El Túnel

El Túnel Imágenes

Luz y oscuridad

La narración de Castel incluye imágenes literales y figuradas de luz y de oscuridad que representan su estado interior. La luz como instancia de conocimiento aparece siempre en lapsos muy breves que no son suficientes para orientarlo en la desesperanzadora oscuridad: “mi cabeza es un laberinto oscuro. A veces hay como relámpagos que iluminan algunos corredores. Nunca termino de saber por qué hago ciertas cosas” (84). La figura de María reúne una imagen contradictoria, de luz y de oscuridad. Por eso, una carta de María en la que revela sus pensamientos significa para Castel un oxímoron: “La llegada de la carta fue como la salida del sol. Pero este sol era un sol negro, un sol nocturno” (100).

Ríos y mares

Las imágenes del agua en la novela aparecen como fuerzas naturales que dominan al protagonista y que, de algún modo, lo eximen de culpas: Castel se ve arrastrado por sus pensamientos y emociones a actuar como actúa. En la escena del acantilado, Juan Pablo siente que la atracción del mar es la que produce su deseo de arrojarse y de arrastrar a María consigo. De esta manera, María pasa a ser la víctima de un fatalismo inevitable que excede la voluntad de Castel. Esto se anticipa al principio de la novela, cuando Castel va a buscar a María por segunda vez al edificio de la Compañía T y la lleva casi a la fuerza hasta la plaza San Martín: “No ofrecía resistencia; yo me sentía como un río crecido que arrastra una rama” (83).

Infancia y muerte

Los pensamientos sombríos de Castel, que lo hacen reflexionar sobre su propia finitud, traen también imágenes de su niñez, en una lucha incesante entre la vida y la muerte. Para Juan Pablo, María es al mismo tiempo anhelo de maternidad y de aniquilación. La escena del acantilado reúne estas dos imágenes: “Como mi madre cuando era chico, puse la cabeza sobre [el] regazo [de María] y así quedamos un tiempo quieto, sin transcurso, hecho de infancia y de muerte” (138).

Pistas y síntomas

Todas las pistas que Castel encuentra para revelar la verdad sobre María pueden ser interpretadas como síntomas de su locura. Tomemos por caso la primera conversación telefónica que tiene con María. Juan Pablo vuelve sobre cada detalle de ese diálogo tratando de reconocer los primeros indicios del engaño de su amada y, al hacer esto, no hace sino manifestar su conducta paranoica.