Adaptación de Orson Welles (1938)
La novela fue adaptada por Orson Welles, en octubre de 1938 para crear un serial radiofónico que en su momento creó gran alarma social. Welles cambió algunos aspectos del argumento, incluso el lugar del primer aterrizaje marciano: Grover's Mill, Nueva Jersey. Se emitió con el formato de noticiario de carácter urgente (aunque hubo un aviso al principio sobre su carácter ficticio, pero muchos oyentes se incorporaron con la narración ya iniciada, por lo que se perdieron el aviso y creyeron que era real). Esto provocó escenas de pánico entre ciudadanos de Nueva Jersey y Nueva York, que creyeron que se estaba produciendo una verdadera invasión alienígena de la Tierra. La ingenuidad de un público que aún no conocía la televisión contribuyó al éxito de la propuesta de Welles, que, sin embargo, debió ofrecer disculpas públicamente a los radioyentes.
Adaptación de Radio Quito (1949)
Casi 11 años de la adaptación radial neoyorquina, un fenómeno similar pero de consecuencias mayores, ocurrió en Ecuador, al sur del continente[1]. El 12 de febrero de 1949, mientras se realizaba la transmisión de un programa musical nocturno por medio de Radio Quito, los locutores lo interrumpieron para informar reportar ciertas apariciones de ovnis en las cercanías de Quito y que éstas estaban destruyéndolo todo a su paso y dejando un desolador saldo de heridos y fallecidos. Los actores desempeñaban diferentes papeles, como militares,autoridades locales y nacionales, policías y demás ciudadanos "huyendo por sus vidas". En consecuencia, el pánico se desató sin control en las calles quiteñas, hasta que después de unos 15 o 20 minutos, al ver la gravedad de la siutuación, dieron por finalizada la obra anunciando que se trataba sólo de una radionovela[2].
Posteriormente, una enardecida turba estaba rodeando el edificio de Radio Quito y diario El Comercio 8 que funcionaba en las mismas instalaciones de la emisora. Primero lanzaron algunos palos, ladrillos y piedras, sin embargo, alguien había lanzado gasolina y fuego, que junto con el papel, la tinta y los aceites de la imprenta del diario, causaron un gran incendio en el lugar. Debido a la rapidez con la que se expandía el fuego, la vida de todos los que se encontraban allí estuvo en riesgo. Muchos se salvaron saltando hacia el techo de algún edificio colindante, No obstante, cinco personas fallecieron calcinados entre las llamas, y otras más, acabaron con su vida debido al terror causado por la transmisión radial.[3][4]
Ambos medios volvieron al aire pocos años después del desastre, manteniéndose en vigencia hasta la actualidad.
