Poemas de William Blake

Poemas de William Blake Elementos Literarios

Altavoz o Narrador, y Punto de Vista

La mayoría de los poemas están desarrollados a través de la voz de un yo lírico en primera persona, aunque hay algunos en tercera persona del singular.

Forma y Medidor

La poética de Blake no tiene una forma o una métrica única. Hay poemas con versos octosílabos, alejandrinos, hexasílabos y de métrica libre. Del mismo modo, hay poemas con rima consonante, asonante y libre.

Metáforas y Símiles

En la poesía de William Blake, el amor es presentado como uno de los caminos que pueden conducir al ser humano a su salvación. En la cita que aparece a continuación, el terrón de arcilla afirma metafóricamente que el amor es capaz de construir un cielo en la desesperación del infierno. Es decir, es capaz de llevar al ser humano a un estadio de plena felicidad, aun en condiciones materiales paupérrimas:

«El Amor no busca contentarse a sí mismo
Ni tiene por sí mismo cuidado alguno,
Sino que a otro da su paz
Y construye un cielo en la desesperación del infierno.» ("El terrón y el guijarro", p. 75).

Ahora bien, el amor tiene un grave problema: es un sentimiento maleable que, en general, queda sometido a los dictámenes de la censura racional que imponen los padres y la religión. En "Una pequeña niña perdida", el yo lírico nos cuenta que Ona, tras tener relaciones sexuales con su amante por primera vez, sintió una dicha inmensa. Esta dicha, sin embargo, se disipó apenas se encontró con su padre. El yo lírico compara la mirada del padre de Ona con el libro sagrado. Es decir, con la Biblia. Tanto la figura del padre como la Biblia, como hemos dicho, son símbolos de la represión racional:

A su padre de blancos cabellos
Volvió la alegre doncella;
Pero ante su mirada cariñosa,
Como ante el libro sagrado,
Sus miembros delicados temblaron de terror ("Una pequeña niña perdida", p. 105).

Aliteración y Asonancia

En la traducción al español con la que trabajamos en esta guía, no se mantiene la rima asonante y consonante que tienen muchos de los poemas en su versión original. A fines ilustrativos, para tener un ejemplo al respecto, colocamos aquí las primeras dos estrofas de "Jueves Santo" de 'Cantares de experiencia':

'Is this a holy thing to see
In a rich and fruitful land,
Babes reduc’d to misery,
Fed with coid and usurous hand?

Is that trembling cry a song?
Can it be a song of joy?
And so many children poor?
It is a land of poverty!' (p. 74).

En la primera estrofa, los versos impares tienen rima asonante y los pares, consonante. En la segunda estrofa, los primeros dos versos asonancia entre sí gracias a la repetición de la palabra "song", mientras que el último verso rima con el tercero de la primera estrofa.

Irony

N/A

Genero

Poesía.

Ajuste

Muchos de los poemas están situados en zonas rurales, de locación desconocida. Otros están situados en Londres, a finales del siglo XVIII.

Tone

Crítico, denunciatario, sensual.

Protagonista y Antagonista

En la poesía de Blake no hay un protagonista claro, pero sí un antagonista: la religión católica y sus representantes, el progreso y la razón.

Conflicto Principal

A lo largo de toda su obra, Blake postula que el ser humano, a costa de ponderar la razón por sobre la emoción, ha perdido su unidad espiritual. Es decir, ha perdido su conexión con la naturaleza, con el prójimo, con Dios y consigo mismo. Ese es el gran conflicto que, de una u otra manera, siempre aparece en los versos del gran poeta inglés.

Climax

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Presagio

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Atenuación

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Alusiones

A lo largo de toda su obra poética, William Blake realiza numerosas alusiones a la Biblia. En los poemas que analizamos en esta guía, por ejemplo, se encuentran "El Jardín del Amor" y "La esencia del hombre", que aluden al relato bíblico del jardín del Edén, incluido en el Génesis bíblico.

Metonimia y Sinecdoque

En el poema "El pequeño niño negro", el niño cuenta que fue dado a luz en el "sur salvaje". A través de esta metonimia hace referencia a África, territorio que se encuentra al sur de Inglaterra y que en el siglo XVIII, cuando Blake escribe sus poemas, era considerado un lugar habitado por hombres salvajes:

Mi madre me alumbró en el sur salvaje,
Y soy negro; pero, ¡ay!, mi alma es blanca;
Como un ángel blanco es el niño inglés,
Pero yo soy negro, como si despojado de la luz ("El pequeño niño negro", p. 43).

En "El ángel", la voz cuenta que durante su juventud tenía un ángel amoroso, Cupido, junto a ella. Sin embargo, ella, asediada por los mandatos de la razón, lo despreciaba una y otra vez, hasta que el ángel se alejó de su lado. Años después, el ángel regresó, pero ella ya había envejecido. Este envejecimiento es presentado a través de una sinécdoque:

Pronto, volvió otra vez mi Ángel:
Como estaba armada, su retorno fue en vano,
Porque mi juventud había huido
Y grises cabellos tenía mi cabeza ("El ángel", p. 89).

Los "cabellos grises" son una parte del cuerpo envejecido de la voz.

Personificación

En los poemas que tratan sobre la naturaleza, Blake recurre frecuentemente al recurso de la personificación. Convierte a las diferentes estaciones del año y a los diferentes momentos del día en personajes literarios. Les otorga un cuerpo y un carácter acorde a su fenomenología. La primavera es, por ejemplo, una mujer alegre, sensual y pura, que tiene el don de hacer que la naturaleza reviva. El verano, por su parte, es presentado como un hombre portentoso, soberbio y pasional:

¡Oh tú, con bucles húmedos de rocío, que miras
A través de las claras ventanas de la mañana, vuelve
Tus ojos angélicos hacia nuestra isla occidental,
Que está llena de coros saludando tu arribo, oh Primavera ("A la primavera", p. 27).

Hyperbole

En la poesía de Blake, la ciudad es presentada como un lugar atravesado por la miseria y la desolación. Es el producto último del imperio de la razón. En "Jueves Santo" de 'Cantares de experiencia', el yo lírico hiperbólicamente describe a la ciudad como un lugar en el que nunca sale el sol y reina un invierno eterno:

Y su sol nunca brilla,
Y sus campos son yermos incultos,
Y sus caminos están erizados de espinas:
¡Reina aquí un invierno eterno! ("Jueves Santo" p. 75).

Onomatopoeia

En el poema "Canción de la risa", el yo lírico presenta a la naturaleza como un elixir de la alegría, donde hay árboles, sol y agua, todo es risa y diversión. De hecho, el estribillo de esta canción es la onomatopeya de la risa:

Cuando ríen en la sombra pájaros de colores
Adonde está tendida nuestra mesa con cerezas y almendras,
Ven, vive y sé feliz y únete a mí para cantar
El estribillo dulce de la risa «¡Ja, ja, jü» ("Canción de la risa", p. 51).