Don Segundo Sombra

Conclusión

La obra es una pintura del campo argentino. El resero o tropero, aquí y en todas las grandes llanuras del planeta, ha sido suplido por los transportes-jaulas mecanizados, tal como otrora el muy arcaico arado de una sola reja tirado por bueyes, por un tractor, y el transporte de la hacienda por camiones y trenes. El poncho que defendía de los temporales forma parte de un atuendo acaso decorativo.

Así como en «Martín Fierro» la amistad entre el sargento Cruz y el protagonista es un símbolo emblemático del culto a este compartido sentimiento argentino, al decir de Borges, en «Don Segundo Sombra» el centro temático ha de ser el vínculo viril entre un gaucho inteligente, serio, callado, y un muchacho «Gaucho» hambriento de paternidad... Fabio Cáceres: el hijo no reconocido por su padre y abandonado al cuidado de «unas tías».

Con esta obra se clausura de modo brillante, en el siglo XX, el ciclo de la literatura gauchesca iniciado en el XIX. Facundo, de Sarmiento, tal vez la mejor prosa de este último centenar de años o, por qué no, de toda la literatura argentina -tal es un parecer de Borges- pintará el conflicto entre civilización y barbarie. En tanto que el Martín Fierro diseñará la figura desdichada del gaucho del período posterior a Juan Manuel de Rosas, perseguido, olvidado y con frecuencia tenido en menos. Conociendo a Hernández y sus limitaciones, no puede dejar de apreciarse -como lúcidamente descubriera Leopoldo Lugones- una obra genial en nuestro supremo poema gauchesco. Estas grandes obras, las de Güiraldes, Sarmiento, Hernández, están tocadas por una especial musa inspiradora.

Ángel Mazzei, en un estudio preliminar a una edición de «Don Segundo Sombra», ha dicho: «...es, ante todo, una obra donde el acierto de la concepción se une, plenamente, al de la ejecución. Hay creaciones donde la realización de la forma parece superior a su materia; otras demuestran un desajuste irreparable entre el propósito y el logro; Güiraldes logró la máxima aproximación entre su proyecto de novela y la novela misma». (Estudio preliminar a «Don Segundo Sombra», de Ricardo Güiraldes, Editorial Kapelusz, Buenos Aires, 1978)

La ciudad de Buenos Aires cuenta con pocos monumentos y homenajes a Güiraldes. Tan sólo un modesto pasaje de dos cuadras, en Villa Lugano, entre Zuviría y Santander, se llama Ricardo Güiraldes. También existe la plaza «Don Segundo Sombra» en el barrio de Flores, ubicada en la calle Santander, rodeada de las calles Nepper, Carlos Ortiz, Alonso Rodríguez, Juan Del Castillo y Aroma.


This content is from Wikipedia. GradeSaver is providing this content as a courtesy until we can offer a professionally written study guide by one of our staff editors. We do not consider this content professional or citable. Please use your discretion when relying on it.