El Testigo Citas

Citas

“Le gustó que le tocara el cuarto 33. A ese hotel no había llegado la pretensión de que el cuarto 33 fuera el 303. Además, Ramón López Velarde había muerto a los 33 años y él necesitaba coincidencias. Cualquier dato supersticioso que lo acercara al poeta lo haría sentirse más capacitado. Sabía lo normal acerca de Ramón, lo cual equivalía a nada. Todo mundo sabía todo de él".

Narrador, I. Posesión por pérdida: 1. Los Guajalotes

Esta cita del comienzo de la novela establece un tono de búsqueda y conexión con la figura de Ramón López Velarde, un poeta mexicano. El protagonista, Julio Valdivieso, llega a un hotel y se alegra de tener la habitación 33, ya que López Velarde murió a los 33 años. Esta coincidencia numérica lo hace sentirse más conectado con el poeta, a pesar de saber muy poco sobre él. La cita refleja el deseo de Julio de encontrar significado y dirección en su vida a través de las casualidades y las conexiones con figuras literarias importantes.

"Nadie conoce una ciudad como los policías y los mendigos. Perdón por este arrebato sociológico, pero a veces me da por la Escuela de Frankfurt, y yo estoy en una interesante intersección sociométrica: un mendigo con alma de investigador de homicidios".

Ramón Centollo, II. La mano izquierda: 10. Vaquero del Mediodía

En "El testigo", Juan Villoro rinde homenaje al escritor Roberto Bolaño y, sobre todo, a Mario Santiago Papasquiaro, a quien representa en la novela a través del personaje de Ramón Centollo. Centollo es el antiguo compañero de taller de Julio Valdivieso y quien le dice estas palabras.

La referencia a la Escuela de Frankfurt y la intersección sociométrica sugiere una exploración profunda de la sociedad y la cultura desde la perspectiva de un mendigo. Ramón Centollo es un personaje complejo que combina la experiencia de la vida en las calles con un profundo interés en la investigación de homicidios. La cita destaca la idea de que las perspectivas no convencionales, como las de los mendigos, pueden proporcionar una comprensión única de la sociedad.

“Estoy asombrado de la irrealidad a la que se llega en televisión, tal vez eso sea lo bueno. Tengo una teoría: la televisión no pertenece a la cultura sino a la neurología; estimula un enlace de neurocircuitos que te permite ver en estado de zombi, suspendiendo el juicio. Y no sólo eso, también los que están dentro de la pantalla se encuentran alterados; el efecto de las cámaras produce una especie de trance, como el aura luminosa que ven los afectados de jaquecas y que tantas veces se confundió con las apariciones religiosas. Las personas se vacían de sí mismas, sin pudor alguno, porque eso no las compromete; es como si no fueran ellas".

Tío de Julio Valdivieso, III. El tercer milagro: 32. Eleno

En esta cita, el tío de Julio Valdivieso comparte su perspectiva crítica sobre la televisión. Él expresa su asombro ante la sensación de irrealidad que la televisión puede crear en los espectadores. Su teoría sugiere que la televisión no está arraigada en la cultura, sino en la neurología, ya que puede inducir a las personas a un estado de pasividad, suspendiendo su juicio crítico. La cita refleja una crítica a la influencia de los medios de comunicación en la sociedad y cómo pueden alterar la percepción de la realidad y la identidad de las personas.

“Julio estaba llorando. Ignacia sonrió, como si todo fuera normal, mientras él sentía sus inconcebibles ropas mojadas, aferrado a una moneda vieja, y también sentía la mano que lo sacaba de ahí y lo ponía en la orilla, fuera del mundo, donde se oía el paso de una carretela, con un estudiante de Santo Tomás al que un perro ladraba sin motivo.

—Hice agua de semillas —Ignacia le tendió un tarro.

Julio bebió.

—¿A qué sabe? —le preguntó ella.

Julio cerró los ojos.

Cuando los abrió, todo estaba un poco nublado. Sintió que salía del agua.

Ignacia aguardaba su respuesta. Lo vio con intención de algo, como si él fuera un problema y eso le gustara.

—Sabe a tierra —dijo Julio.”

Narrador, III. El tercer milagro: 33. Tierra adentro

De esta manera termina la novela. Julio Valdivieso está llorando y se encuentra en un estado vulnerable. Ignacia, que es un personaje importante en la vida de Julio, le ofrece agua de semillas. La imagen del agua y el sabor a tierra evocan la idea de renacimiento y conexión con la tierra. El hecho de que Ignacia espere la respuesta de Julio con "intención de algo" sugiere una cierta expectativa o importancia en este acto. En este contexto, el agua y el sabor a tierra pueden simbolizar un regreso a las raíces y un proceso de purificación o renovación. La cita puede interpretarse como un momento de sanación y aceptación de la realidad después de un período de confusión y transformación en la vida de Julio.

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