La gaviota

La gaviota Símbolos, Alegoría y Motivos

El tinglado para la representación de la obra de Treplev, obstaculizando la vista al lago (Símbolo)

La didascalia que abre la pieza indica que el escenario consiste en el jardín de una finca, con “una amplia avenida que conduce al lago -situado al fondo- interrumpida por un tinglado improvisado como para un espectáculo familiar que oculta enteramente la vista del lago” (p.11). Esta disposición escénica implica, por un lado, el hecho de que la primera imagen a la que se expone un espectador de La gaviota es la del teatro mismo; por el otro, que dicho teatro obstaculiza la vista de un paisaje natural.

El teatro refleja, entonces, al teatro, y lo presenta como aquello que, inserto en el universo de la naturaleza, obstaculiza su contemplación, por lo que compite contra la misma. De esta manera, el tinglado improvisado en medio del jardín adquiere un carácter simbólico, en tanto representa una disyuntiva que puede sintetizarse como arte vs. naturaleza, expresada a su vez en la obra como una dicotomía entre el universo del artificio -ya sea en tanto quehacer artístico, como también en lo que se sitúa en el plano de la abstracción- y la realidad -de cuyo plano forma parte la naturaleza.

Tréplev habla del amor de su madre hacia él deshojando una margarita (Símbolo)

Una de las relaciones más conflictivas de la obra es la que Tréplev tiene para con su madre, una célebre actriz. Gran parte de ese conflicto tiene que ver con el carácter edípico del vínculo. El muchacho anhela el amor y la atención de Arkádina de un modo particular que se acompaña de fuertes celos, por parte del joven, hacia la pareja de su madre, y sus palabras evocan los sentimientos típicos de una relación más romántica que de índole familiar.

En el primer acto, Tréplev dice a su tío que su madre, Arkádina, no lo quiere. De hecho, dice que lo odia, y explica sus razones. Mientras lo hace, deshoja una margarita, repitiendo "me ama, no me ama, me ama, no me ama" (p.14). De por sí, la acción de decir esas palabras mientras se quitan los pétalos de una flor evoca una situación romántica: es una costumbre instalada culturalmente, que consiste en librar a la suerte la supuesta correspondencia amorosa del ser al que se ama. El gesto que acompaña el parlamento de Tréplev adquiere, por lo tanto, un carácter simbólico, en tanto evoca la naturaleza romántica de esa relación madre-hijo.

El argumento sobre la gaviota de Trigorin (Alegoría)

Inspirado en la vida que brevemente le refirió Nina, así como en la gaviota muerta que está a sus pies luego de que Tréplev le disparara, Trigorin dice haber inventado un "argumento para un cuento breve": "al borde del lago vive, desde su infancia, una joven muchacha, como usted; ama el lago como una gaviota, y es feliz y libre como una gaviota. Pero llega, por casualidad, un hombre, la ve y no teniendo nada que hacer la destruye como a esta gaviota" (Acto II, p.42).

La asociación entre la gaviota y el personaje de Nina ya había aparecido en la pieza en boca de la misma muchacha, y el argumento postulado por el célebre escritor no solo refuerza esa asociación sino que, además, funciona como una suerte de presagio del desenlace de la trama. La breve historia esbozada aquí por Trigorin se convertirá en base de varias referencias para los actos siguientes, fundamentalmente por el modo en que acabará funcionando como símbolo alegórico del trayecto del personaje de Nina. La muchacha, hasta el tercer acto, poseerá una juventud, libertad y felicidad que parecerá haber perdido al inicio del último cuadro de la obra, como consecuencia de las tragedias vividas tras mudarse a la ciudad y unirse a Trigorin como amante. En este sentido, y tal como se confirmará en el último acto, el personaje correspondiente a ese “hombre” que destruye a la muchacha -Nina- será efectivamente el autor mismo del argumento. Teniendo en cuenta, entonces, que presenta varios elementos simbólicos que operan en combinación, el argumento de Trigorin funciona como una alegoría del trayecto de Nina en la obra.

El gesto de Arkádina de cambiar la venda de la cabeza de su hijo mientras el joven rememora momentos felices de su infancia (Símbolo)

Luego del intento de suicidio de Tréplev que deja herida su cabeza, se da entre él y Arkádina una escena en que ambos mantienen un intercambio netamente amoroso, pacífico, desvinculado de los nervios, celos y envidias que suelen conflictuar la relación. Mientras Tréplev rememora escenas de la infancia en las que Arkádina aparece como una figura generosa, bondadosa, bastante diferente a la imagen de avaricia y egoísmo que él pintaba actos atrás, su madre se coloca detrás de él y cambia cuidadosamente la venda en la cabeza de su hijo. Esta acción puede leerse como un símbolo de cuidado y protección maternal, de por sí inusual en el personaje.

La gaviota embalsamada (Símbolo)

En el último acto, cuando ya sabemos que Trigorin tuvo un hijo con Nina y que, luego de que el niño muriera, él abandonó a la muchacha, el célebre escritor aparece en la misma finca donde la historia de amor con la joven comenzó y, sin embargo, no parece haber en el célebre escritor un mínimo rastro de lo acontecido con la muchacha. En un momento, Shamrayev aparece con una gaviota embalsamada -"Una vez, Konstantín Gavrílovich mató una gaviota y usted me encargó que la hiciera embalsamar" (p.67)- y Trigorin no recuerda tener nada que ver con ese animal que es ahora un objeto.

Evidentemente, luego de haber explotado la vida de Nina, la muchacha que se asociaba a la gaviota dejó de significar para él algo más que un potencial personaje de un próximo libro: “Hay que inspeccionar el jardín y ese lugar, ¿se acuerda?, donde se representó su obra. Yo tengo madurado un nuevo tema, sólo falta reconstituir en la memoria el lugar de la acción” (p.64), le dice Trigorin a Tréplev con total liviandad. De algún modo, la gaviota embalsamada aparece como un símbolo de la trágica transformación de Nina: la gaviota es aquí un ser cuya vida fue destruida y luego embalsamada, es decir, convertida en un objeto decorativo, al igual que la vida de la muchacha fue sacrificada por un escritor para construir un objeto artístico, un libro.