Soneto CLXVI (“Mientras por competir con tu cabello”)

Soneto CLXVI (“Mientras por competir con tu cabello”) Citas y Análisis

Mientras por competir con tu cabello
oro bruñido al sol relumbra en vano

Voz poética, vv. 1, 2.

Estos son los versos que abren el poema. En una posición destacada al inicio, se encuentra la palabra "mientras", con su valor como conjunción temporal que encabeza una proposición adverbial de tiempo. Desde el comienzo, por lo tanto, se hace énfasis en la temporalidad.

El autor utiliza la figura retórica conocida como hipérbaton para modificar el orden sintáctico tradicional y así ajustar métricamente los versos. En este caso, estos dos versos pueden entenderse de la siguiente manera: "Mientras el oro bruñido al sol relumbra en vano al competir con tu cabello". Esto quiere decir que compara el cabello de la amada con el oro, tan brillante que refleja al sol, y en esa competencia, resulta ganadora la belleza de la mujer.

mientras con menosprecio en medio el llano
mira tu blanca frente al lilio bello

Voz poética, vv. 3, 4.

Aquí es necesario notar que se vuelve utilizar la palabra "mientras" para iniciar el verso, por lo que estamos en presencia de una anáfora, una figura retórica que consiste en la reiteración de una palabra o varias al comienzo de una serie de versos. El significado de los dos versos que están construidos con la utilización del hipérbaton sería: "Mientras tu blanca frente mira con menosprecio el lilio bello en medio del llano". Otra vez, la voz poética realiza una comparación entre una característica de la muchacha, en este caso la frente, y un elemento de la naturaleza, como el lilio, una flor blanca. La frente de la mujer es más bella y más blanca que el lilio, dado que, por ello, la mira con desprecio. Hay, además, una personificación que constituye una metonimia: se menciona que la frente mira (personificación) y, con esto, se da cuenta de que quien mira y compara es la mujer. Es decir, se utiliza la frente, una parte del cuerpo de esa mujer, para dar cuenta de que es ella la que observa.

mientras a cada labio, por cogello,
siguen más ojos que al clavel temprano

Voz poética, vv. 5, 6.

En la segunda estrofa, volvemos a encontrarnos ante la figura retórica de la anáfora con la conjunción "mientras" y se hace, por lo tanto, énfasis en el tiempo. La estructura es la misma que en los dos versos previos y da como resultado una comparación entre los labios de la mujer amada y la flor del clavel. En esa comparación, resulta ganadora, otra vez, la belleza femenina, antes que la belleza que ofrece la naturaleza. La estructura y significado de los versos, al desarmar el hipérbaton, quedaría de la siguiente manera: "Mientras los ojos siguen a cada labio de la amada con más ánimos de tomarlos que al clavel temprano". Aquí hay una personificación que conlleva una sinécdoque: los ojos siguen a los labios; esto quiere decir que se utiliza una parte del cuerpo, los ojos, para dar cuenta de un todo, el hombre encarnado en la voz poética que mira esos labios y se siente atraído.

y mientras triunfa con desdén lozano
del luciente cristal tu gentil cuello

Voz poética, vv. 7, 8.

De esta forma se cierra la segunda estrofa, y por ello, el pasaje comienza con la conjunción copulativa "y". Nuevamente, volvemos a encontrar la conjunción "mientras" y, además, se reitera la fórmula en la que se establece una comparación entre un rasgo de la mujer y un objeto. En este caso, se compara el cuello de la amada con el brillante cristal. Triunfa, como es usual en estas competencias, la mujer. Los versos podrían parafrasearse de la siguiente manera: "Mientras tu cuello gentil triunfa con lozano desdén sobre el luciente cristal".

goza cuello, cabello, labio y frente

Voz poética, v. 9.

El verso nueve abre la tercera estrofa, que es la primera de tercetos. Con este verso se cierra la idea abierta con las proposiciones temporales subordinadas antes mencionadas. En imperativo, la voz poética exhorta a la amada al goce inmediato de los rasgos bellos que presenta en su juventud. Se hace presente, entonces, el objetivo del poema: exhortar al disfrute. Este es el tópico central, el del carpe diem que llama literalmente a "aprovechar el día"; que insta a aprovechar el presente.

Cabe destacar que, usualmente, en la descriptio puellae, un tópico clásico del Renacimiento, se describen los rasgos de la amada en una enumeración gradual descendente, de arriba hacia abajo. Góngora señala los mismos rasgos que idealizan a las mujeres de los poemas renacentistas, pero altera el orden de la descripción: nombra primero al cuello, luego asciende al cabello, baja hacia los labios y vuelve a ascender hacia la frente.

antes que lo que fue en tu edad dorada
oro, lilio, clavel, cristal luciente

Voz poética, vv. 10, 11.

Estos versos no conforman una oración completa: constituyen una proposición temporal, marcada por la conjunción "antes que". Aquí se utilizan metáforas: la primera es la "edad dorada", que refiere a la juventud de la amada; las otras refieren a las partes del cuerpo antes mencionadas. Anteriormente, rasgos como el cabello, la frente, los labios y el cuello se comparan, triunfantes, con los objetos mencionados aquí: el oro, el lilio, el clavel y el cristal luciente. Ahora, directamente, se mencionan esas partes del cuerpo femenino a través de esos objetos.

no sólo en plata o vïola troncada
se vuelva

Voz poética, vv. 12, 13.

Así comienza la última estrofa, que es un terceto. Se completa parte de la idea iniciada anteriormente, dado que se indican las consecuencias que, eventualmente, sufrirán los rasgos físicos de la muchacha amada. El verso puede leerse así: "No solo se transforme en plata o violeta tronchada". La expresión hace referencia al cuerpo de la mujer, y alerta sobre el modo en que el cabello, antes rubio y semejante al oro, se convertirá en plata por las canas. Del mismo modo, sus rasgos se volverán una violeta marchita, dejando de ser unos lilios tempranos.

se vuelva, más tú y ello juntamente
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.

Voz poética, vv. 13, 14.

Así se cierra el soneto: estos son los dos últimos versos. Esta es la advertencia trágica que el poeta realiza a la lozana muchacha: en algún momento, irremediablemente debido al paso del tiempo, sus rasgos hermosos y ella misma se tornarán nada, la que ahora es joven morirá. Este verso es el más sórdido del poema, puesto que ya no se refiere a la pérdida o la degradación de la belleza, sino que hace referencia a la destrucción total que conlleva la muerte. La degradación es la del cadáver que termina convirtiéndose en nada.

Es posible también que, en lugar de una degradación progresiva del cadáver, esos términos hagan referencia a los rasgos antes destacados. Es decir, que el oro sea luego tierra; el blanco lilio, humo; el clavel, polvo; el cristal, sombra; y, por tanto, que la palabra "nada" refiera a la totalidad de la muchacha: que su existencia ya no sea tal.