Niebla

Crítica

Existe una cantidad considerable de los estudios que los críticos han realizado para analizar la estructura y el argumento de Niebla, algunos de ellos, como Katrine Andersen, mencionan que en la obra se puede notar la influencia de Kant, Hegel, Spencer, Spinoza, Schopenhauer y Kierkegaard porque Augusto se siente perdido dentro de, justamente, una niebla que no le permite saber hacia dónde va o qué es lo que debe hacer para que su vida tenga un sentido.[23]​

Manuel García Serrano dice que el protagonista de Niebla intenta construir su identidad, pero no esa que se compone conforme al entorno y la convivencia, sino una individual y que Unamuno permite la contemplación de este como concurrencia de dos factores: “que uno ha hecho cosas, y que uno ha de hacerlas”.[24]​

Sergio Arlandis López se interesa, por una parte, en el trasfondo que guarda Niebla sobre el afán de salvación personal frente al no-ser, debido a que encuentra en ella un rasgo de agonía existencial en la búsqueda de la trascendencia y, por otra parte, en la problematización entre la razón y la fe, sobre la que dice “entiendo que la propia razón contradice la aspiración de la inmortalidad, pero es necesaria en cuanto que es la duda […] la que nos impulsa […] a la búsqueda de conocimiento”.[25]​ Para este autor, esa incertidumbre que genera la inmortalidad, origina el miedo a no-ser “y una renuncia a la conciencia de ser-en-el-mundo en favor de una reinserción armónica en la Creación”.[26]​

Una de las primeras cuestiones en las que coinciden algunos críticos,[27]​ es la teoría de que Unamuno tenía un estilo propio en sus escritos después de una fuerte crisis religiosa que experimentó el autor en 1897 en la cual “quiso crear aquello en lo que no creía”,[28]​ y de la cual se tiene información debido a que su correspondencia fue recuperada casi en totalidad, y gracias a eso pudo verse, en las cartas dirigidas a Clarín, una constante referencia a este proceso.[29]​

Algunos aseguran que su postura se inclina hacia el agnosticismo y otros deciden definirlo completamente como ateo; pero, lo que es común entre estos estudiosos, es la mención de la importancia que Unamuno le dio a la existencia y al devenir humano, en la cual todos concuerdan. Se dice que este escritor pasó la vida entera entre el ir y venir en el pensamiento religioso, incluso se afirma que vivió con cierta angustia existencial, por lo cual deseaba poder proyectársela a sus lectores y que éstos vivieran los mismos cuestionamientos que él.[30]​

Según dice Luis García Jambrilla, lo que ha predominado en estos análisis son “las lecturas meramente temáticas y filosóficas, centradas fundamentalmente en el problema de la personalidad, de la existencia y de la identidad individual” en las obras de Unamuno, después, en frecuencia, se hallan las que se ocupan por la estructura autoficcional de éstas y, hasta lo último, las que están interesadas por las técnicas narrativas como la metaficción.[31]​ Un ejemplo de estos estudiosos interesados en el estudio metaficcional de Niebla es Ana Dotras quien hace un detallado análisis sobre la nivola y demuestra las características que la englobarían dentro de ese modelo.

Dotras menciona que cuando Víctor Goti describe la estructura de la nivola (que se supone que él crea), suceden dos cosas, la primera es que también se presenta la forma de Niebla por lo que este personaje puede ser el portavoz de las ideas estéticas de Unamuno[32]​ y la segunda es que el lector experimenta un extrañamiento que le genera la impresión de la obra que se crea a sí misma.[32]​ Gracias a esto, según menciona esta autora, Niebla permite que el receptor sea también un cocreador del texto.[33]​ Dotras relaciona lo dicho anteriormente por los críticos de la filosofía existente dentro de esta novela con la función metaficticia y dice:

Las conjeturas metafísicas en torno a las relaciones entre Dios y sus criaturas se hacen por analogía a la relación entre el autor-creador y sus personajes. El ser humano, como ente de ficción, es el protagonista de la novela que escribe Dios. La dimensión existencial se conecta de esta forma con la metaficticia, al sugerir la posibilidad del carácter ficticio de la existencia humana, al identificar la vida con la ficción. Ana Dotras

This content is from Wikipedia. GradeSaver is providing this content as a courtesy until we can offer a professionally written study guide by one of our staff editors. We do not consider this content professional or citable. Please use your discretion when relying on it.