Se destacan tres temas principales: una invitación a la unión y la soberanía entre los pueblos latinoamericanos, una llamada a la lucha de independencia contra la corona española y un aviso ante la amenaza del Imperialismo estadounidense.
El ensayo comienza con un párrafo sentencioso y grave en el que se acotan como temas el aldeanismo o regionalismo, los EE. UU., una incitación y arenga al «despertar» latinoamericano y a su unión. Martí llama a ser buenos latinoamericanos mediante el autoconocimiento, restando diferencias, soterrando celos, estableciendo la justicia histórico-geográfica entre los pueblos mediante la unión y resistencia ante las fuerzas imperialistas de los EE. UU.[5]
Al parecer de Antonio Sacoto: «con mentalidad profética logra refutar la tesis derrotista de civilización (lo yanqui y/o lo europeo) frente a la barbarie (lo genuinamente americano) [del] ya consolidado ideario de Sarmiento asentado en muchos círculos intelectuales, dada la importancia del estadista argentino».[5] De este modo, Martí invierte la dualidad sarmentiana al sentenciar: «No hay batalla entre la civilización y la barbarie, sino entre la falsa erudición y la naturaleza».[6]
Respecto de las formas de gobierno, Martí considera que el primer requisito para gobernar las repúblicas es el conocimiento de los diferentes elementos de cada pueblo, las fuentes de riqueza y la producción natural de cada país, la disposición de las necesidades materiales y espirituales de sus habitantes; el segundo requisito es abstenerse de intentar gobernar con leyes, constituciones o sistemas políticos de países completamente diferentes.[7]