los planteamientos de Basilio se cifra la mirada sobre el mundo de la época de Calderón. Al ser capaz de leer en los cielos el destino de toda una nación, piensa que la vida del ser humano está compuesta de sucesos inevitables y previsibles. Así, justifica haber tomado la decisión de coartar la libertad de su hijo y encerrarlo en una torre:

Pues dando crédito yo

a los hados, que adivinos

me pronosticaban daños

en fatales vaticinios,

determiné de encerrar

la fiera que había nacido,

por ver si el sabio tenía

en las estrellas dominio

(p.25)

En esta cruel decisión se pueden ver que ambas ideas sobre la libertad se entrecruzan. De esta manera, la libertad de acción de Segismundo se ve restringida por la ley de su padre.

Es necesario mencionar la función que cumple la espada de Rosaura en este primer acto. Este objeto pone de manifiesto la identidad ignorada de Rosaura. A pesar de que ella no sabe el verdadero valor del arma, su madre le dejó en claro la importancia que tiene. Así, Clotaldo descubre que ella, vestida con ropas de hombre, es su hija.