Caramelo

Caramelo Símbolos, Alegoría y Motivos

El rebozo color caramelo (Símbolo)

El rebozo simboliza la herencia cultural mexicana a través de la familia y el vínculo que une las diferentes generaciones. En primer lugar, la metáfora del tejido, el entramado, el trenzado se utiliza a lo largo de la novela para referirse a eventos, personas y objetos en la familia Reyes. En segundo lugar, la historia de la prenda acompaña la historia familiar pasando de mano en mano.

Cuando, hacia el final, Celaya le coloca el rebozo a su novio Ernesto en la habitación de hotel, la imagen se superpone en la memoria con los orígenes del rebozo. Así como podemos hacer una genealogía de Celaya, podemos también hacerla de la prenda tradicional. Los padres de Soledad eran afamados reboceros. El rebozo no pudo ser terminado por su madre porque la muerte la alcanzó joven. Así que Soledad tuvo ese rebozo consigo como único recuerdo de sus padres, chupando sus flecos cuando estaba nerviosa, trenzándolos y destrenzándolos, durante toda la vida. Finalmente, lo obtiene Celaya luego de la muerte de su abuela Soledad, lo lleva consigo y lo utiliza con su novio. Este último gesto de colocarle el rebozo a un joven varón desnudo resulta provocador, debido a la naturaleza conservadora de su abuela Soledad. Pero, a la vez, remarca la presencia de las raíces familiares y sus tradiciones en la vida de la moderna Celaya que ni siquiera en su fuga se olvida de llevar la prenda consigo.

La Madre (Motivo)

La madre es un motivo esperable cuando se trata de una novela familiar mexicana o chicana. En la cultura mexicana, la figura de la madre es central. A pesar de que el padre detenta la autoridad del clan y es el proveedor económico (la mujer no debe bajo ningún concepto trabajar), la madre es la administradora y la verdadera comandante del hogar. Sus hijos varones le rinden culto, ella les garantiza la comodidad y el confort. Sus hijas mujeres le temen, porque ella también garantiza que se mantengan enclaustradas hasta el matrimonio.

El motivo de la madre, su rol en la constelación familiar, es el más recurrente de la novela. Ella es la encargada de transmitir los valores y las tradiciones nacionales, sobre todo a través de la comida que debe preparar con esmero. Es por esto que las comparaciones entre diferentes formas de la maternidad (Zoila, la Tía Güera, la Tía Fina, Soledad, Regina) giran en torno a estos significados adosados a la figura de la madre mexicana y producen nuevos sentidos.

Los automóviles de los hermanos Reyes (Símbolo)

La novela abre con una escena simbólica que da la pauta de su pertenencia a la literatura chicana: tres autos estadounidenses (un Chevrolet, un Impala y un Cadillac) van hacia México desde Chicago. Los tres son manejados por los hermanos Reyes, nacidos en México y radicados en Estados Unidos. Los tres autos estadounidenses, a su vez, forman con sus colores la bandera mexicana: rojo, blanco y verde. De este modo, funcionan como un símbolo de la síntesis entre ambas culturas.

El viaje (Motivo)

Al tratarse de una novela que gira en torno al tema de la migración, el motivo del viaje es ineludible, sobre todo porque la familia Reyes viaja constantemente de Chicago a la Ciudad de México a visitar a la Abuela Soledad y a Narciso. Los viajes se suceden mientras Celaya va, cada vez más, reconociendo la transición entre un lugar y otro. Los viajes obligan a la familia a mantenerse unida en el contexto de un automóvil durante varias horas. La transición de un sitio a otro motiva conversaciones de toda índole con respecto a la comparación del lugar de origen y el destino. Allí, en los coches, las tensiones se acrecientan, las discusiones se vuelven más virulentas.

El viaje está en el núcleo central de la familia Reyes: esta es una familia que "se mueve". No solo están los viajes de visita a la Abuela; también las incontables mudanzas, la fuga de Celaya a Ciudad de México, el viaje al más allá que debe emprender la abuela, el abandono de la Tía Güera de la Ciudad de México para empezar una nueva vida en Monterrey. Todos estos son movimientos que forjan la personalidad, que transforman la identidad.