La Metamorfosis

La Metamorfosis Resumen y Análisis Parte 1

Resumen

Gregorio Samsa despierta una mañana convertido en un monstruoso insecto. Está echado sobre un duro caparazón y ni bien alza un poco la cabeza, descubre que donde antes estaban sus piernas ahora hay innumerables y escuálidas patas. Aturdido, se pregunta que le ha pasado. No cree estar soñando ya que se encuentra en su habitación y cada cosa está en su lugar. Gregorio mira por la ventana y siente melancolía al escuchar el ruido de la lluvia sobre el alféizar. Se pregunta qué pasaría si siguiera durmiendo un rato, contemplando por un instante la posibilidad de que su metamorfosis se trate de una fantasía. Pero no puede, ya que tiene la costumbre de dormir sobre su lado derecho y su nueva forma no se lo permite. Gregorio es viajante de comercio y, mientras sigue sin poder levantarse de la cama, reflexiona sobre los sacrificios que implican su trabajo: la preocupación de los negocios, los viajes, madrugar. Se dice que cuando haya ahorrado lo suficiente para pagar la deuda de sus padres, renunciará. En medio de estos pensamientos, Gregorio observa el despertador y descubre que son las seis y cuarto de la mañana. Ha perdido su tren y si quiere alcanzar el de las siete debe apurarse. Gregorio piensa también en el reproche de su jefe. Por un instante contempla la posibilidad de decir que está enfermo, aunque luego lo descarta, porque en los cinco años que lleva como empleado del almacén, no ha estado enfermo ni una sola vez.

Mientras Gregorio medita sobre lo incómodo de su situación, alguien llama a la puerta de su cuarto. Es su madre, que le dice que son las siete menos cuarto y le pregunta si no debía irse de viaje. Gregorio reflexiona sobre la dulzura de la voz de su madre, pero, al hacerlo, escucha su propia voz y queda espantado al notar que la metamorfosis también ha afectado su forma de hablar. Así y todo, Gregorio le responde a su madre: le dice que efectivamente tiene que viajar y que ya se levanta. Este corto diálogo entre ellos hace que el resto de la familia se entere de que Gregorio está todavía en la casa. Ahora es su padre el que llama a la puerta de la habitación y le pregunta qué le pasa. Su hermana, detrás de la otra hoja de la puerta, también le habla: le pregunta si no se siente bien y si necesita algo. Gregorio responde que ya está listo, por lo que el padre vuelve a terminar su desayuno. Sin embargo, le hermana se queda junto a la puerta y le suplica a Gregorio que la abra.

El problema principal para Gregorio todavía es que no puede salir de la cama. Las innumerables patas que tiene ahora y la extraordinaria anchura de su cuerpo no le permiten incorporarse. Primero intenta sacar su parte inferior de la cama, pero no calcula bien y acaba dándose un golpe tremendo contra los pies de la cama. Luego comprende que la única forma de poder levantarse es balancenado su cuerpo de un lado al otro hasta caerse. Mientras está haciendo esto escucha que llaman a la puerta de la casa. Apenas la abren, Gregorio escucha hablar al visitante y se da cuenta de que es el principal del almacén donde trabaja. Mientras cuestiona la actitud de la gente de su trabajo, que manda a alguien a su casa ante la primera vez que se ausenta, Gregorio se lanza fuera de la cama y cae sobre la alfombra, que amortigua el impacto. El principal siente el ruido de la caída y se lo comunica a los padres. Desde la habitación contigua de la derecha, la hermana le susurra a Gregorio que el principal está en la casa. El padre hace lo propio y le pide que por favor abra la puerta. Luego es el principal quien se acerca a la puerta y lo saluda. La madre de Gregorio trata de justificar el extraño comportamiento de su hijo diciendo que debe estar enfermo.

Todos intentan persuadir a Gregorio de que salga de la habitación, pero no lo logran. El principal pierde la paciencia y lo acusa de haberse atrincherado sin sentido. En este punto, Gregorio reacciona y justifica su comportamiento diciendo que una ligera indisposición no le permite levantarse. Más allá de que ya se siente mejor, todavía no ha podido salir de la cama. Gregorio alienta al principal a que vuelva al almacén aludiendo que él lo alcanzará en breve.

Después de varios intentos, apoyándose en un baúl, Gregorio logra ponerse de pie. El principal, mientras tanto, habla con los padres de Gregorio y les pregunta si su hijo no estará haciéndose el loco. La madre le pide a Grete, la hermana de Gregorio, que vaya a buscar al doctor, pues lo más probable es que su hijo se encuentre mal. Por su parte, el padre le pide a una de las sirvientas que vaya a llamar a un cerrajero para abrir la puerta de la habitación.

Gregorio se acerca a la puerta y trata de hacer girar la llave con la boca. Las fuertes mandíbulas pueden hace girar la llave, aunque en esta acción Gregorio también se lastima la boca. Al percibir el ruido de la llave, todos comienzan a alentar a Gregorio para que salga del cuarto. Apenas logra abrir la puerta, se asoma y el principal se espanta. La madre avanza hacia Gregorio juntando las manos, pero se desploma antes de llegar hasta él. El padre, por su parte, amenaza a Gregorio con el puño cerrado, pero luego se aleja unos pasos y, con las manos cubriéndose los ojos, rompe en llanto.

Gregorio avisa que se cambia y sale de viaje al instante. También le explica al principal que él es el mayor responsable de la familia y justifica su estado diciendo que todos tienen derecho a tener un mal día, sobre todo, los viajantes. Pero el principal no le está prestando atención: lo mira de reojo y con asco. Gregorio no puede dejar ir al principal porque este le presentará un informe negativo al jefe. Por eso se suelta de la puerta para ir hacia él, pero cae al piso. Experimenta la primera sensación de bienestar en el día cuando siente cómo es sostenerse sobre sus nuevas e innumerables patitas. Ni bien avanza Gregorio hacia el principal, su madre comienza a pedir auxilio. Mientras Gregorio trata de calmarla, el principal se va de la casa.

El padre toma el bastón que se olvidó el principal en una mano y un periódico en la otra y, lanzando golpes al aire, hace retroceder a Gregorio hasta su cuarto. Pero al llegar allí, queda atascado en la puerta y es el padre quien, dándole un golpe por detrás, lo ayuda a entrar.

Análisis

Gregorio Samsa se despierta convertido en un monstruoso insecto. Esto ya nos posiciona como lectores frente a una situación absurda. Sin embargo, más extraño nos resulta la serenidad con la que Gregorio asume su nueva condición de bicho. Si bien es cierto que se pregunta qué le ha ocurrido, da toda la impresión de que está más preocupado por no poder cumplir con sus obligaciones que por el hecho de haberse convertido en insecto. Es decir, podemos observar que su reacción no es consecuente con la gravedad de lo que le ha ocurrido: "Gregorio dirigió luego la vista hacia la ventana; el tiempo nublado (...) infundióle una gran melancolía". Gregorio acaba de descubrir que se ha convertido en un bicho, todavía ni siquiera ha podido salir de la cama, y lo primero que hace es mirar por la ventana y sentir melancolía porque el día está nublado. Esta reacción nos hace pensar que está asumiendo su nueva condición de insecto con cierta naturalidad. Esta actitud parece ser la consecuencia de un fuerte estado de alienación que, lejos de haber surgido a partir de su metamorfosis, podría ser incluso aquello que la causó.

Por otro lado, al ver que Gregorio no sale de su habitación para ir a trabajar, todos se preocupan. Ni su familia ni el principal saben en lo que Gregorio se ha convertido; así y todo están nerviosos porque por primera vez en años, él se ha retrasado un par de horas para ir al trabajo. Esta actitud, mucho más marcada en su padre y el principal, refleja el nivel de control que ejerce la autoridad en el mundo moderno, que se preocupa por la productividad de las personas antes que por su bienestar.

Cabe aclarar que Kafka era socialista y, naturalmente, tenía una impresión muy negativa del capitalismo. Varias de sus críticas a este sistema se ven reflejadas en su obra. Por otro lado, es importante mencionar que en el momento en que Kafka escribe La metamorfosis, en el mundo se estaba consolidando la Segunda Revolución Industrial (especialmente en la industria química, eléctrica, del petróleo y el acero); en este contexto la burguesía estaba viviendo un momento de esplendor mientras la clase obrera intentaba organizarse para exigir cambios sociales y económicos que mejoraran su situación. Además, estaba comenzando la Primera Guerra Mundial. Dicho de otra forma, Kafka escribe este relato en un mundo convulsionado por la desigualdad social y la primera gran guerra del mundo moderno.

Luego, el principal amenaza a Gregorio con contarle al jefe sobre esta actitud rebelde suya, y el señor Samsa manda a una de las criadas a buscar a un cerrajero para entrar a la habitación de su hijo por la fuerza. Estas dos reacciones ilustran el nivel de persecución y de abuso de poder que ejercen el principal y su padre, dos personajes que representan la autoridad. Asimismo, es importante recordar que Kafka tenía una relación muy difícil con su padre, justamente por lo autoritario que era con él. El señor Samsa, en palabras del propio Kafka, está basado en su padre. "(...) el padre dióle por detrás un golpe enérgico y salvador, que lo precipitó dentro del cuarto, sangrando en abundancia". Aquí podemos observar un ejemplo de la fuerza desmedida y el autoritarismo con el que el señor Samsa mete a su hijo en la habitación.

A pesar de su nueva, incómoda y por demás grotesca fisonomía, Gregorio insiste en tratar de convencer a todos de que ya se siente mejor, que en breve se cambia y sale a trabajar. Su capacidad de negación alcanza un punto que puede explicarse a partir de su alienación, pero también de su afán por no perder su condición humana. Apenas Gregorio sale de su cuarto, comienza una progresión irrefrenable hacia esa pérdida. La señora Samsa comienza a pedir auxilio, el principal huye y el señor Samsa hace retroceder a Gregorio lanzando golpes al aire. Está claro desde el primer momento que ya nadie lo ve como a una persona.