Las mil y una noches

Las mil y una noches Ironía

Alí Babá roba el oro de la cueva de los ladrones, pero él no se considera ladrón.

Alí Babá roba el oro de la cueva de los cuarenta ladrones y regresa a su casa. Una vez allí, le explica a su mujer que ha conseguido el oro gracias a un golpe de suerte. Es irónico cómo Alí Babá, en última instancia, está haciendo con los ladrones lo mismo que estos hicieron con las personas a las que le robaron, pero no se considera a sí mismo un ladrón, sino que se lo atribuye a la suerte.

Sha Samán mata a su esposa por una infidelidad, y Shahri-iar planea matar a sus esposas para evitar que lo traicionen. Así y todo, los dos hermanos son cómplices de la infidelidad de la mujer del demonio.

Sha Samán encuentra a su esposa en la cama con un esclavo y la mata. Shahri-iar, advertido por su hermano, planea casarse y matar a todas sus esposas después de la primera noche para evitar que ellas lo traicionen. En ese sentido, está claro que los hermanos sienten que la infidelidad es una de las peores ofensas que pueden sufrir. Así y todo, no tienen ningún inconveniente en acostarse con la mujer del demonio y ser cómplices de la infidelidad de ella hacia su esposo. Es irónico cómo los dos hermanos poseen un criterio tan diferente, opuesto prácticamente, en relación con la infidelidad a propósito de quién la lleva adelante y a quién afecta.

Simbad está al borde de la muerte prácticamente en cada uno de sus viajes y, sin embargo, vuelve a embarcarse a la aventura una y otra vez.

En cada uno de sus viajes, Simbad tiene que lidiar con peligros mortales. De hecho, en la mayoría de estos viajes, en algún momento, está a punto de morir. Cuando finalmente logra regresar a casa, siempre más rico que cuando partió, decide quedarse en Bagdad, disfrutando de la tranquilidad de su hogar y de su riqueza. Sin embargo, al poco tiempo, vuelve a lanzarse al mar en busca de aventuras. En ese sentido, es irónico con qué liviandad Simbad parece olvidarse de las veces que estuvo a punto de morir y vuelve a embarcarse en una nueva aventura.

El derviche traiciona a Aladino para no compartir con él los beneficios de la lámpara, pero, al hacerlo, pierde la lámpara.

El derviche quiere quedarse con la lámpara y no compartir con Aladino los beneficios que le brindará el genio. Así y todo, cuando lo deja encerrado en la cueva, no se da cuenta de que el muchacho todavía tiene la lámpara en su poder. En ese sentido, es irónico cómo el derviche, por la ambición de no compartir los beneficios de la lámpara maravillosa, traiciona a Aladino y, al hacerlo, pierde lo que más deseaba.