Maitreya Citas

Citas

“Un lama engurruñado y feo, el manto mal colgado sobre un pull-over, asomó por la rendija unas greñas negras mezcladas con pelo de yak, y un ojo que se apretó como para mirar en una gruta.
Empujó la puerta. Al chirrido de las tabletas desvencijadas el durmiente dio media vuelta furiosa y con las manos tiró de la frazada como para protegerse de una tempestad de arena.
Después de las greñas, y del radar de murciélago, fue una mano lo que apareció: el movimiento del índice era tan regular como si lo controlara un hilo".

Narrador, I: En la muerte del Maestro

El inicio de la novela establece un tono enigmático. La elección de palabras como "engurruñado" y "feo" no solo caracteriza al lama físicamente, sino que también sugiere una conexión con lo grotesco. La mezcla de lo mundano ("manto mal colgado") con lo espiritual ("ojo que se apretó como para mirar en una gruta") crea una atmósfera surrealista. La metáfora del ojo como "radar de murciélago" no solo personifica al lama de manera única sino que también insinúa una percepción más allá de lo común. El acto de tirar de la frazada como protección agrega un elemento de vulnerabilidad al personaje, rompiendo con la imagen inicial de un lama misterioso.

“HASTA AQUÍ el relato que, como habrán notado, acogía con amplitud —es el término que se emplea— las versiones de Iluminada: si no, ¿cómo explicar el lujo de sus prendedores, la aparente pertinencia de sus dicharachos plásticos, el perfume de sus pretendientes y sobre todo, la impecable presentación de su persona, aun con esa bata de casa afligente y picúa con que se levantaba para engancharse en la oreja flores de cera, pintorretearse como una pelandruja y empinarse de un tiro el botellín de opio con vino, o lo que encontrara entre sus trapos cuando el miquito le mordía la nuca?
A su partida, después que la buscaron durante una semana hasta con perros, entrenados con el olor de sus blúmeres, y como tampoco daba señales de vida el Dulce, las viejas, avinagradas y hostiles, los declararon traidores a la fe, traficantes de carismas, malversadores y tigres de papel".

Narrador, I: Guerra de reliquias

Esta cita destaca la autoconciencia de la narrativa y la construcción de la historia dentro de la historia. El narrador se involucra directamente con el lector, creando un vínculo peculiar. El uso de términos como "amplitud" y "dicharachos plásticos" sugiere una narración extravagante y visualmente rica, que es coherente con el estilo distintivo de Sarduy. Además, la mención de Iluminada y la reacción de la comunidad añaden capas de intriga y posiblemente crítica social.

“Nacieron juntas y enlazadas. Había salido casi, sin apuros y de un pujo, la una, cuando, golpeándose la frente, la aguerrida comadrona china soltó un grito moteado, como ante una explosión de voladores que se convierten en pericos. Lo que vio la dejó más pasmada que una ducha fría después de planchar: rojiza y firme, una manito agarraba a la naciente por el tobillo izquierdo, como si quisiera impedir que abandonara el túnel o exigiera la tracción hacia el aire, nadador exhausto; la otra mano, con el puño cerrado, le quedaba entre las piernas.
Con tres tirones, que espolvoreó de jaculatorias afrocubanas, la comadrona sacó a la remolcada, que le empetó varios chillidos y musarañas amenazantes, como si la arrancaran de una siesta con un sobresalto.
La partera las separó, abriendo alrededor del tobillo dedo por dedo. Luego, respetando las tradiciones mayéuticas ancestrales, les cortó de un tajo, con un cuchillo mohoso, el ombligo común, las zumbó en una palangana de agua tibia, y con la punta de los dedos les apretó los pómulos 'para que se les formen huequitos cuando se rían'."

Narrador, II: El Doble

Esta descripción del nacimiento de las gemelas evoca simbolismos profundos. La imagen de una mano agarrando el tobillo de la otra, como si quisiera retenerla en el túnel del nacimiento, sugiere un vínculo inseparable y, al mismo tiempo, una lucha por la libertad. El uso de términos como "jaculatorias afrocubanas" y "musarañas amenazantes" infunde un elemento místico y ritualista. La separación de las gemelas, realizada con un cuchillo mohoso, añade una dimensión de crudeza y simboliza la separación de destinos compartidos.

“Gemelos islámicos embalsamados: así, bajo minaretes, quedaron el enano y el hijo caudal de la Tremenda. Santos coránicos, juntos y enlazados, hundidos entre pozos de petróleo, escuchando el rumor de las palomas; los pies cifrados de letras de oro.
Adoptaron otros dioses, águilas. Mimaron ritos hasta la idiotez o el hastío. Para demostrar la impermanencia y vacuidad de todo".

Narrador, II: El Puño

Así finaliza la novela. La imagen de los gemelos islámicos embalsamados bajo minaretes es rica en simbolismo. La adopción de dioses diferentes y la atención a ritos extremos resaltan temas de identidad en constante cambio y la complejidad de la espiritualidad. La referencia a los pies cifrados en letras de oro sugiere una conexión con la escritura sagrada. La frase "Para demostrar la impermanencia y vacuidad de todo" agrega una capa filosófica, apuntando quizás a la naturaleza efímera de las creencias y la realidad.

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