La madre de Frankenstein

Personajes

  • Germán Velázquez : Personaje ficticio. Su figura está inspirada en Carlos Castilla del Pino.[7]​ El personaje de la novela es un psiquiatra de origen español exiliado en Suiza debido a la vinculación de su padre, también psiquiatra, a la Segunda República. Regresa a una España "que él reconoce, pero España no le reconoce a él", un país impregnado de los valores del nacionalcatolicismo, donde "el pecado era delito y era peor el pecado que el delito". La razón de su vuelta es la puesta en práctica de un tratamiento de clorpromazina, el primer narcoléptico mitigador de los efectos de la esquizofrenia. Si bien es cierto que el tratamiento experimental del fármaco fue aproximadamente en la misma fecha que la novela, no llega a España hasta muchos años después.[4]​ En España se reencuentra con una antigua paciente de su padre, Aurora Rodríguez Carballeira, que había ido a la consulta para confesar el asesinato de su hija y el doctor de niño escucha tras la puerta. Desde el primer momento, siente una fascinación muy especial por esta paciente, y se esfuerza por comprender su enfermedad y hacer su vida más amena.
  • María Castejón: Personaje ficticio basado en la cantante María Escarmiento. Mediante la figura de María, Almudena Grandes enarbola a la Fortunata galdosiana. Es una auxiliar de enfermería cuya vida ha estado ligada, desde su nacimiento, al sanatorio mental femenino de Ciempozuelos - es la nieta del jardinero-, y con ello, a Aurora Rodríguez Carballeira. Entre estas dos mujeres hay un vínculo muy especial, ya que había sido la enferma paranoica (Aurora) la que había enseñado a María, a los cinco años a leer. Para María, entrar en la habitación de Aurora era llegar a un mundo nuevo. Además, es la encargada de leer en voz alta a una Aurora que ya se ha quedado ciega, además de desesperanzada. María Castejón muestra una figura muy repetida en el régimen franquista de una mujer joven que tiene que trabajar como chacha y sobre la que se propasan los señoritos porque se sienten con derecho a todo.[6]​[8]​
  • Aurora Rodríguez Carballeira: Personaje real. Pensadora, filósofa, y un estandarte del feminismo de la época. Según Almudena Grandes, tenía todas las características para ser la "mujer del futuro". Estaba diagnosticada como enferma paranoica con manías persecutorias y delirios de grandeza. Para sí misma, había nacido para mejorar la humanidad y eso sería, según ella misma, a través de su hija Hildegart. Sin embargo, cuando esta comienza a reclamar su independencia, así como a flirtear con un diputado del partido socialista en el que militaba, su madre considera que se ha pervertido, y haciendo la comparación con un escultor que rompe un boceto de su obra cuando no está satisfecho, decide asesinarla. En la novela se muestran los dos últimos años de la vida de la enferma, de 1954 a 1956, después de haber estado enclaustrada 21 años de su vida en el manicomio de Ciempozuelos, desde la Nochebuena de 1935. En el libro, se muestra a una Aurora derrotada, sin embargo, sigue manteniendo sus delirios de grandeza y creyéndose la salvadora de la raza. De hecho, la mujer durante su encierro elabora muñecos de tela intentando darles vida. Es una mujer abandonada que no le interesa a nadie, y sin embargo, ni en su peor momento se arrepiente de haber asesinado a su hija. Su forma de expresarse es a través de la música, mostrándose así una de las grandes habilidades de la paciente, ya que la paranoia no afectaba a su inteligencia.[9]​[10]​
  • Antonio Vallejo Nájera : Personaje real. Firme defensor de la eugenesia y creador de la teoría del "gen rojo", en la que establecía que el marxismo estaba ligado a la "imbecilidad" y a la "debilidad moral", y por tanto, para postergar la raza española hacía falta extirparlo. La forma que tenía de hacerlo era primero fusilando a los progenitores y a continuación, dando el niño o la niña a una familia que los educase en los valores del Movimiento Nacional. De hecho, fue pionero en el robo de bebés que se mantuvo en España también en la democracia.[11]​ Además, era el director del manicomio masculino de Ciempozuelos. López Ibor y el mantenían una enemistad manifiesta, sin embargo, tenían muchas ideas en común, como el maltrato a rojos y homosexuales.
  • Juan José López Ibor: Personaje real.Uno de los referentes de la psiquiatría en España durante régimen franquista. Fue conocido por someter a los homosexuales a sesiones de electroshocks y a lobotomias para "curar su enfermedad". La técnica era la siguiente: las personas a las que se aplicaba recibían descargas eléctricas ante estímulos homosexuales, que cesaban ante estímulos heterosexuales. Este tratamiento solo se aplicaba a los hombres, ya que no se consideraba que las mujeres pudieran tener una sexualidad autónoma, sin embargo, también sufrieron represión. Eran repudiadas a manicomios, como el de Ciempozuelos, donde también recibían este tipo de terapias.[12]​ López Ibor y Vallejo Nájera "compartían poder pero se odiaban", y se ponían de acuerdo para marginar a profesionales que no compartían sus ideas, como Carlos Castilla del Pino, psiquiatra en el que está inspirado el doctor Germán Velázquez.[13]​
  • Eijo Garay: Personaje real. Fue el obispo de Madrid- Alcalá, procurador de las Cortes, Patriarca de las Indias Occidentales y Consejero Nacional de las FET y de las JONS, "como una muestra que no existía separación entre Iglesia y Estado". Su papel en la novela refleja el que realizaba en la realidad, controlando que nadie se desviara del camino del Caudillo, y de los principios del glorioso movimiento.[6]​
  • Eduardo Méndez: Personaje ficticio secundario. Se trata de un psiquiatra homosexual que cuando era joven, recibe el tratamiento de electroshock de López Ibor. Es amigo tanto de Maria Castejón como de Germán Velázquez y médico en el sanatorio de Ciempozuelos.[14]​
  • Hermana Belén: Personaje ficticio secundario. Superiora del manicomio, que durante momentos de la novela, pese a ser representante de la autoridad católica en el manicomio, muestra complicidad con el doctor Velázquez durante varios momentos de la novela. Se opone a la figura de la hermana Anselma, también superiora del manicomio y al padre Armenteros, un religioso muy afín al régimen.[7]​
  • Padre Armenteros: Personaje de ficción.En la novela funda los Cursillos de Cristiandad unos retiros espirituales parodiados en la novela de Juan Marsé La oscura historia de la prima Montse. Estos cursillos existieron en la realidad y surgieron durante los primeros años de la dictadura, en 1949. La homosexualidad no fue incluida en la legislación represiva hasta el año 1954, en la Reforma de Ley de vagos y maleantes. Podían ser ingresados en "instituciones especiales" y "en absoluta separación de los demás".[14]​[12]​

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