El hacedor Imágenes

El hacedor Imágenes

Balcón y jardín (Imagen visual)

“Nada cuesta imaginar a unos pasos un sereno balcón que mira al poniente y, más abajo, mármoles y laureles y un jardín que duplica sus graderías en un agua rectangular”.

En el breve texto titulado “Una rosa amarilla”, el narrador presenta una imagen visual en la que se describe un jardín rodeado de agua y desniveles, el cual puede observarse junto a un balcón que da hacia el oeste.

Hombre a punto de morir (imagen visual y olfativa)

“En un establo que está casi a la sombra de la nueva iglesia de piedra, un hombre de ojos grises y barba gris, tendido entre el olor de los animales, busca la muerte como quien busca el sueño”.

En el texto titulado “El testigo” encontramos una imagen visual en la que un hombre entrado en edad parece estar pronto a morir. El narrador se pregunta qué más morirá con él cuando haya dejado ya el mundo de los vivos, es decir de qué cosa nadie se acordará cuando él ya no esté para darle vida.

Emperador enseña su palacio al poeta (imagen visual)

“Aquel día, el Emperador Amarillo mostró su palacio al poeta. Fueron dejando atrás, en largo desfile, las primeras terrazas occidentales que, como gradas de un casi inabarcable anfiteatro, declinan hacia un paraíso o jardín cuyos espejos de metal y cuyos intrincados cercos de enebro prefiguraban ya el laberinto”.

En el texto “Parábola del palacio”, el narrador describe una escena en la que podemos observar un enorme jardín que se extiende luego de una suerte de anfiteatro. Lo están recorriendo un emperador y un poeta.

Regreso de los dioses (imagen auditiva y visual)

“Alaridos humanos y animales llegaban desde el Bajo. Una voz gritó: ‘¡Ahí vienen!’ y después: ‘¡Los Dioses! ¡Los Dioses!’. Cuatro o cinco sujetos salieron de la turba y ocuparon la tarima del Aula Magna. Todos aplaudimos, llorando; eran los Dioses que volvían al cabo de un destierro de siglos. Agrandados por la tarima, la cabeza echada hacia atrás y el pecho hacia adelante, recibieron con soberbia nuestro homenaje”.

En el texto “Ragnarök” el narrador cuenta un sueño que tuvo, en el cual se describe un sonido de algarabía y bienvenida, pues han llegado los dioses luego de mucho tiempo de no aparecer. Al mismo tiempo, se los describe en su tamaño y solemnidad, aclarando que el gesto que hacen al recibir la bienvenida.

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