La interpretación de los sueños Metáforas y Símiles

La interpretación de los sueños Metáforas y Símiles

Sueños/neurosis (símil)

Tanto los sueños como las neurosis son, para Freud, el producto de deseos inconscientes reprimidos. Es decir, si bien contrastan en tanto que los sueños ocurren al dormir y las neurosis tienen lugar en estado de vigilia, igualmente tienen algo en común.

En el caso de los sueños, la mente consciente se desactiva, de alguna manera, para permitir una libre circulación de significados que la mente consciente censuraría.

Y, por su parte, las neurosis provocan algo similar en vínculo con una ausencia de filtro o control de las ideas y las asociaciones que llevan a una persona a enlazar muchos objetos, situaciones o personas sin vínculo racional aparente.

Sueños/mensajes del demonio (metáfora)

"En los dos estudios que Aristóteles consagra a esta materia
pasan ya los sueños a constituir objeto de la Psicología. No son de naturaleza divina, sino demoníaca [...]".

Freud menciona este apartado de Aristóteles, pero no está de acuerdo con su afirmación. Para Freud, es propio de la naturaleza elaborar los sueños, por los que, en todo caso, son de origen divino y no demoníaco.

La metáfora utilizada por Aristóteles se relaciona con la falta de comprensión que tenían los antiguos de este fenómeno que ocurre cuando nos vamos a dormir, y que muchas veces podríamos describir como disparatado o delirante. Y todo aquello que no fuera racional era, para Aristóteles, algo propio del diablo.

Metáfora del desvanecimiento de los sueños

“Es proverbial que el sueño se desvanece a la mañana. Ciertamente es susceptible de recuerdo, pues lo conocemos únicamente por el que de él conservamos al despertar, pero con gran frecuencia creemos no recordarlo sino muy incompletamente y haber olvidado la mayor parte de su contenido. Asimismo podemos observar cómo nuestro recuerdo de un sueño, preciso y vivo a la mañana, va perdiéndose conforme avanza el día, hasta quedar reducido a pequeños fragmentos inconexos”.

Para describir el acto por el cual el soñante vuelve a la vida despierta o de la vigilia, Freud desarrolla esta metáfora del ‘desvanecimiento’. Como si los sueños fuesen una suerte de fantasma que puede evaporarse en el aire, o algo líquido o gaseoso que simplemente se disuelve y se va, lo cierto es que al despertarnos, cesa su reproducción y nos damos cuenta de que volvimos a “la realidad”, es decir a la vida consciente.

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