Poemas de Fernando Pessoa

Poemas de Fernando Pessoa Símbolos, Alegoría y Motivos

Lisboa (Símbolo)

En la obra de Fernando Pessoa, la ciudad de Lisboa funciona como un símbolo de la modernidad. El poeta regresa a su Lisboa natal y no la reconoce debido a todos los cambios que ha sufrido la ciudad; cambios que ha provocado esta modernidad imperante y que producen nostalgia en el poeta al ver que ese paisaje urbano de su infancia ha sido sepultado bajo las chimeneas y el humo de las fábricas que trajo el progreso. En ese sentido, cabe aclarar que son también los habitantes de Lisboa, esa sociedad con la que convive Pessoa, quienes convierten a la ciudad, dentro de la obra del autor portugués, en un símbolo de la modernidad. Esta sociedad moderna, que apuesta por lo práctico, lo racional y lo útil, se ha olvidado de la importancia de la contemplación, de la necesidad de conectar con la esencia de las cosas de una manera natural. Esta pérdida de sensibilidad esencial de los lisbonenses atormenta a Pessoa (y a todos sus heterónimos) y hace que el autor portugués se sienta ajeno a ese mundo moderno que lo rodea.

El río (Símbolo)

Como en muchas obras, el río cumple una función simbólica relacionada con la naturaleza. Ahora bien, este elemento natural, entendido como contexto y condición de existencia de la especie humana, posee para Pessoa un valor más profundo. En principio, el río simboliza, justamente, en varios poemas la vida, la existencia humana que es, ante todo, naturaleza. Ahora bien, Pessoa le atribuye, además, la condición de trasmitirnos una sabiduría esencial: el río pasa, transcurre, sin ningún tipo de conciencia de sí, exactamente como nosotros, las personas, deberíamos vivir. Dicho de otra forma, nuestra vida debería fluir en un estado de plena existencia, sin la intromisión de un pensamiento que nos conduzca a interpretaciones subjetivas de las cosas y nos aleje de la esencia de las mismas. En ese sentido, el río no solo simboliza la vida, sino también la forma correcta de vivir.

Lidia (Símbolo)

Ricardo Reis le escribe la mayoría de sus poemas a una mujer llamada Lidia. Ahora bien, el poeta no busca consolidar su amor, sino, por el contrario, intenta mantenerlo permanentemente en un estado incompleto, potencial. Así las cosas, Lidia simboliza ese amor imposible, esa mujer idealizada que funciona como una fuerza motriz tanto del deseo como de la escritura. En cierta medida, la podemos pensar como la fuente de inspiración del poeta, aunque es imposible no relacionarla también con ciertos aspectos biográficos del mismo Pessoa, quien no logró (porque no quiso o no pudo) establecer una relación con una mujer en toda su vida. Este amor imposible que encarna el personaje de Lidia en la poesía de Ricardo Reis refleja que para el poeta la falta de concreción del amor es más fructífera que la concreción del mismo, ya que lo sume en un estado de persecución constante de ese sentimiento, y esto, a su vez, lo impulsa a seguir escribiendo sobre ese amor no alcanzado.

El insomnio (Símbolo)

Son varios los heterónimos de Pessoa que, como él, sufren de insomnio. Ahora bien, este estado insomne posee una fuerte carga simbólica en la obra. Por un lado, es un símbolo de ese desasosiego pessoano que surge de la imposibilidad de silenciar los pensamientos. Por otro lado, también representa el contexto esencial en el que se da la situación de escritura. En ese sentido, si bien el poeta padece por momentos este insomnio, al mismo tiempo, lo entiende como la condición de existencia de su poesía.

Asimismo, ese desasosiego pessoano está íntimamente ligado a la incomodidad que le produce al poeta el nuevo paradigma que ha sentenciado la modernidad. Es decir, en un contexto en donde el ser humano busca apropiarse de la naturaleza por medios productivos científico-tecnológicos y en el que se antepone la razón por sobre la religión o la tradición, el poeta no logra silenciar el torrente de reflexiones nostálgicas y cae en ese abismo de soledad e insomnio que, a su vez, constituye la atmósfera esencial de su escritura.

Lo heterónimos (Símbolo)

Fernando Pessoa sentía que en él convivían diferentes formas de pensar y sentir la vida. En ese sentido, el autor portugués estaba convencido de que la identidad de las personas era una conjugación de fragmentos, es decir, una sumatoria de identidades. A raíz de esto, Pessoa crea a Alberto Caeiro, Ricardo Reis, Álvaro de Campos, Bernardo Soares y varios heterónimos más (al menos setenta).

Así las cosas, podemos decir que los heterónimos de Pessoa simbolizan la complejidad, la diversidad y la mutabilidad de los pensamientos y sentimientos que conviven en una misma persona a lo largo de su vida.