Cinco horas con Mario

Cinco horas con Mario Citas y Análisis

Leer y pensar es malo, cariño, convéncete.

Carmen, C. III.

En esta cita, se ve la opinión de Carmen sobre las tareas intelectuales. Preocupada por la crianza de sus hijos, está convencida de que los estudios universitarios, la reflexión y las discusiones políticas solo llevan a la decadencia de la sociedad. Esta cita revela la ironía de que la mujer intente persuadir a Mario de que leer y pensar es malo, cuando el hombre trabaja justamente de leer, pensar y difundir sus ideas en el periódico y en la universidad.

La instrucción, en el colegio; la educación, en casa.

Madre de Carmen, C. III.

En esta cita, Carmen introduce las palabras de su madre para sostener su argumentación sobre las universidades. Para la protagonista, estas instituciones corrompen a la juventud, ya que meten nuevas y raras ideas en las mentes de los jóvenes. En esta afirmación, Carmen da a entender que la verdadera educación en valores es la que se ofrece en el seno familiar; así, los padres se aseguran la formación de personas respetuosas de la autoridad y el orden. Por otra parte, el colegio y las instituciones educativas se limitan únicamente a la "instrucción", es decir, a la adquisición de conocimientos.

Ahora os ha dado la monomanía de la cultura y andáis revolviendo cielo y tierra para que los pobres estudien, otra equivocación, que a los pobres les sacas de su centro y no te sirven ni para finos ni para bastos, les echáis a perder, convéncete, en seguida quieren ser señores y eso no puede ser, cada uno debe arreglárselas dentro de su clase como se hizo siempre...

Carmen, C. V.

En esta reflexión, Carmen se queja de la obsesión que tienen Mario y los intelectuales en general con la idea de educar a las poblaciones más vulnerables. Para la protagonista, los pobres no deben tener pretensiones ni aspiraciones de progreso, ya que es necesario que cada clase social se mantenga con sus privilegios y deberes, sin trastocar el orden que tienen dentro de la sociedad española. Así, un pobre educado no sirve "ni para finos ni para bastos", es decir, no sirve para nada.

Sí, Mario, sí, estoy llorando, pero bueno está lo bueno, que yo paso por todo, ya lo sabes, que a comprensiva y a generosa pocas me ganarán, pero antes la muerte, fíjate bien, la muerte, que rozarme con un judío o un protestante.

Carmen, C. VI.

En esta cita, Carmen sufre hasta la exageración frente a la mera idea de cruzarse con un judío o un protestante. En las palabras de la mujer, se ve su absoluta intolerancia frente a otras religiones, hasta el punto de que prefiere morir antes que compartir un espacio con estos religiosos. Es irónico que la mujer se defina como extremadamente comprensiva y generosa, ya que revela una incapacidad absoluta de poder convivir con otras ideas y perspectivas de entender el mundo.

Pero, escucha, aún te digo más, dando por bueno que el guardia aquel te pegara un coscorrón, que lo dudo mucho, ¿No vale un coscorrón por un piso de seis habitaciones, ascensor, agua caliente central y setecientas de renta? Dejémonos de romanticismos y piensa con la cabeza, cariño, que tú tienes a gala nadar contra corriente, que vivimos una época práctica y eso es hacer el tonto por no decir otra cosa, porque no digo darle la razón, simplemente con mostrarte tolerante, sin avasallar...

Carmen, C. XV.

Carmen increpa a Mario por haber denunciado al guardia que lo golpeó en la plaza. En esta cita, se ven los valores de la mujer: ella hubiera preferido que su marido no hubiera denunciado el maltrato a la autoridad, porque así habría conseguido a cambio un departamento de buena categoría para toda su familia. Describe a su marido como un "romántico", en el sentido peyorativo de la palabra: Mario está atado a sus valores y no se deja avasallar. Según Carmen, la época práctica en la que viven los obliga a dejar de lado sus ideales para conseguir algo a cambio.

Los nervios, valiente excusa, los médicos, cuando ya no saben qué inventar enseguida lo achacan a los nervios, porque lo que yo digo, Mario, si no te duele nada ni tienes fiebre, ¿de qué te quejas?

Carmen, C. XXIV.

En esta cita, Carmen muestra la incomprensión total que tiene sobre los padecimientos de su marido. En vez de creer que, efectivamente, los nervios conducen a Mario a un estado de angustia y malestar general, piensa que el hombre no tiene motivos algunos para quejarse. Aún más, también cuestiona a los médicos y a su conocimiento: piensa que el diagnóstico sobre su marido está errado. Esta imposibilidad de entender la tristeza de su marido muestra la falta de comunicación que existe en la pareja; Carmen es incapaz de empatizar con los sufrimientos de Mario.

Tú mis­mo dices que sentías náuseas de leer el periódico, y quién no, si en "El Correo" ese de mis pecados no contáis más que lástimas, hay que ver, y dale con que si la frivolidad y la violencia, cobardica, que eres un cobardica, y que si los hombres no se entienden, y a ti ¿qué?...

Carmen, C. XXIV.

En esta cita, Carmen culpa a Mario por sus malestares. Según la mujer, los textos que él escribe en el periódico "El Correo" son los responsables de que Mario se encuentre invadido por una gran depresión. En vez de defender y empatizar con el compromiso de su marido con las causas sociales que lo conmueven, lo llama cobarde. Este insulto revela la profunda falta de entendimiento y empatía que tiene Carmen con el trabajo de Mario.

¿No te parece significativo, por ejemplo, que el concepto de lo justo coincidiera siempre sospechosamente con nuestros intereses?

Mario (hijo), Final.

En esta pregunta de Mario a su madre Carmen, el muchacho cuestiona la idea de lo justo que rige en la sociedad española de la época. Para el joven, es llamativo que la noción de justicia siempre coincida con los intereses de la clase dominante. Así, pone de manifiesto que las ideas tienen ideología, y que responden a favor de los estratos sociales más acomodados. Con este comentario, busca que su madre se dé cuenta de que no existen conceptos abstractos como la "justicia", sino que ella siempre busca beneficiar a los mismos sectores sociales.

—El mundo cambia, mamá, es natural.

—A peor, hijo, siempre a peor.

—¿Por qué a peor? Sencillamente nos hemos dado cuenta de que lo que uno viene pensando desde hace siglos, las ideas heredadas, no son necesariamente las mejores. Es más, a veces no son ni tan siquiera buenas, mamá.

Mario (hijo) y Carmen, Final.

En este diálogo, Carmen y su hijo Mario representan dos maneras de pensar la España de la época. Mientras que para el joven es normal que el mundo cambie, su madre ve esta transformación como un hecho calamitoso, que solo llevará al desastre y al caos. Sin embargo, Mario le deja en claro que el pasado no fue necesariamente mejor, ya que las estructuras heredadas fueron simplemente aceptadas sin cuestionamiento y sin pensar si eran realmente las mejores ideas. Para Mario, estos cambios permitirán construir un futuro mejor que el pasado tan añorado por Carmen.