Adiós a las armas

Adiós a las armas Ironía

Elena afirma que solo tiene cosas buenas para decir de su país y el ejército italiano, cuando, en realidad, piensa exactamente lo contrario (Ironía verbal)

Luego de que Elena, Catherine y Henry compartan un momento juntos, Elena se retira explicando que irá a escribir unas cartas. Henry le recomienda que no escriba nada que pueda comprometerla con las autoridades. Ante esta recomendación, Elena le responde: “No se preocupe. No hago otra cosa que hablar del maravilloso lugar en que vivimos y de la valentía de los italianos” (p. 29). Este comentario es en realidad una burla que expresa en forma de ironía el descontento de Elena con Italia y el desempeño del ejército.

Henry bromea llamando "pandilla de patriotas" a los soldados, cuando sabe que ninguno desea estar sirviendo al país en la guerra (Ironía verbal)

Cuando Henry consigue comida para él y sus conductores a cargo, llega al refugio con un queso en la mano y les dice: “Tomad, pandilla de patriotas” (p. 56). De esta forma, Henry se burla amistosamente de sus conductores, quienes, momentos antes, declararon odiar la guerra y desear que se termine aunque eso implique la derrota.

Aunque es bien conciente del padecimiento que se vive en el hospital, Henry se refiere irónicamente "al placer que sienten los enfermos" en su conversación con Van Campen (Ironía verbal)

Miss Van Campen sospecha que Henry se produjo ictericia a propósito y decide confrontarlo. Ante la acusación, Henry le pregunta: “¿Ha observado el placer que sienten los enfermos?” (p. 142). La pregunta de Henry está cargada de ironía: en verdad, alude al dolor y al padecimiento de los enfermos, cuestiones que Van Campen, como jefa del hospital, conoce en profundidad y de primera mano. De tal forma, Henry le cuestiona si realmente ella considera que estar enfermo sea algo tan placentero como para buscar autoinfligírselo.

Henry llama "agradable" al viaje que debe realizar con los conductores, aunque sabe que será exactamente lo opuesto (Ironía verbal)

Cuando Henry y los conductores llegan a Gorizia y ven que se llevan a las mujeres del burdel para entregarlas a los comandantes, Bonello afirma que sería agradable ir con las trabajadoras del burdel a Conegriano, en lugar de tener que llevar el material que se les encomendó transportar. Ante esto, Henry responde con ironía: “¡Oh! Ya será agradable nuestro viaje” (p. 182). En realidad, él quiere decir exactamente lo opuesto, ya que sabe que el viaje será aburrido, además de complicado. Bonello responde que el viaje será desagradable y, en este momento, Henry se encuentra en la situación de tener que explicar la ironía: “Esto es lo que quería decir” (p. 182).