Se conservan papiros con copias de la Ilíada del siglo II a. C., aunque se tiene constancia de la existencia de uno anterior al año 520 a. C., que se utilizaba en Atenas para recitarlo en las fiestas en honor de Atenea (las llamadas Panateneas).
Ya en la antigüedad clásica se consideraba este poema como historia real y a sus personajes como modelo de comportamiento y heroísmo por imitar. Era práctica habitual su estudio y la memorización de extensos episodios.
Posteriormente su transmisión se generalizó, sobre todo en Europa (a partir del siglo XIII) y en Bizancio (siglos IX al XV).