Niebla

Contexto histórico y social

Después de la muerte de Alfonso XII en 1885, España sufrió un fuerte debilitamiento político desde que María Cristina, viuda del difunto rey, ocupó la regencia. Tanto los terratenientes conservadores como los liberales defendieron los principios de la monarquía absoluta, se detonó una cantidad importante de levantamientos campesinos en Puerto Rico y Cuba, los últimos territorios americanos que aún se encontraban bajo el gobierno de la Corona, lo cual abrió paso al movimiento armado conocido como Grito de Baire.[1]​

Estados Unidos intervino Cuba basándose en el hundimiento del acorazado Maine y en sus intenciones de “proteger las vidas y haciendas de los norteamericanos”[2]​ así que, después del intento fallido de España de salvaguardar su colonia mediante una reforma que le otorgara a esta una autonomía muy acentuada en enero de 1898, en abril del mismo año el país norteamericano intervino en la contienda y le declaró la guerra a la Corona;[3]​ para diciembre, después de un enfrentamiento que Laín Entralgo califica como vergonzoso por solo durar siete horas, y por el hecho de que el único muerto de la contienda fuera el capitán del barco proveniente de Estados Unidos, debido a un paro cardiaco,[4]​ España firmó el Tratado de París, en el cual otorgó la independencia a los cubanos y reconoció a Puerto Rico como posesión estadounidense.[5]​

La situación de España como nación y como sociedad se complicó por estos acontecimientos, su grandeza había sido mermada y su declive frente a los avances de los países vecinos daba la apariencia de que estaba en su peor momento, lo cual provocó desconcierto en su sociedad y un sentimiento de vacío y carencia histórica. Esto despertó el interés y la participación de la comunidad intelectual que se fijó como objetivo que, por una parte, España alcanzara al resto de naciones europeas en cuanto a sus avances científicos y culturales, y, por otro lado, que los pobladores de esta región cultivaran un nuevo concepto de patria y también se movilizaran para fomentar un crecimiento social.[6]​

Con estas bases, aparecieron en la escena Joaquín Costa y el Regeneracionismo, movimiento por el cual aquel buscaba la reconstrucción interna de España por medio de dos caminos fundamentales: una reforma agraria que fuera efectiva y que el pueblo fuera instruido, que recibiera educación de calidad.[7]​ En la búsqueda de esta recuperación, se creyó que la cultura era el único método por el cual la nación entera podía progresar, pues creían que la transformación de España dependía de la extensión de los conocimientos y no de la solución de los problemas sociales.[8]​ Dentro de este grupo de intelectuales, nace un conjunto de escritores españoles con una nueva propuesta de institución en la que hicieron uso del discurso literario para elevar críticas sobre tres temas principalmente: a la realidad española de ese momento, enfocada al modo de vida “civilizado” y “moderno” y la manera en la que los españoles la ponían en práctica; a la historia de España y las circunstancias de vida que se desprendieron a partir de ella; y a la peculiar psicología del hombre español.[7]​ A este grupo se le ha nombrado la Generación del 98 en la cual sus miembros se caracterizarían por criticarlo absolutamente todo;[9]​ en ella se engloba a autores como: Antonio Machado, José Martínez Ruíz “Azorín”, Pío Baroja, Ramiro de Maeztu, Ramón del Valle-Inclán y Miguel de Unamuno.


This content is from Wikipedia. GradeSaver is providing this content as a courtesy until we can offer a professionally written study guide by one of our staff editors. We do not consider this content professional or citable. Please use your discretion when relying on it.