Mientras el fugitivo está atrapado en la sala de máquinas se promete a sí mismo que no morirá como el héroe folclórico japonés Tsuomi Sakuma, una de las víctimas del primer accidente de un submarino.
Por otra parte, la isla de Villings, donde transcurre la historia, difícilmente podría ser parte de Tuvalu: las islas de este archipiélago son atolones de coral, planicies que apenas superan el nivel del mar, sin acantilados ni colinas.