Biografía de Ana Frank

Ana Frank nació el día 12 de junio de 1929 en Frankfurt, Alemania. Su padre, Otto Frank, era un respetado hombre de negocios e importante miembro de la comunidad judía en la ciudad. Otto podía trazar el origen de sus antepasados en los archivos de la ciudad desde el siglo XVII. Ana y su hermana mayor, Margot, crecieron en un pequeño círculo familiar rodeadas de sus padres, otros parientes y niñeras.

Sin embargo, hacia 1933, Otto Frank temía la expansión de la persecución nazi, que ya se estaba haciendo sentir: el presidente de Alemania nombró canciller a Adolf Hitler en enero de 1933, y este ya lideraba el país por decreto para el mes de abril. Otto Frank se mudó directamente a Holanda, donde comenzó un negocio de productos alimenticios. Holanda tenía un largo historial de protección de refugiados. La señora Frank y sus dos hijas se mudaron primero a Aquisgrán, cerca de la frontera con Bélgica, mientras que Otto se establecía en su nuevo hogar. Para la primavera de 1934, la familia completa se reunió en Ámsterdam. Mientras Hitler consolidaba su poder, y los acontecimientos políticos en Alemania se intensificaban, Ana Frank asistía a una escuela Montessori y disfrutaba de su amistad con otros niños. También gozaba de la atención de los chicos.

La guerra fue declarada en septiembre de 1939. La Alemania de Hitler obtuvo una serie de victorias en Polonia, Dinamarca, y Noruega, para después pasar a derrotar a Holanda en abril de 1940. Las fuerzas Alemanas que ocuparon Holanda se comportaron de la misma manera que en otros países invadidos: restringieron el flujo de información a los ciudadanos, arrestaron a líderes holandeses y pusieron en vigencia sus infames decretos antisemitas. Para Ana, la vida continuó casi como antes, a excepción de tener que abandonar la escuela Montessori y asistir a una escuela judía segregada. Sin embargo, sus padres, reconociendo que Hitler enviaría eventualmente a judíos holandeses a campos de concentración, tal como había hecho con los judíos alemanes, comenzaron las preparaciones para ocultarse. A pesar de que Otto Frank se vio forzado a abandonar su negocio, mantuvo su amistad con sus socios y empleadores holandeses. Con su ayuda, preparó un grupo de habitaciones en la parte superior de su antiguo edificio de oficinas para usarlas como escondite. El 6 de julio de 1942, el día después de que Margot, de dieciséis años, recibiera una orden de deportación, la familia entera entró en el escondite.

Los dos años siguientes, los Frank vivieron en el “anexo secreto” junto a la familia Van Daan y un dentista de avanzada edad llamado Albert Dussel. Mientras Alemania estaba en la cima de sus conquistas (con un imperio que se extendía desde el Canal de la Mancha hasta Rusia y desde el circulo Ártico hasta el Norte de África), Ana trataba de ajustarse a su nueva vida a escondidas, que requería permanecer en silencio durante el día y moverse solamente durante la noche, nunca salir afuera, estar mal alimentados y convivir con tensiones propias del encierro. Los Frank, los Van Daan y el señor Dussel seguían las noticias con una radio ilegal.

El 4 de Agosto de 1944, gracias a la información proveída por un informante holandés, la Gestapo entró al anexo secreto. Arrestó a los Frank, a los Van Daan, al señor Dussel y a los dos holandeses que los habían estado ayudando. Uno de los holandeses, el señor Kraler, pasó ocho meses en un campo de trabajo forzado; el otro fue dejado en libertad para recibir ayuda médica. Todos los judíos fueron enviados a Westerbork y después a Auschwitz, en Polonia. El 3 de Septiembre, los Frank se encontraban entre los últimos judíos en dejar a Holanda y ser enviados a campos de concentración. Después de tres días de hacinamiento en un tren, los Frank llegaron a Auschwitz. En la plataforma del tren, hombres y mujeres fueron separados: esta fue la última vez que Otto Frank vio a su familia.

En Octubre de 1944, Ana, Margot y la señora Van Daan fueron seleccionadas para ser trasladadas al campo de concentración ubicado en Belsen, Alemania. La señora Frank murió en Auschwitz el 6 de Enero de 1945. El campo de Belsen era diferente a Auschwitz: este era un centro modelo que promovía el terror y el orden, mientras que Belsen era un lugar desorganizado en el que faltaba alimento y agua. El tifus era muy común entre los prisioneros, y la mayoría de estos estaban muriendo de hambre. A pesar de que las fuerzas aliadas ganaban batalla tras batalla en Europa, había poca esperanza para los prisioneros de Belsen. Aquí, Ana volvió a ver a su compañera de escuela, Lies Goosen. Lies describe la noche en la que se reencontró con Ana diciendo que ambas lloraron y lloraron, ya que entonces solo las separaba una cerca de alambre de púa y nada más. Ya no había ninguna diferencia en sus destinos.

Margot, la hermana mayor de Ana, murió a fines de febrero o a comienzo de marzo en 1945. La señora Van Daan murió en Belsen, aunque nadie marcó la fecha de su muerte. Otto Frank, quien sobrevivió a la guerra, vio al señor Van Daan ser llevado a las cámaras de gas en Auschwitz. El señor Dussel murió en un campo de concentración alemán llamado Neuengamme. Cuando los Alemanes abandonaron Auschwitz, en febrero de 1945, se llevaron a Peter Van Daan con ellos, y nunca más se supo de él. Ana Frank murió unos días después que su hermana. No llegó a cumplir los dieciséis años.

En mayo de 1945, después de que acabara la guerra, Otto Frank regresó a Ámsterdam. Algunos de los holandeses que habían ayudado a su familia a ocultarse le dieron los documentos que la Gestapo dejó en el “anexo secreto”. Entre estos documentos se encontraba el diario de Ana. Al principio, Otto Frank compartió el diario con sus amigos y familiares como parte de una conmemoración, pero un profesor universitario holandés lo animó a publicar el libro. Este fue publicado por primera vez en Holanda en 1947. Desde entonces ha sido traducido a treinta y un idiomas.


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