La existencia de tres manuscritos —ninguno completo— es indicio de que la obra fue conocida y leída durante la Edad Media, al menos hasta la invención de la imprenta. Se conserva incluso una versión muy fragmentaria del siglo XIV en portugués. Pudo servir el Libro de buen amor de repertorio de poemas de juglares a juzgar por otros fragmentos hallados al término de un códice que contiene una crónica y termina con un conjunto de materiales misceláneos. Pasajes de esta obra pudieron, por tanto, transmitirse oralmente.
Se ha señalado la posible influencia del libro de Juan Ruiz en la obra de Chaucer; asimismo, citan el libro del arcipreste en el siglo XV el Arcipreste de Talavera y el Marqués de Santillana. Sin embargo, a partir del siglo XVI, las huellas del libro en la literatura posterior se reducen notablemente. La recepción del Libro de buen amor ha sido estudiada por Alan Deyermond en su artículo «La difusión y recepción del Libro de buen amor desde Juan Ruiz hasta Tomás Antonio Sánchez: cronología provisional».[8]