Diarios de motocicleta

Internacionalización de la revolución

Edificio del Ministerio del Interior en La Habana donde tuvo su sede el Ministerio de Industria bajo la dirección de Ernesto Guevara.

El Che Guevara siempre tuvo un pensamiento fuertemente internacionalista. No solo era partidario de que se abrieran nuevas experiencias guerrilleras en otras partes del mundo, sino que pensaba que solo generalizando la lucha armada en América Latina, Asia y África sería posible derrotar al imperialismo. Guevara discrepaba abiertamente con la estrategia de coexistencia pacífica que proponía la Unión Soviética y él mismo se veía combatiendo en otras revoluciones.

Desde el mismo momento en que la Revolución cubana tomó el poder, el Che comenzó a organizar y promover experiencias guerrilleras en América Latina, destacándose las que se abrieron en Guatemala, Nicaragua, Perú, Colombia, Venezuela y Argentina. Todas ellas fracasaron, pero en algunos casos sentaron las bases de futuros movimientos guerrilleros, como el Frente Sandinista de Liberación Nacional en Nicaragua y los Tupamaros en Uruguay.

Esta posición llevó a un fuerte enfrentamiento del Che Guevara con los partidos comunistas de América Latina, que en general no aprobaban la estrategia de lucha armada generalizada que aquel proponía.

En realidad el Che Guevara deseaba iniciar la lucha armada en su país natal. En 1963, luego de un extenso entrenamiento en Cuba, envió a un grupo guerrillero a la Argentina. Estaba dirigido por Jorge Masetti, el periodista peronista que había dirigido la agencia Prensa Latina y que debió renunciar a su cargo debido a su enfrentamiento con el partido comunista cubano (PSP). El grupo se instaló en la provincia de Salta, bajo el nombre de Ejército Guerrillero del Pueblo (EGP), con apoyos en Bolivia, Córdoba y Buenos Aires. Masetti llevaba el grado de comandante segundo, reservando el grado de comandante primero para Guevara. Luego de enviarle una carta al presidente democrático Arturo Illia anunciando su decisión de iniciar la lucha armada, el grupo fue sufriendo diferentes complicaciones que lo llevaron a un colapso completo en 1964. Algunos de sus miembros murieron en combate, como el cubano Hermes Peña,[98]​ uno de los hombres del círculo íntimo de Guevara; otros fueron detenidos y Masetti desapareció en la selva sin dejar rastro.

El Che Guevara reunido con el presidente egipcio Gamal Abdel Nasser.

En ese contexto, en algún momento entre el 17 de marzo y el 17 de abril de 1964 el Che Guevara se habría reunido con Juan Domingo Perón en la casa que este último habitaba en su exilio en Madrid. El encuentro fue mantenido en el mayor de los secretos y ha podido conocerse gracias al periodista Rogelio García Lupo.[134]​[135]​ El Che le entregó a Perón fondos para apoyar su retorno a la Argentina, intento que fue impedido por el gobierno brasileño ese mismo año.[136]​ Perón se habría comprometido a apoyar las iniciativas guerrilleras contra las dictaduras latinoamericanas.

El fracaso guerrillero en la Argentina lo llevó a evaluar la posibilidad de participar en otros lugares distintos de su país e incluso otros continentes. En ese sentido, África comenzó a aparecer como una posibilidad adecuada.

El Che Guevara solía decirles a los futuros guerrilleros que se entrenaban en Cuba para abrir nuevos focos revolucionarios una frase que no solo impactaba fuertemente en quienes la recibían, sino que define acabadamente la actitud que había asumido frente a la vida:

Hagan de cuenta que están muertos y que lo que viven de ahora en más es prestado.[137]​

República Democrática del Congo

República Democrática del Congo, zona en la que actuaba la guerrilla a la que se integró el Che Guevara.El Che Guevara es recibido en el aeropuerto, en 1965, por Fidel Castro, su esposa Aleida March, Carlos Rodríguez, y el presidente Dorticós. También se encontraban presentes, sin aparecer en la foto, Raúl Castro y su hija mayor, Hilda.

A fines de 1964 el Che Guevara había decidido dejar el gobierno para encabezar el envío de tropas cubanas a otros países con el fin de apoyar los movimientos revolucionarios en marcha. África y en especial la República Democrática del Congo, donde Patrice Lumumba había sido asesinado en 1961 con participación de la CIA, y en la que una guerrilla rebelde apoyada desde Tanzania estaba actuando, le pareció una causa apropiada para intervenir. La República Democrática del Congo, ubicada en el centro del África y con fronteras con nueve países, se le aparecía al Che como un gigantesco «foco» desde el que se podría irradiar la revolución a todo el continente.

A principios de 1965 le escribió una famosa carta a Fidel Castro renunciando a todos sus cargos y a la nacionalidad cubana y anunciando su partida hacia «nuevos campos de batalla». Es en esa carta donde aparece, en la firma, la frase «hasta la victoria siempre», ampliamente difundida desde entonces. La carta fue leída por Castro durante el Primer Congreso del Partido Comunista Cubano y retrasmitida a través de la televisión en octubre de ese mismo año, causando una enorme sensación, tanto dentro como fuera de Cuba (ver carta en Wikisource). Para entonces el Che Guevara había desaparecido de la vida pública y su paradero era desconocido.

El 19 de abril llegó bajo la identidad falsa de Ramón Benítez a la ciudad de Dar es Salaam en Tanzania, presidida entonces por el líder anticolonialista Julius Nyerere, desde donde se organizaría el apoyo cubano a los rebeldes congoleños. Cuba había decidido apoyar la lucha del Comité Nacional de Liberación (CNL) del Congo. El año anterior, el CNL había logrado establecer por pocos meses, una «zona liberada» bajo el nombre de República Democrática del Congo, con capital en Stanleyville (hoy Kisangani) y en ese momento mantenía un gobierno en el exilio dirigido por Cristophe Gbenye y luchaba por mantener el control sobre una amplia zona en la región oriental del país, en la frontera con Tanzania y Burundi, sobre el lago Tanganika. El Che Guevara mantuvo contacto directo con Laurent-Désiré Kabila, por entonces un líder militar de segundo rango.

El Che se presentó a combatir en el Congo sin previo aviso a ninguno de los líderes rebeldes, acto que fue mal recibido por estos, por las implicancias internacionales. Por otra parte, Guevara se instaló en la zona de combate, mientras que los líderes militares congoleños casi no iban al frente de batalla y permanecieron la mayor parte del tiempo en la ciudad de Dar es Salaam, en Tanzania.

La participación cubana en la rebelión congoleña fue una experiencia desastrosa. Los cuadernos redactados por Guevara comienzan con la siguiente frase:

Esta es la historia de un fracaso.[138]​

La falta de conocimiento del idioma suajili y las costumbres, las múltiples fracciones internas y externas de los grupos revolucionarios, la desorganización y falta de disciplina de las tropas, y finalmente el cese del apoyo de Tanzania, llevaron a una derrota tras otra. De ese modo, el Che, al mando de 120 cubanos, entre ellos algunos de su círculo íntimo ―como Carlos Coello (Tuma) y Harry Villegas (Pombo)― se vio obligado a ordenar una retirada de emergencia cuando el Ejército de Liberación del Congo decidió abandonar la lucha y las tropas de mercenarios blancos que apoyaban al gobierno habían ocupado la mayor parte de la «zona liberada» y se disponían a tomar la base y hacerlos prisioneros. Durante la campaña, que duró nueve meses, murieron seis guerrilleros cubanos y, finalmente tras el abandono de la lucha por parte de los congoleños, Guevara debió retirarse en una situación que calificó de vergonzosa el 20 de noviembre de 1965.[139]​ Él mismo le envió un mensaje a Nyerere quejándose por el cese del apoyo de Tanzania que decía:

Cuba ofreció ayuda sujeta a la aprobación de Tanzania, esta aceptó y la ayuda se hizo efectiva. Era sin condiciones ni límites de tiempo. Comprendemos las dificultades de Tanzania hoy, pero no estamos de acuerdo con sus planteamientos. Cuba no retrocede de sus compromisos ni puede aceptar una fuga vergonzosa dejando al hermano en desgracia a merced de los mercenarios.[140]​

En una de sus últimas anotaciones en los cuadernos del Congo dice:

No hubo un solo rasgo de grandeza en esa retirada.

Tres días después de que Guevara abandonara el Congo Joseph Mobutu tomaba el poder mediante un golpe de Estado instalando una dictadura que duraría treinta años. En 1996, Laurent-Désiré Kabila, el líder guerrillero al que asesorara el Che en el Congo, conduciría una rebelión armada que lo llevaría a derrocar a Mobutu.

Entre África y Bolivia

Ernesto Guevara «enmascarado» para su salida hacia el Congo.

Tras la retirada del Congo, el Che se ocultó varias semanas en la embajada cubana en Dar es-Salam, capital de Tanzania, donde aprovechó para escribir su memoria de la fracasada experiencia, que luego se publicaría en 1999 como Pasajes de la guerra revolucionaria: Congo. Allí realizó una «enmarascamiento» que incluyó un cambio de la dentadura y otras transformaciones corporales realizada por el Dr. Luis C. García Gutiérrez (a. Fisín), con el fin de adoptar nuevas identidades.[141]​

Con posterioridad se trasladó a Praga donde permaneció por cinco meses en una casa de seguridad del servicio secreto cubano.[141]​ Se trata de uno de los períodos menos conocidos de su vida en los que analizó sus próximos pasos que lo llevarían a iniciar la acción guerrillera en Bolivia.

Algunos de sus biógrafos consideran que es altamente probable que haya estudiado y escrito mucho, pero hasta 2006 no había certeza de que existan los supuestos cuadernos de Praga.[142]​ Pero de este período datan las anotaciones y comentarios al manual oficial soviético sobre Economía política, con gran variedad de críticas y reformulaciones del llamado socialismo científico. Estos textos fueron considerados una «herejía» y todavía permanecen en su mayor parte inéditos.[143]​

Tras analizar varias opciones, el Che Guevara, con apoyo de Fidel Castro, decidió establecer un foco guerrillero en Bolivia, un país que, estando en el corazón de Sudamérica, y limitando con Argentina, Chile, Perú, Brasil y Paraguay, permitía extender con facilidad la guerra de guerrillas a todo el subcontinente, sobre todo a su país natal.

El 21 de julio de 1966, el Che volvió secretamente a Cuba. Allí se reunió con Fidel Castro, su esposa, Orlando Borrego y el grupo de guerrilleros que lo acompañaría a Bolivia. El 2 de noviembre, sin revelar su identidad, vio por última vez a sus hijos, con excepción de Hildita, la mayor, debido a que podría reconocerlo.

Poco después, entre septiembre y octubre de 1966, el Che Guevara volvió a reunirse con Perón en Madrid, para pedir el apoyo del peronismo a su proyecto guerrillero en Bolivia. Según alguna versión, Perón se habría comprometidó a no impedir que aquellos peronistas que quisieran acompañar a Guevara lo hicieran, pero sin involucrar al movimiento peronista como tal en una acción guerrillera en Bolivia, aunque si se comprometería a dar el apoyo del peronismo cuando la guerrilla del Che trasladase su acción al territorio argentino.[135]​

Bolivia

Pasaporte falso con la identidad de Adolfo Mena utilizado por el Che Guevara para su entrada en Bolivia.

En noviembre de 1964, el general René Barrientos encabezó un golpe de Estado en Bolivia que derrocó al gobierno constitucional del presidente Víctor Paz Estenssoro, poniendo fin a la Revolución de 1952, de tendencia nacionalista-popular, impulsada por el MNR. En 1966 Barrientos organizó unas elecciones en las que fueron proscriptos los principales líderes del MNR, el depuesto Paz Estenssoro y Hernán Siles Suazo, resultando de tal modo elegido él mismo.

El 7 de noviembre de 1966, día en que comienza su Diario de Bolivia, Ernesto Guevara se instaló en una zona montañosa y selvática ubicada cerca del río Ñancahuazú, en el sudeste del país, donde las últimas estribaciones de la Cordillera de los Andes se unen con la región del Gran Chaco.

El grupo guerrillero estable estaba integrado por 16 cubanos,[144]​ entre ellos muchos de los hombres de su círculo íntimo, 26 bolivianos,[145]​ 3 peruanos[146]​ y 2 argentinos.[147]​ En total 47 combatientes, de los cuales Tania era la única mujer, aunque en el grupo de apoyo desempeñó también un importante papel Loyola Guzmán quien resultó detenida y torturada. Tomaron el nombre de Ejército de Liberación Nacional de Bolivia (ELN) con secciones de apoyo en Argentina, Chile y Perú.

Diario del Che en Bolivia. Anotación del 7 de noviembre de 1966. (Museo Casa del Che Guevara, Alta Gracia, Córdoba, Argentina)

El 11 de marzo de 1967 dos desertores fueron detenidos poniendo sobre aviso al gobierno, que, ese mismo día, solicitó la cooperación de Estados Unidos y organizó un sistema de inteligencia coordinado con Argentina, Brasil, Chile, Perú y Paraguay.

El 22 de marzo comenzaron los enfrentamientos armados: el ELN copó a una unidad militar y mató a siete soldados. Poco después dejaron el campamento para escapar del cerco que comenzó a formar el ejército boliviano. El 3 de abril Guevara dividió sus fuerzas, poniendo a Juan Acuña Núñez («Vilo» o «Joaquín») al mando de la segunda columna. Ambos grupos se perdieron y no volverían a encontrarse.

En sucesivas escaramuzas fueron muriendo sus hombres: Jesús Suárez Gayol, Jorge Vázquez Viaña (Loro), a quien dieron por desaparecido, y Eliseo Reyes, que lo acompañaba desde Sierra Maestra.

El 20 de abril el ELN sufrió un duro golpe al ser capturados dos miembros de la red de apoyo, Régis Debray y Ciro Bustos, cuando intentaban dejar la zona. Ambos fueron torturados y terminaron brindando información clave. Los actos de Debray y Bustos, bajo tortura, como también, por otro lado, la inacción de Mario Monje, secretario general del Partido Comunista de Bolivia, que debió haber ofrecido apoyo logístico, han sido muy discutidos.[148]​

Mapa de Bolivia. El recuadro señala la zona de actuación de la guerrilla del Che Guevara en 1966 y 1967.

En ese momento escribió su Mensaje a los Pueblos del Mundo que fue leído en la reunión de la Tricontinental (Asia, África y América Latina), y que contiene sus afirmaciones más radicales y contundentes, proponiendo una guerra mundial abierta contra Estados Unidos, en clara contradicción con la «coexistencia pacífica» que sostenía por entonces la Unión Soviética y los partidos comunistas latinoamericanos dentro del marco conceptual de la Guerra Fría. Guevara encabezó ese documento con una de sus frases más recordadas:

Crear dos, tres... muchos Vietnam, es la consigna.[149]​

El texto del documento está referido a las guerras limitadas que se generaron en todos los continentes desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, señalando la extrema crueldad que los Estados Unidos estaba aplicando en Vietnam y cómo, a pesar de que el pueblo vietnamita estaba luchando solo, la superpotencia estadounidense se encontraba «empantanada». Guevara concluye entonces que el imperialismo utiliza la guerra como chantaje y que la respuesta de los pueblos debería ser no temer la guerra. El Che continúa diciendo en el documento que, bajo la consigna «no permitiremos otra Cuba», los Estados Unidos estaban afirmando que estaban dispuestos a una cruenta intervención generalizada con el fin de evitarlo. Analiza luego las intervenciones en cada continente, para concluir que en América Latina estaba madurando una rebelión, que adquiriría carácter continental. Guevara advierte entonces que la liberación no sería permitida por Estados Unidos pacíficamente, y que no había que hacerse ilusiones, ya que se trataría de una guerra larga, en la que «la represión irá buscando víctimas fáciles», masacrando a la población campesina o bombardeando ciudades. Debido entonces que los pueblos eran empujados a la lucha, no había más remedio que prepararse para ella. Sostiene que las oligarquías utilizarían «toda la capacidad de represión, toda la capacidad de brutalidad y demagogia», y que la primera tarea sería sobrevivir y prepararse espiritualmente para «resistir represiones más violentas». Propone entonces recurrir al odio como «factor de lucha» para soportar esas agresiones y poder «galvanizar el espíritu nacional», sosteniendo que «un pueblo sin odio no puede triunfar sobre un enemigo brutal». Advierte entonces que luego, habrá que llevar la guerra también a los países agresores, y que seguramente eso los haría más bestiales pero también minaría su moral. Y termina sosteniendo que todas las luchas populares del mundo deberían unirse: «Toda nuestra acción es un grito de guerra contra el imperialismo y un clamor por la unidad de los pueblos contra el gran enemigo del género humano: los Estados Unidos de Norteamérica».

En junio y julio de 1967, el ELN perdió siete hombres más: Casildo Condori, Antonio Sánchez Díaz, Carlos Coello (Tuma), Julio Velazco, Serapio Aquino, Raúl Quispaya y Martínez Tamayo (Papi).

El 1 de agosto de 1967, la CIA envió dos agentes para sumarse a la caza del Che Guevara: los cubano-estadounidenses Gustavo Villoldo y Félix Ismael Rodríguez. El 31 de agosto de 1967, el ejército emboscó a la segunda columna en Vado del Yeso, cuando cruzaban el río, resultando que todos excepto uno morirían: Vilo Acuña, Tamara Bunke, Apolinar Aquino, Walter Arencibia, Moisés Guevara, Gustavo Machín, Freddy Maymura, Israel Reyes y Restituto Cabrera. Sus cuerpos fueron expuestos primero como trofeos, y luego enterrados clandestinamente. Después de dar un gran rodeo y tomar Samaipata por una horas, la primera columna había quedado aislada y con la salida hacia el Río Grande bloqueada, lo que los obligó a subir la montaña en dirección a La Higuera. El 26 de septiembre entraron al pequeño caserío de La Higuera y, al salir, la vanguardia fue emboscada, muriendo tres de ellos (Coco Peredo, Mario Gutiérrez y Manuel Hernández).

La ruta del Che. La línea punteada señala el camino del grupo guerrillero dirigido por Guevara hasta el lugar en que fue fusilado. Hoy es un circuito turístico de memoria.

Los 17 supervivientes escaparon trepando todavía más, y el 7 de octubre comenzaron a bajar hacia el río. Esa noche Ernesto Guevara hizo la última anotación en su diario:

OCTUBRE 7. Se cumplieron los 11 meses de nuestra inauguración guerrillera sin complicaciones, bucólicamente; hasta las 12.30 hora en que una vieja, pastoreando sus chivas entró en el cañón en que habíamos acampado y hubo que apresarla. La mujer no ha dado ninguna noticia fidedigna sobre los soldados, contestando a todo que no sabe, que hace tiempo que no va por allí. Solo dio información sobre los caminos; de resultados del informe de la vieja se desprende que estamos aproximadamente a una legua de Higueras y otra de Jagüey y unas 2 de Pucará. A las 17.30, Inti, Aniceto y Pablito fueron a casa de la vieja que tiene una hija postrada y una medio enana; se le dieron 50 pesos con el encargo de que no fuera a hablar ni una palabra, pero con pocas esperanzas de que cumpla a pesar de sus promesas. Salimos los 17 con una luna muy pequeña y la marcha fue muy fatigosa y dejando mucho rastro por el cañón donde estábamos, que no tiene casas cerca, pero sí sembradíos de papa regados por acequias del mismo arroyo. A las 2 paramos a descansar, pues ya era inútil seguir avanzando. El Chino se convierte en una verdadera carga cuando hay que caminar de noche.El Ejército dio una rara información sobre la presencia de 250 hombres en Serrano para impedir el paso de los cercados en número de 37 dando la zona de nuestro refugio entre el río Acero y el Oro.La noticia parece diversionista. h-2,000 ms.

El 8 de octubre fueron sorprendidos en la Quebrada del Churo.[150]​ El Che Guevara ordenó dividir el grupo en dos, enviando a los enfermos delante y quedándose con el resto a enfrentarse a las tropas del gobierno. Harry Villegas (Pombo), uno de los cinco sobrevivientes, cuenta así ese momento crítico:

Yo pienso que él pudo escapar. Pero traía un grupo de gente enferma que no se podía desplazar a la misma velocidad que él. Cuando el ejército comienza la persecución, decide pararse y dice a los enfermos que sigan. Entretanto el cerco se va cerrando. Sin embargo, los enfermos logran salir. O sea, el enemigo fue más lento que los enfermos. A los que venían en la persecución directa, el Che los aguanta. Cuando él va a continuar, el cerco se cerró y entonces se produce el enfrentamiento directo. Pero si él hubiese salido con los enfermos, se habría salvado.[151]​
El Che Guevara en Bolivia.

Transcurridas tres horas de combate, Guevara resultó herido levemente en una pierna y capturado con Simeón Cuba (Willy), mientras que tres de sus hombres perdieron la vida: Rene Martínez Tamayo, Orlando Pantoja (Olo) y Aniceto Reinaga. Alberto Fernández Montes de Oca fue malherido y murió al día siguiente. También al día siguiente sería capturado Juan Pablo Chang (el Chino). Otros cuatro guerrilleros fueron perseguidos y murieron en el Combate de Cajones, cuatro días después: Octavio de la Concepción de la Pedraja (Moro), Francisco Huanca (Pablo), Lucio Garvan (Eustaquio) y Jaime Arana (Chapaco).

Los seis guerrilleros que iban delante, Harry Villegas (Pombo), Dariel Alarcón (Benigno), Leonardo Tamayo (Urbano), Inti Peredo, David Adriazola (Darío) y Julio Méndez Korne (Ñato) lograron escapar. El ejército los persiguió abatiendo a Ñato, pero los cinco restantes lograron finalmente salir de Bolivia hacia Chile.


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