Grandes esperanzas

Grandes esperanzas Símbolos, Alegoría y Motivos

El vestido de novia de la señorita Havisham (Símbolo)

La señorita Havisham viste el vestido de novia, ya amarillento, que lució por primera vez muchos años atrás, el día que se celebraba su boda. Su prometido no se presentó y ella nunca se quitó ese vestido. Por lo tanto, dicha prenda funciona en la novela como un símbolo del rencor de la señorita Havisham y del hecho de que esta se encuentra completamente atada a su pasado, el cual no puede superar -como no puede cambiarse el vestuario de aquel día-.

Tras comprender el sufrimiento que infligió en Pip, víctima del deseo de la mujer de vengarse del género masculino, la señorita Havisham se horroriza por lo que su propio rencor la llevó a hacer. Ve en el sufrimiento de Pip el espejo de su propio sufrimiento, y se disculpa con el muchacho. Inmediatamente después, las brasas del fuego que calentaban el salón toman la tela del vestuario de la señorita Havisham. El hecho de que el vestido quede reducido a cenizas funciona simbólicamente: la mujer, mediante el perdón, queda liberada de su rencor y de su atadura al pasado, simbolizados en su vestido de novia.

Estella (Símbolo)

Pip se enamora perdidamente de Estella en el mismo movimiento en que se despierta en él un anhelo desesperado por pertenecer a la alta sociedad, de la que la muchacha es representativa. El deseo de Pip de convertirse en un caballero se encuentra estrechamente ligado a su deseo por conquistar a la muchacha. Así, Estella funciona en esta novela como un símbolo de la alta sociedad de la cual el protagonista quiere volverse digno. Y todos los atributos que Pip ve en Estella son los mismos que el muchacho cree representativos de la alta sociedad: es perfecta, elegante, aparentemente inmaculada, delicada, y desprecia a todos los que no pertenecen a su clase.

El hecho de que Estella resulte ser en realidad hija de criminales funciona también simbólicamente en la novela, en tanto esta revelación puede bien aplicarse a la distinguida sociedad que ella representaba para Pip. La mayoría de las ideas que el protagonista tenía sobre la sociedad (y sobre Estella) resultan fundarse en meras apariencias, que no se corresponden con la realidad, mucho menos brillante e inmaculada.

La oscuridad en la casa Satis (Símbolo)

Por orden de la señorita Havisham, en su casa no entra la luz del sol. Esto es así desde que la dueña de casa fue abandonada años atrás en el altar, evento que la mujer nunca pudo superar y por el cual aún guarda rencor. De cierto modo, la oscuridad de la casa Satis funciona como un símbolo de la oscuridad al interior de la señorita Havisham, cuyo espíritu parece haber perdido toda luminosidad el día en que le rompieron el corazón.

Los relojes detenidos en la casa Satis (Símbolo)

En la casa Satis todos los relojes se encuentran detenidos. Tal como supone Pip, las agujas de estos relojes dejaron de moverse varios años atrás, cuando la señorita Havisham dejó de vivir una vida feliz, tras ser abandonada en el altar. La dueña de casa no logra superar aquel evento traumático, y vive, por el contrario, atada al pasado, anclada en ese momento en que la luz desapareció de su vida. Así, los relojes detenidos funcionan en la novela como un símbolo de la suspensión en que se encuentra la señorita Havisham desde aquel entonces: en tanto no puede soltar ese momento pasado, el tiempo no sigue su curso normal ni en la vida ni en la casa de la señorita Havisham.

El apodo "Araña" de Drummle (Símbolo)

Drummle es un muchacho soberbio que, por su personalidad, disgusta a Pip desde un principio. Pero este mero desencuentro entre los varones se vuelve ya amenazante para el protagonista cuando Drummle comienza a cortejar, aunque muy esporádicamente, a Estella. En cuanto esto comienza a suceder, Pip se queja con Jaggers, quien empieza a apodar "Araña" al muchacho. Este apodo simboliza la personalidad del personaje, ya que, al igual que las arañas, Drummle "estaba acostumbrado a esperar al acecho y tenía la paciencia propia de esos repugnantes animales" (p. 313). Efectivamente, con paciencia e insistencia, Drummle logra tomar como esposa a Estella.