Poemas de Gabriela Mistral

Relaciones personales

Gabriela Mistral mantuvo su vida personal en estricta reserva, lo que ha provocado mucha discusión respecto a sus relaciones personales y sentimentales. Mistral se mantuvo soltera toda su vida, hecho poco común en una mujer en su época, por lo que gran parte de sus relaciones han sido interpretados a través de su trabajo literario o sus epístolas.

A los 15 años tuvo un amor platónico con Alfredo Videla Pineda, un hombre rico y más de 20 años mayor que ella, con el que se carteó durante casi año y medio.

En 1906, mientras ella se desempeñaba como profesora en La Cantera, conoció a Romelio Ureta, un funcionario de ferrocarriles por el que Gabriela sintió un gran afecto. Muchos estudiosos de la vida de la poeta han considerado a Ureta como «el gran amor» de su vida. La relación tuvo un final trágico cuando Ureta se suicidó en noviembre de 1909. Mistral escribió Sonetos de la muerte inspirada en sus sentimientos tras la muerte de Ureta.[58]​ Dichos versos la catapultaron a nivel nacional, luego de ganar los Juegos Florales de 1914. Aunque por un tiempo la muerte de Ureta fue interpretada como causada por la relación con Mistral, ella misma lo descartó y lo consideró nada más que «novelería». Ureta se habría suicidado al verse acorralado, luego de sacar dinero de la caja del ferrocarril donde trabajaba con el fin de ayudar a un amigo y no poder devolverlo.[59]​

Los Juegos Florales sirvieron también para que Gabriela entablara una relación con el escritor Manuel Magallanes Moure, quien fue jurado en el evento.[60]​ Impactado con el talento de Mistral, Magallanes comenzó a enviarle cartas y la relación epistolar entre ambos se convirtió en una con sentimientos más profundos. Mistral eliminó gran parte de las cartas, al considerar que eventualmente podían ser consideradas una suerte de adulterio (ya que Magallanes era casado), pero algunas copias que él guardó reflejan el amor prohibido de Mistral por el escritor, rechazando sus insinuaciones de concretar un encuentro.[59]​

Te adoro, Manuel. Todo mi vivir se concentra en este pensamiento y en este deseo: el beso que puedo darte y recibir de ti. ¡Y quizás -seguramente- ni pueda dártelo ni pueda recibirlo...! En este momento siento tu cariño con una intensidad tan grande que me siento incapaz del sacrificio de tenerte a mi lado y no besarte... Estoy muriéndome de amor frente a un hombre que no puede acariciarme... Gabriela Mistral[59]​
Yin Yin (1925-1943), sobrino de Gabriela Mistral y a quien crio como un hijo.

Las cartas también reflejaron la poca autoestima de Mistral, considerándose fea, deforme y complicada. «Yo nací mala, dura de carácter, egoísta enormemente y la vida exacerbó esos vicios y me hizo 10 veces dura y cruel».[60]​ La relación epistolar duró casi siete años; solo en 1921 se encontraron físicamente en Santiago, momento en que el encanto se quebró y la relación se enfrió. Ambos siguieron en contacto como amigos hasta 1923, cuando Mistral partió al extranjero. En su carta de despedida, Mistral lo enfrentó: «Tú no me pudiste querer mi vejez, mi fealdad... Tu orgullo, muy visible, te alejó de mi.»[60]​

En 1925, nació Juan Miguel Godoy, su sobrino (hijo de Carlos, su hermano por parte de padre). Mistral, quien en esa época residía en Francia, recibió la custodia de su sobrino y lo crio como su propio hijo junto a su secretaria mexicana, Palma Guillén. Más conocido como Yin Yin, fue una de las figuras más influyentes en la vida de Mistral. Su vida, sin embargo, tuvo un abrupto final tras mudarse desde Europa a Petrópolis, Brasil. Yin Yin nunca pudo acostumbrarse a su nuevo entorno y fue acosado por sus compañeros. En 1943, se suicidó a los 18 años de edad tras ingerir arsénico, lo que fue un duro golpe para Gabriela Mistral y dio inicio a una de las épocas más oscuras de su vida.[61]​[62]​

Gabriela Mistral y Doris Dana

Gabriela Mistral junto a Doris Dana, en 1949, visitando al embajador chileno en México.

Uno de los temas más controvertidos respecto a Mistral, tanto mientras ella vivió como después de su fallecimiento, era lo asociado a su posible lesbianismo. En sus diarios íntimos escritos entre 1945 y 1946, y que fueron publicados en 2002, rechazó los comentarios sobre su eventual lesbianismo e indica que habría sido una de las razones por las que se alejó de Chile durante sus últimos años.

De Chile, ni decir. Si hasta me han colgado ese tonto lesbianismo, y que me hiere de un cauterio que no sé decir. ¿Han visto tamaña falsedad? […] No se desea volver a lugares del mundo donde se hace con los propios asuntos una novela policial. Yo no soy ningún dechado; tampoco una cosa extraordinaria. Yo soy una mujer como cualquier otra chilena Gabriela Mistral (ca. 1945), en Bendita sea mi lengua (editada en 2002).[63]​[64]​

En el ámbito más íntimo existen documentos que reflejan una relación muy íntima con mujeres. La relación más debatida es la que mantuvo con Doris Dana. Ambas se conocieron en 1949, luego de comunicarse vía cartas desde 1948. Se mantuvieron inseparables hasta el fallecimiento de la poeta, en 1957. En su testamento, Dana fue nombrada como albacea y custodió el legado de la poeta por más cincuenta años.

Es la joven estadounidense —que en ese entonces tenía 28 años— quien se acerca a la poeta tres décadas mayor que ella y ya consagrada con el Premio Nobel. Le escribe a su residencia en Santa Bárbara, California. La excusa es la publicación de un volumen en torno a Thomas Mann que incluye una traducción hecha por Dana de un texto de la poeta chilena. El tono es de respeto, casi de veneración:

Mi querida Maestra:

Me he tomado la libertad de mandarle, a nombre de la New Directions Press, el ejemplar destinado para usted de “The Stature of Thomas Mann”.

De haber sido posible hubiera preferido, desde luego, gozar del privilegio de poner este libro personalmente en sus propias manos.

En una época acribillada de comercialismo, un volumen como éste es digno de tal gracia y dignidad.

Le escribo esta carta para expresarle, dentro de sus límites, la profunda gratitud que siento por el alto privilegio de haber traducido al inglés su ensayo poderoso y fuerte, “El otro desastre alemán”

La correspondencia entre la poeta chilena y la neoyorquina es recopilada en el libro "Niña errante". El volumen solo incluye una veintena de cartas escritas por Doris Dana y más de doscientas de Mistral. Ambas hablan de una atracción a primera vista. A lo largo de la correspondencia se va configurando una relación apasionada, capaz por momentos de obsesionar a la poeta.

A menos de un año de iniciada la correspondencia, Mistral la trata de “amor”, identificándose a ratos a sí misma con el género masculino. A ratos desesperada por la conducta evasiva de Dana, quien solía irse por largas temporadas a Nueva York, ciudad en la que estaba radicada, a veces sin dejar dirección ni dar noticia.

El 14 de abril de 1949 Mistral le escribía:

Amor: te decía en mi carta de hoy 14 que llevo varias noches de mal dormir. Duermo de dos o tres de la mañana y hasta las siete. Pero quiero volver a hablarte hoy. (Te acabo de poner un telegrama. No quisieron recibir el pago de la respuesta estos palurdos.)

Yo no entiendo nada de lo ocurrido, mi amor. Sólo sospecho que mi carta sobre los Artasánchez te ha hecho sufrir mucho. Y que o eso o el avión te ha causado un daño del corazón.

¡Qué estúpido ha sido el que más te quiere, Doris mía! ¡Perdóname, vida mía, perdóname! ¡No lo haré más! Y tú guardarás el control de ti, y haz fe en tu pobrecillo, que es un ser torpe, vehemente y envenenado por su complejo de inferioridad (el de la edad).

Duerme, mi amor, descansa. Yo procuraré ser menos brutal y necio. Yo te debo el lavarme de estos defectos. Yo te debo felicidad por cuanto he recibido de ti.

A comienzos del siglo XXI, se comenzó a investigar el tema del lesbianismo de Mistral y su relación con Dana, quien en sus últimos años, negó rotundamente haber mantenido una relación íntima o sexual con Mistral.[65]​ La catedrática estadounidense Licia Fiol-Matta escribió en A Queer Mother for the Nation: The State and Gabriela Mistral, que Mistral era «una lesbiana de armario» y que su obra contrastaba con «la consagración póstuma como un ícono nacional célibe, santo, sufriente y heterosexual».[66]​[64]​ Estas aseveraciones fueron criticadas por el entorno mistraliano, al mismo tiempo que la Fundación Gabriela Mistral negó en 2001 al escritor Juan Pablo Sutherland la inclusión de ciertos versos de la poeta en A corazón abierto, un análisis respecto a la homosexualidad en la literatura chilena.[67]​

Al fallecer Dana en 2006, el epistolario que mantuvo con Mistral se hizo público gracias al permiso otorgado por la heredera de Doris Dana, su sobrina Doris Atkinson. La obra Niña errante fue publicada en 2009 con transcripción, prólogo y notas de Pedro Pablo Zegers, conservador del Archivo del Escritor de la Biblioteca Nacional. En ella, se reproducen por primera vez algunas cartas que reflejan la relación íntima que mantuvieron ambas mujeres, incluyendo pasajes apasionados y de despecho.

Doris Dana, 31 años menor que Mistral, negó explícitamente en su última entrevista que su relación con la escritora fuera romántica o erótica, y la describió como la relación entre una madrastra y su hijastra. Dana negó ser lesbiana y en su opinión es poco probable que Gabriela Mistral fuera lesbiana.

Desde que te fuiste yo no río y se me acumula en la sangre no sé qué materia densa y oscura. Yo no puedo saber aún, amor mío, lo que ocurra conmigo a lo largo de los sesenta días de nuestra separación.Estoy viviendo la obsesión, amor. (...) Yo no sabía hasta dónde eso -lo vivido- ha cavado en mí, hasta dónde estoy quemada por ese punzón de fuego, que duele igual que la brasa ardiendo sobre la palma de la mano. Gabriela Mistral a Doris Dana[68]​

A medida que la homosexualidad ha ganado aceptación en Chile y se han liberado más cartas que reflejan la obra de Mistral, se ha avanzado en la consideración de Mistral como lesbiana,[69]​ y el impacto de ello tanto en su obra como en su legado.[n 3]​[72]​[73]​[74]​[68]​ En 2010, se publicó el documental Locas mujeres de María Elena Wood que profundizó en la relación entre Gabriela Mistral y Doris Dana. Asimismo se ha descubierto que en 1935 dejó su casa en Madrid para que la utilizara en sus reuniones el Círculo Sáfico de Madrid, integrado entre otras por las escritoras tribadistas Victorina Durán, Rosa Chacel, Elena Fortún y Matilde Ras.[75]​

En 2015, cuando se promulgó el acuerdo de unión civil que permitió formalizar por primera vez parejas del mismo sexo ante el Estado chileno, la presidenta Michelle Bachelet usó algunos versos de Gabriela Mistral para ilustrar el avance de la nueva ley. «Nuestra Gabriela Mistral escribió a su querida Doris Dana: “Hay que cuidar esto Doris, es una cosa delicada el amor”. Y lo recuerdo hoy porque a través de esta ley lo que hacemos es reconocer desde el Estado el cuidado de las parejas y de las familias y dar un soporte material y jurídico a esa vinculación nacida en el amor», señaló Bachelet, lo que sorprendió a la Fundación Gabriela Mistral.[76]​


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