Promiscuidad y hedonismo
Nana es promiscua y hedonista, como demuestra su amor por el dinero y el cambio constante de hombres. A Nana no le importa si el hombre con el que está está casado, siempre que consiga lo que quiere de él. No se queda mucho tiempo con un solo hombre. Sale con Muffat, Steiner, George y Vendeuvre al mismo tiempo. Cuando Muffat no satisface sus necesidades como Steiner, lo deja y empieza a salir en serio con Steiner. Exige mucho a los hombres con los que sale, desde casas hasta dinero y artículos de lujo. La promiscuidad de Nana se expande aún más cuando intenta salir con una mujer llamada Satin. En este punto, lo intenta todo, siempre que le resulte ventajoso.
La promiscuidad también se ve a través de las acciones de Muffat, que cae en las trampas de Nana a pesar de estar casado. Sabine también se enreda con Fauchery a pesar de estar casada con Muffat. Nana llega a un punto en el que se acuesta con cualquiera, incluso con el suegro de Muffat, el marqués, con tal de lograr sus objetivos.
El encanto femenino
La belleza de Nana atrae a muchos hombres. Recibe muchas visitas masculinas que inundan su apartamento queriendo verla. Tanto los viejos como los casados y los jóvenes están obsesionados con su belleza. Consigue un papel como cortesana no por su talento, sino por su atractivo femenino. Hombres de diferentes rangos de la sociedad están dispuestos a hacer todo por ella, como se ve cuando Steiner y Muffat le compran una casa. Su encanto femenino destruye a muchos de estos hombres, como Philippe, que es encarcelado tras robar dinero para dárselo. Steiner se arruina al intentar mantener su estilo de vida. Vendeuvre y Muffat se suicidan debido a la frustración que les produce el hecho de que Nana los abandone. Ella manipula a estos hombres. Nana les obliga a hacer cosas por encima de sus posibilidades que luego les dejan en la pobreza. Utiliza la atención que recibe de estos hombres en su beneficio, convirtiéndolos en sus prisioneros.
Movilidad social ascendente
Cuando la historia comienza, Nana vive en las calles de París trabajando como prostituta. Rápidamente asciende en la escala social utilizando su cuerpo en beneficio propio. Se incorpora al teatro, lo que la hace conocida tanto en su país como fuera de él. Cuando se le acercan hombres de distinto calibre, se asegura de que mantengan su estilo de vida. Muffat y Steiner le compran una casa. Nana empieza a vivir lujosamente, de manera que al verla nadie creer que ha salido de la pobreza.
A medida que aumenta el número de hombres que la persiguen, también aumentan sus exigencias. Se relaciona con los hombres adecuados, como se ve cuando la mayoría de sus amantes son señores ricos de la alta sociedad, como el príncipe de Escocia. Se la ve viviendo una vida exótica. Nana se promete a sí misma que hará todo lo posible para ser reconocida en la clase alta de la sociedad parisina. Hace un balance de sus amantes, al mismo tiempo, para maximizar los beneficios que recibe de cada uno de ellos.
Suicidio y muerte
Los suicidios que ocurren en el libro son el resultado de la frustración del amor que se ha estropeado. Muffat se queda sin nada después de que Nana le saca todo su dinero. Al sentirse utilizado y abatido, se suicida. Vandeuvres también se suicida después de haber apostado mal a su caballo llamado Nana. Se prende fuego a sí mismo y a sus caballos en uno de los establos. George, sintiéndose utilizado también, intenta suicidarse en el dormitorio de Nana apuñalándose con unas tijeras. Los hombres del libro se suicidan como forma de aliviar su frustración.